EL CINE QUE VIO JUAN RULFO
Juan Rulfo joven, por esos años cuarenta
********************
En
las apasionadas Cartas a Clara (Editorial
RM-Fundación Juan Rulfo, 2012) que el maestro Rulfo escribió entre 1944 y
1950 (con una última, cortita en 1958) a su amiga, luego novia y finalmente
esposa Clara Aparicio, se mencionan cuatro títulos de películas. Puede pensarse
que era una de las fuertes aficiones de ambos en esos años cuando el cine
reinaba por el mundo entero. Las cintas mencionadas fueron éxitos de taquilla,
de esos que toda persona curiosa asiste a ver y, casualmente, son todas
extraordinarias: buen gusto que mostró el maestro Rulfo.
1-
En
la carta IX, fechada el 20 de agosto de 1946, Juan Rulfo escribe Te recomiendo que veas una película que se
llama “La escalera de caracol”; allí sales tú dando unos gritos muy fuertes”.
La película fue una
producción RKO Radio Pictures - David O. Selznick, dirigida por Robert Siodmak, un realizador
alemán radicado en Hollywood, que había escapado de la amenaza nazi en Europa.
Había adquirido fama en 1944 con La dama
fantasma que lo colocaría entre los mejores realizadores del cine negro
(más adelante estaría, por ejemplo, Los
asesinos, adaptación del cuento de Hemingway que propició el debut de Burt
Lancaster). La escalera de caracol es
una cinta de suspenso, donde una mucama muda es acechada por un asesino en
serie cuyas víctimas son mujeres con “imperfecciones”. La acción sucede a
principios del siglo XX y la atmósfera es cerrada y amenazante: una casona
donde se sabe que se encuentra el asesino sin la seguridad de quién podrá
serlo. El rol de la mucama silenciosa lo interpretó la bella Dorothy McGuire, y es de
pensar en la ironía del maestro Rulfo al expresar “allí sales tú dando unos gritos muy fuertes” cuando la pobre mujer
tenía, precisamente, ese impedimento.
2-
En
la carta XXIX, fechada el 21 de julio de 1947, Juan Rulfo destaca La película que fuiste a ver es muy bonita.
Y también están a todo dar otras que se llaman “¡Qué bello es vivir!”, que
quizá ya la hayas visto, y “Larga es la noche”.
Siempre nos
quedaremos con la incógnita de saber cuál fue la bonita película que Clara vio, pero
las recomendaciones de Rulfo son exquisitas. “¡Qué bello es vivir!” (It’s a Wonderful Life, Frank Capra, 1946) fue
producida por la propia compañía de Capra y aunque no fue el gran éxito inicial que el
tiempo le brindaría, es la película que siempre se exhibe en la época navideña
por los canales norteamericanos de televisión. Se narra la historia del
idealista George Bailey (James Stewart) quien siempre pierde oportunidades en su
vida por ayudar a los demás. Cuando llega el momento en que se hastía y desea
no haber nacido, se le aparece un ángel que le muestra lo que hubiera sido todo
sin él. La película es un mensaje de optimismo que alaba a la solidaridad
humana.
Larga es la noche (Odd Man Out, 1947, Carol
Reed) es una cinta de suspenso psicológico con tema político que ocurre en
la Irlanda de posguerra. Johnny (James Mason) comete un robo para apoyar al ERI
pero todo sale mal. Mientras se esconde de la policía se va dando cuenta de los
problemas de su idealismo, del sentido de la amistad, del amor verdadero. Fue
la cinta que colocó al realizador Reed entre los directores famosos del mundo.
3-
Finalmente,
en la carta XXXI fechada el 4 de agosto de 1947 comenta Ayer fui al cine a ver “Siempre te he querido”, es una película con
mucha música y muy bonita, pero muy larga. Salí a las 12 de la noche...”.
Siempre te he querido (I’ve Always
Loved You, 1946, Frank Borzage) viene a ser
la cinta menos popular y conocida por un público general (curiosamente se exhibió alguna vez por el canal 12 cuando esta señal tenía un nivel de programación opuesto a la porquería cotidiana que ahora ofrece). Una hermosa historia
del maestro que se enamora de su alumna y paradójicamente desea destruirla más
que apoyarla por envidiar su talento. Producida por la Republic Pictures en
Technicolor, tiene un reparto de nombres secundarios pero muy talentosos
(Catherine McLeod y Philip Dorn). En el mundo de la música, la joven pianista
Myra se enamora de su maestro, el implacable Goronoff. Al debutar con el
Concierto 2 de Rachmaninoff, el conductor la boicotea en vez de apoyarla. Esto
da lugar a un amor en altibajos, el paso del tiempo, la separación. Fue dirigida
por un realizador surgido del cine silente y a quien debemos un cine crítico de
la sociedad norteamericana de su tiempo. Una pequeña obra maestra, subestimada,
donde la música ocupa un buen rato y de ahí la longitud mencionada. Una cinta que raras o nulas veces se menciona, aun por los especialistas en Borzage, aparece donde menos se le esperaba.
********************
Un
pequeño tributo indirecto por su centenario que se celebra este 16 de mayo a través del cine que fue otra manera de compartir el amor con su pareja. Juan
Rulfo vive.