viernes, 11 de marzo de 2022

VIAJE EN EL TIEMPO

 

EL PROYECTO ADÁN
(The Adam Project)
2022. Dir. Shawn Levy.

         Luego de que un texto nos indica que es el año 2050 y que los viajes en el tiempo existen, aunque no nos demos cuenta, tenemos al piloto Adam (Ryan Reynolds), herido y siendo perseguido, mientras escapa hacia el año 2022. Ahí se encontrará con Adam, él mismo, con apenas 12 años (Walker Scobell). Mientras que el Adam adulto llora la pérdida de su mujer Laura (Zoë Saldaña) a la cual trata de rescatar en el año 2018, el Adam niño lleva un año de haber perdido a su padre Louis (Mark Ruffalo). Ambos unirán fuerzas para sobrellevar sus penas, alterar la historia, jugar (literalmente) con el tiempo. Luego de su colaboración previa en Free Guy: Tomando el control (2021), el maestro Levy se reúne con Ryan Reynolds para ofrecer una trama de ciencia ficción donde se dejan de lado todas las convenciones previas y teóricas que se han utilizado para explicar las divergencias, convergencias y desastres de los viajes temporales (si existieran).

         La cinta, entretenimiento absoluto con acción, enfrentamientos, naves fabulosas, villanas carcomidas por la ambición, en realidad se deja atrapar por la línea emocional. El encuentro entre un mismo personaje bajo dos edades distintas sirve para dejar claro el sentido de pérdida, la oportunidad de la redención, la necesidad de aprovechar el momento en que se está sobre la tierra. Hay una secuencia, donde Adam adulto enfrenta a su padre, científico, y le corrige una frase que Louis atribuye a los romanos (“Disfrútate a ti mismo”), pero que sabe perteneciente a la letra de una canción de 1949 (que Woody Allen utilizó con fantasmas en su magistral Todos dicen que te amo, 1996 para subrayar la necesidad de gozar la vida). Ese momento sirve para establecer el sentido real de la cinta: aunque nunca vemos cómo es el mundo de 2050, una referencia a Terminator permite imaginarlo. La búsqueda de Laura por Adam adulto (que ocurre en el tiempo menos imaginado) viene a ser el Orfeo que desea a Eurídice, pero que dictamina la fuerza del destino: lo que será, será. El juego de pelota entre Adam niño y Louis sella el amor filial.

         Si en Free Guy teníamos a un tipo viviendo dentro de un mundo de videojuegos, con una existencia totalmente aparente, y la serie de cintas sobre Una noche en el museo nos hablaba de un mundo oculto detrás de las paredes, donde la historia revivía por sus personajes con todo el tono fársico posible, o en Gigantes de acero los pleitos entre robots, como deporte extremo, ofrecían otra visión del mundo interior de su personaje principal, refugiado en ellos como alter egos, ahora el maestro Levy juega conjuntando tiempos y personas: habla de los cambios que sufrimos como personas por las edades que vamos experimentando, las imágenes equivocadas que construimos sobre los demás, el olvido de los momentos gratos o la restricción que uno se impone para tornarlos gratos. Su cine, lejos de quedarse en la mera diversión, ofrece ideas, dimensiona a sus personajes, e insiste en los roles familiares.

El realizador Shawn Levy con Ryan Reynolds



jueves, 10 de marzo de 2022

ES EL AMOR

EL HILO INVISIBLE
(Il filo invisibile)
2022. Dir. Marco Simon Puccioni.

         Este matrimonio es una farsa -expresa Paolo (Filippo Timi) al enfrentar a Simone (Francesco Scianna), quien ha sido su pareja por veinte años, y del cual se ha enterado que le es infiel. Ambos han criado a Leone (Francesco Gheghi), un joven de 16 años, cuyo proyecto en una de sus clases de la preparatoria consiste en narrar la historia de su familia por medio de un documental. Así inicia (y luego terminará) la película ya que es el recuento de esta relación. Ambos utilizaron un vientre subrogado y, gracias a un “coctel” de sus espermas, pudieron tener a Leone. Cuando llega el momento en que la ley exige que se aclare quién es el padre biológico, la trama toma otro rumbo. En sí, la cinta, una deliciosa comedia con sus tonos de farsa y drama, viene a ser la demostración de ese hilo invisible que une a los miembros de una familia: es el amor.

         Paolo dejó de lado su carrera como arquitecto para dedicarse a la venta de muebles y cocinas; Simone es restaurantero, especialista en vinos. La madre fue una norteamericana que permitió el uso de su cuerpo como gestador. Leone ha crecido con todo el afecto y cuidado de sus padres sin que haya problemas graves. La trama se centra en Leone, adolescente con deseos heterosexuales, ejemplo de todos los estereotipos posibles (sobre todo: al ser hijo de una pareja gay, lo más seguro es que él también tenga esa orientación). Al conocer a una chica francesa, se enamora e inicia una relación. Su mejor amigo es también su confidente. Leone vive una existencia prácticamente perfecta hasta que ocurre el rompimiento de la relación parental.

         Sin embargo, la cinta mantiene su tono de buen humor. Dentro de la ruptura amorosa, hay algo que los une (ese hilo que no se ve, pero que es inmanente a ellos). A pesar de las posibles venganzas, lo que más importa es la estabilidad del hijo: símbolo de su relación, fruto de su pasión emocional. La curiosidad que levanta Leone hacia su novia hace que ella le pregunte si alguna vez tuvo dudas sobre su sexualidad. Leone le comenta que preguntó a sus padres cómo sabría si era gay, a lo que le respondieron que si lo fuera no estaría preguntando. Son estos toques finos, dispersos en la trama, los que le dan esa sensación de frescura y naturalidad al significado de familia. A pesar de que sigan los cuestionamientos y las objeciones, el núcleo familiar se define por el amor entre sus miembros sin importar raza o género (entre otros elementos). Aún si existen rupturas, lo importante es la esencia que une: el hilo invisible.

El realizador Puccioni con sus estrellas: una cinta deliciosa...