CHULOS Y COQUETONES
Antonio BertránEdiciones B México, 173 pp.
1ª. edición, octubre de 2015.
$220
El 20 de noviembre de 1901 se realizó
una redada policiaca dentro de una casona en la Cd. de México donde se encontraban
41 hombres, algunos vestidos de mujer, que bailaban, se besaban y eran felices.
José Guadalupe Posada, en una hoja suelta impresa con su grabado, expresaba su
sátira bajo estas dos frases como título: Aquí
están los maricones, muy chulos y coquetones. De ahí surgió el número 41
para designar a un homosexual. Unas frases que eran infamantes en ese inicio de
siglo veinte, se han transformado hacia la dichosa realidad actual donde se
permiten los matrimonios entre personas del mismo sexo, además de las
adopciones de niños por parejas homosexuales.
El autor de esta serie de entrevistas a
personajes famosos del mundo gay mexicano explica que utilizó esos dos términos
como título del libro porque sus protagonistas son de buen ver (“chulos”) y
porque han sabido seducir ("coquetones") a un destino que era adverso a otro que ahora es
opuesto y aliado. Las palabras despectivas ya no tienen la misma contundencia
que antes. Si entonces las señoras decían entre sí Ay, que pena con Alicia porque su hijo le salió “rarito”, ahora ya
no puede tomarse como una lástima, mucho menos si el hijo “diferente” resulta
ser una persona de éxito, o si vive con otro hombre, o si se dedica, ya como
extremo, a ser stripper. O el caso,
muy común, en el cual hombres de clase media o alta, debían casarse, tener
hijos, ocultando su verdadera inclinación para vivirla en lo oscurito.
Antonio Bertrán, autor del libro,
reportero, responsable de la columna
"Nosotros los jotos" en el periódico Metro
del Grupo Reforma (DF).
No puede hablarse de un triunfo total porque todavía continúan
los desprecios Ahí viene ese pinche puto
maricón, pero el autor, en otro párrafo de su prólogo recuerda que en 1978,
los activistas en pro de la liberación homosexual llevaban una pancarta que
exclamaba orgullosamente ¡Soy puto! ¿Y
qué? El libro consta de doce entrevistas a sendos personajes de la pintura,
la música, el espectáculo, la sexología, el activismo social, que narran sus
luchas internas, sus angustias, sus represiones familiares, sus primeros
escarceos eróticos o amoríos, hasta llegar a una realidad personal que se aleja
del tremendismo o del eterno final trágico al cual estaban condenados
anteriormente los personajes homosexuales en el cine o la literatura.
Coral Bonelli
Así entramos en la vida de Coral
Bonelli, transgénero cuya vida tuvo un acercamiento crítico-histórico en el
documental Quebranto (2013, Roberto
Fiesco) pero que esta entrevista complementa, analiza y resume. O nos
enteramos de Daniel Vives, cuyo personaje La
Supermana se dio a conocer en uno de los programas clave para otro
acercamiento a la homosexualidad en la televisión. Horacio Franco, el flautista
excelso en nuestro medio nacional que ofrece sus conciertos sin solemnidad, con
pantalones ajustados y camisas que muestran su musculatura. El bailarín José
Rivera, fundador de La Cebra Danza Gay narra sus antecedentes. Sobre todo, lo
que más conmueve son las entrevistas de luchadores por la libertad y la
convivencia dentro de la diversidad que tuvieron que sufrir vejaciones y
desatinos hasta ahora que no pueden creer en las ventajas (frutos de sus esfuerzos sociales) que leyes y derechos
humanos han concedido a seres que no tenían motivos para padecer esas
injusticias, pero estaban supeditados a las leyes
morales y divinas.
Horacio Franco
Daniel Vives "La supermana"
Xabier Lizárraga, activista
Un libro
riquísimo en anécdotas y experiencias. Un gran ejemplo para los jovencitos homosexuales
que ahora pueden sentirse más libres para expresar sus inclinaciones de manera
pública sin padecer las humillaciones de sus antecesores (las burlas, el
ignominioso rechazo ante el SIDA, por ejemplo). El propio autor, orgullosamente
gay, expresa que las conversaciones con estas personas le dieron mayor
conciencia sobre su ser. La edición está muy cuidada en su composición y texto;
en lugar de fotografías vienen viñetas de Marco Colín que dan idea de sus
inspiradores. Y se va como agua de tan ameno, pero sobre todo aleccionador para
cualquier lector independientemente de sus preferencias sexuales.