lunes, 18 de enero de 2016


CHULOS Y COQUETONES
Antonio Bertrán
Ediciones B México, 173 pp.
1ª. edición, octubre de 2015.
$220




         El 20 de noviembre de 1901 se realizó una redada policiaca dentro de una casona en la Cd. de México donde se encontraban 41 hombres, algunos vestidos de mujer, que bailaban, se besaban y eran felices. José Guadalupe Posada, en una hoja suelta impresa con su grabado, expresaba su sátira bajo estas dos frases como título: Aquí están los maricones, muy chulos y coquetones. De ahí surgió el número 41 para designar a un homosexual. Unas frases que eran infamantes en ese inicio de siglo veinte, se han transformado hacia la dichosa realidad actual donde se permiten los matrimonios entre personas del mismo sexo, además de las adopciones de niños por parejas homosexuales.




         El autor de esta serie de entrevistas a personajes famosos del mundo gay mexicano explica que utilizó esos dos términos como título del libro porque sus protagonistas son de buen ver (“chulos”) y porque han sabido seducir  ("coquetones") a un destino que era adverso a otro que ahora es opuesto y aliado. Las palabras despectivas ya no tienen la misma contundencia que antes. Si entonces las señoras decían entre sí Ay, que pena con Alicia porque su hijo le salió “rarito”, ahora ya no puede tomarse como una lástima, mucho menos si el hijo “diferente” resulta ser una persona de éxito, o si vive con otro hombre, o si se dedica, ya como extremo, a ser stripper. O el caso, muy común, en el cual hombres de clase media o alta, debían casarse, tener hijos, ocultando su verdadera inclinación para vivirla en lo oscurito.

Antonio Bertrán, autor del libro,
reportero, responsable de la columna
"Nosotros los jotos" en el periódico Metro
del Grupo Reforma (DF).


No puede hablarse de un triunfo total porque todavía continúan los desprecios Ahí viene ese pinche puto maricón, pero el autor, en otro párrafo de su prólogo recuerda que en 1978, los activistas en pro de la liberación homosexual llevaban una pancarta que exclamaba orgullosamente ¡Soy puto! ¿Y qué? El libro consta de doce entrevistas a sendos personajes de la pintura, la música, el espectáculo, la sexología, el activismo social, que narran sus luchas internas, sus angustias, sus represiones familiares, sus primeros escarceos eróticos o amoríos, hasta llegar a una realidad personal que se aleja del tremendismo o del eterno final trágico al cual estaban condenados anteriormente los personajes homosexuales en el cine o la literatura.

Coral Bonelli

         Así entramos en la vida de Coral Bonelli, transgénero cuya vida tuvo un acercamiento crítico-histórico en el documental Quebranto (2013, Roberto Fiesco) pero que esta entrevista complementa, analiza y resume. O nos enteramos de Daniel Vives, cuyo personaje La Supermana se dio a conocer en uno de los programas clave para otro acercamiento a la homosexualidad en la televisión. Horacio Franco, el flautista excelso en nuestro medio nacional que ofrece sus conciertos sin solemnidad, con pantalones ajustados y camisas que muestran su musculatura. El bailarín José Rivera, fundador de La Cebra Danza Gay narra sus antecedentes. Sobre todo, lo que más conmueve son las entrevistas de luchadores por la libertad y la convivencia dentro de la diversidad que tuvieron que sufrir vejaciones y desatinos hasta ahora que no pueden creer en las ventajas (frutos de sus esfuerzos sociales) que leyes y derechos humanos han concedido a seres que no tenían motivos para padecer esas injusticias, pero estaban supeditados a las leyes morales y divinas.


Horacio Franco
Daniel Vives "La supermana"
Xabier Lizárraga, activista


         Un libro riquísimo en anécdotas y experiencias. Un gran ejemplo para los jovencitos homosexuales que ahora pueden sentirse más libres para expresar sus inclinaciones de manera pública sin padecer las humillaciones de sus antecesores (las burlas, el ignominioso rechazo ante el SIDA, por ejemplo). El propio autor, orgullosamente gay, expresa que las conversaciones con estas personas le dieron mayor conciencia sobre su ser. La edición está muy cuidada en su composición y texto; en lugar de fotografías vienen viñetas de Marco Colín que dan idea de sus inspiradores. Y se va como agua de tan ameno, pero sobre todo aleccionador para cualquier lector independientemente de sus preferencias sexuales.

        

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