viernes, 28 de enero de 2022

DEUDA

 

UN HÉROE
(A Hero / Ghahreman)
2021. Dir. Asghar Farhadi.

         Rahim (Amir Jadidi, magnético) está en prisión por un adeudo económico. Al no poder pagar a un usurero, consiguió el dinero con una persona cercana con la cual tampoco pudo cumplir, por lo que, enojado, su acreedor lo denunció a la policía. Ahora le han dado dos días de libertad provisional para buscar la manera de cerrar su deuda y evitar el retorno a la cárcel. La mujer que ama, Farkhondeh (Sahar Goldust), ha encontrado una bolsa con 17 monedas de oro. Rahim piensa que, al venderlas, podrá cubrir su adeudo. Sin embargo, el equivalente no alcanza, por lo que, en un arranque de honestidad, decide buscar a la persona que perdió esa bolsa y devolver las monedas. Su acto altruista lo lleva a ser considerado un héroe, una persona honesta, aunque la versión que narra no está basada completamente en la verdad, por lo que, más adelante, se creará otro conflicto.

         El realizador iraní Farhadi, al cual debemos, al menos, dos obras importantes (Una separación, el viajante), nos ofrece un cuento moral, donde el personaje principal se debate entre alcanzar su libertad, salir de compromisos y poder casarse, contra el cuidado de su reputación y el honor familiar. Además, se ofrece una curiosa visión acerca de la realidad penitenciaria en Irán, al permitirse que los reos puedan tener tiempo para ir arreglando sus asuntos. El hecho principal del pago de una deuda se convierte en acto político. Los carceleros piensan en la buena imagen que se está mostrando de uno de sus integrantes. Una sociedad de beneficencia decide aportar la cantidad requerida por Rahim para alcanzar su libertad. No obstante, los términos y la narrativa que elige el sistema penitenciario no está dentro de la verdad absoluta. Al enterarse de los problemas que se van suscitando, la sociedad decide no apoyar a Rahim, pero usar el dinero para apoyar a un reo que está condenado a muerte. Se van mostrando las manipulaciones externas al personaje para lograr fines muy particulares.

         Rahim tiene el problema de que no puede hacer muy enfática su relación con Farkhondeh porque es hombre divorciado. Por otro lado, su acreedor, enojado ante la fama que va adquiriendo de héroe, toma decisiones que solamente perjudican a Rahim. Esta forma de incluir los rasgos de idiosincrasia nacional, de una forma que aparentemente es simple, en realidad permite al espectador adentrarse dentro de un espíritu de etnia. Las reacciones y los actos que se van realizando por Rahim y la gente que está a su alrededor dan lugar a otro tipo de reflexiones sobre mentalidades distintas a nuestro sentir occidental. Algo semejante a lo que se ha visto en otras cintas de Farhadi, o los contrastes inesperados del cine iraní que, de pronto presenta una modernidad inimaginable o un respeto absoluto a la tradición. Además de un reparto muy competente, estamos ante un guion con estructura fascinante y envidiable.

El director Asghar Farhadi, en Cannes 2021



sábado, 1 de enero de 2022

REFLEJO

LA HIJA OSCURA
(The Lost Daughter)
2021. Dir. Maggie Gyllenhaal.

         Leda (Olivia Colman, magistral) es una maestra de literatura comparada, ahora de vacaciones en una isla griega. Su tranquilidad se ve interrumpida por una familia vulgar y ruidosa que llega a la hermosa playa donde descansa. Leda es una mujer callada y directa en su trato: cuando una de las personas de esa familia le pide que mueva su silla y sombrilla, ella se niega, provocando cierta fricción. Leda, sin embargo, centra su atención en otra persona del grupo: una joven Nina (Dakota Johnson) quien cuida de su hija pequeña, la cual de repente se pierde. Leda se incorpora a la búsqueda y la encuentra, aunque se queda con una muñeca que tenía la niña. La mujer recuerda su propia juventud y las experiencias como joven madre que se sentía atrapada en una realidad que le era incómoda…

         Basada en una novela de la popularísima, enigmática Elena Ferrante, tenemos el retrato de una mujer contradictoria que no puede disfrutar de la maternidad. Su rol no puede aceptar la pasividad, su intelecto la lleva a cultivar sus dones. La mujer solitaria de 48 años recuerda cuando era la emergente gran traductora de Auden y Yeats al italiano, aparte de maestra reconocida. El reflejo de su propia existencia en la figura de la joven Nina, con niña necia y mimada, cuya añoranza por la muñeca perdida la ha vuelto insoportable y llorona. Lo que la cinta nos ofrece es la reflexión sobre una existencia. Leda decidió alejarse de su familia y cuando Nina pregunta cómo se sintió, la respuesta es “fue asombroso”.

 Dakota Johnson (Nina) y Olivia Colman (Leda) en la playa

         Leda revive sus experiencias a través de una mujer común y corriente, más instintiva que intelectual. El deseo de una vida libre, de no tener ataduras, de gozar del sexo extramarital sin culpa, de compartir su cuerpo con un hombre que la satisface, además, intelectualmente, es lo que la ha llevado a este momento en su vida, cuando, de golpe, aparece un recuento inesperado de su propia vida. Se confiesa como “madre antinatural”. No es un monstruo, simplemente una mujer que está consciente de sus potencialidades que no desea perder. Los caprichos de una hija que se torna posesiva y necia queda como motivo para caer en otras alternativas más satisfactorias.

Jessie Buckley (Leda, joven) como madre contradictoria

         La hija oscura es el debut como directora de la actriz Maggie Gyllenhaal, miembro de una dinastía ejemplar del cine (el padre Stephen, el hermano Jake, el esposo Peter Sarsgaard), quien demuestra mano firme, sentido claro de sus intenciones como cineasta que desea hablar sobre la condición femenina. Leda, mujer que disfruta del crecimiento intelectual, sus logros que dan pie a otras satisfacciones más allá del reconocimiento académico, dentro del ámbito placentero. Nina, mujer que desea algo más que una vida monótona, al lado de un marido machista y controlador, deseosa del sexo prohibido, cuyo hartazgo de una niña demandante la lleva a medidas riesgosas.

         La cinta tiene a Olivia Colman como intérprete que se encuentra todo el tiempo frente a la cámara, demostrando su calidad histriónica. Su aspecto físico le permite compartir esa dureza de ánimo y ese deseo secundario maternal. Jessie Buckley es quien interpreta a la joven Leda, madre de dos niñas en su momento emergente como académica notable dentro del ámbito de la traducción, cuyas decisiones normarán una vida que, de cualquier manera, no le permitirán el arrepentimiento, sino la reflexión: sus acciones no la llevaron a una negación de una habitación propia, de un espacio de libertad…

La directora Maggie Gyllenhaal en plena pandemia y rodaje