LA
CHICA DEL TREN
(The
Girl on the Train) de Paula Hawkins
Riverhead
Books – 323 pp
$298
La edición de Planeta México
Traducción de Aleix Montoto
493 páginas – $278 – junio 2015
Rachel toma el tren todas las mañanas
para dirigirse desde el suburbio donde reside hasta Londres. En el trayecto,
durante una parada del vehículo, puede mirar hacia la terraza de la casa donde
vive una pareja a las cuales ha nombrado Jess y Jason. Los imagina felices, con
una vida romántica. Todo va bien hasta que cierto día se da cuenta que Jess
está con otro hombre que la besa. Luego, para destruir por completo su
fantasía, se entera que la mujer ha desaparecido. Además, casualmente, cerca de
esa idílica casa vive su ex marido con su nueva esposa y su bebé, al cual
Rachel acosa frecuentemente por teléfono o vía e-mail. También debe aclararse
que Rachel es alcohólica, ha perdido su trabajo, pero cada día finge ir al
mismo para no darle explicaciones a su casera Cathy. A partir de la ausencia de Jess, quien
realmente se llama Megan, comienza una serie de intrigas y confusiones para la
protagonista principal. Se revelarán secretos y se confirmará que las
apariencias engañan. Ninguno de los personajes serán perfectos (como se pensaba
y sucede en la realidad).
Pueden conseguirse tanto la edición en inglés
como la traducción al español
Narrada a través de tres puntos de
vista femeninos: Rachel, Megan y Anna (la nueva esposa de Tom, el ex marido de
Rachel), la novela está estructurada a partir de sus puntos de vista, en
tiempos fragmentados y revueltos: el pasado de Megan se alterna con el presente
de Rachel, por ejemplo. Este truco permite que el lector deba atar cabos para
ir ensamblando los hechos. Es una trama psicológica, dentro de la tradición de
la literatura negra (la desaparición de un personaje, las limitaciones del
otro, las verdaderas naturalezas humanas) que parte de la mirada hacia los
otros, de las fantasías que se van tejiendo por actitudes e idealizaciones,
para terminar en lo que Hitchcock plasmó magistralmente en la pantalla (La ventana indiscreta, 1954) cuando la
verdad salta de repente para matar de golpe todas las ensoñaciones.
Paula Hawkins, gran éxito con su primera novela
La novela mantiene el interés del
lector que va siendo atrapado por la tensión narrativa. Al irse conociendo
paulatinamente las circunstancias de cada personaje (el alcoholismo, la mentira
sobre el empleo perdido, las realidades de una pareja extraña, los sucesos cotidianos
y confusos de la protagonista principal) el interés y la curiosidad crecen.
Estamos ante el bestseller perfecto
donde los elementos se entremezclan sobre las acciones que parten de la
anécdota básica y no va a profundizar sobre personajes ni antecedentes. Es la
novela sucesora de Perdida (Gone Girl,
Gillian Flynn), ejemplo de lo que en su tiempo fueron Harold Robbins o
Irving Wallace o Sidney Sheldon para nuestras incursiones en la literatura
excitante y facilona de la juventud, o en el nivel nacional, el ahora
revalorado Luis Spota de los inicios (La
estrella vacía, Casi el paraíso). Y como sucede con estas novelas de
suspenso y confesiones finales, no puede contarse la trama sin echarle a perder
el placer de la lectura a los posibles interesados que al terminarla podrán desecharla y pasar a otra (mientras llega la película donde parece que la maravillosa Emily Blunt interpretará a Rachel).
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