jueves, 11 de agosto de 2022

LA INTOLERANCIA COMO TERROR

THEY/THEM
2022. Dir. John Logan.

         Al ser una producción de Blumhouse, de antemano se sabe que será una cinta de terror. El prólogo nos muestra a una mujer cuyo auto sufre una descompostura en la carretera y luego es atacada por un tipo que lleva una máscara. Más adelante, vemos la llegada de más de una docena de jóvenes al campo Whistler, cuyo dueño Owen (Kevin Bacon, quien también coproduce la cinta), los recibe con un discurso alejado de lo que podría esperarse de lo que será un “campamento de conversión gay”. La tensión se encuentra en el aire, los jóvenes no tienen idea de lo que les espera, aunque al principio, los separan en hombres y mujeres, de acuerdo con sus características genitales. Owen presenta a su equipo de trabajo que consiste en su esposa, la psicóloga Cora; la encargada de actividades, Sarah, y su esposo, el atlético Zane, quienes son ejemplo de los logros de la conversión. Además, está la enfermera Molly (Anna Chlumsky).

         La cinta, luego del prólogo, será parca en la presentación de imágenes cruentas y asesinatos. El terror se irá presentando ante las acciones cotidianas, a pesar de que el tema del campamento es “Respeto, renovación, regocijo”. Las sesiones de terapia resultan humillantes y dolorosas para los jóvenes. El deporte de tiro al blanco llevará a una decisión extrema. El erotismo estará presente ante las posibilidades de seducción por parte de los mismos encargados del campamento. Desde el inicio se les pedirá que entreguen todos sus celulares, computadoras y posibles drogas, aunque, no haya señales de internet en el medio ambiente. Muestras simples de que las cosas no marchan bien y que, tal vez, se pondrán peor.

         El elenco de jóvenes es excepcional. Cada uno interpreta perfectamente el rol asignado. Jordan es un hombre trans, no binario; Alexandra es una mujer trans, en proceso de cambio; Toby es un afroamericano queer; Verónica, una chica oriental que se define bisexual; Kim, una chica de familia conservadora que no desea que sus padres sepan de sus inclinaciones lésbicas; Stu es el típico estudiante, con aspecto masculino, excelente para el deporte, quien no acepta su orientación gay. Los demás jóvenes servirán como complemento coral, sin tener mayor relevancia: no hace falta porque los personajes mencionados son más que suficientes.


         El autor completo John Logan, en su primera película como director, sabe darle un ritmo adecuado para ir creando lentamente la atmósfera de terror. El ambiente que rodea a los jóvenes, la soledad nocturna con sus ruidos naturales, los lugares a los cuales asisten dentro del campamento para que el espectador permanezca en suspenso y espere algún impacto inesperado. No en balde, su experiencia como guionista de excelencia (“Gladiador”, “El aviador”, “Star Trek: Némesis”), además de autor de éxitos teatrales, con muchos premios alrededor. Sin embargo, habrá que esperar sus siguientes películas para que pueda conformar un producto redondo.

         La cinta muestra a los villanos como gente sádica que explota los sentimientos y las inclinaciones de las personas, mientras que en su fuero interno son tan hipócritas que causan risa: mientras hacen el amor el atlético Zane y Sarah, él contempla, en su teléfono celular, el cuerpo bien formado de un hombre, como su mujer, la foto de una de las chicas del campamento, para alcanzar la excitación necesaria. El guion cumple con su cometido al presentar a la intolerancia como el mayor elemento de terror y brindar dignidad y esperanza a las inocentes víctimas del oscurantismo.

El elenco de la película, con el director John Logan,
a la derecha de Kevin Bacon.




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