domingo, 13 de diciembre de 2015


ESTA SOY YO
Silvia Pinal
Ed. Porrúa. 2015. $290.

 

         La autobiografía confesional de Silvia Pinal (1931), actriz, vedette, cantante, productora, sirve para dejar constancia de su espíritu emprendedor y su alto sentido del trabajo. Al leer el libro nos vamos dando cuenta de su energía e impulso para estar constantemente en acción. Una mujer inteligente que supo aprovechar las condiciones de su vida.
 
 
Al ser famosa y tener las conexiones apropiadas, pudo seguir adelante con sus planes. Así sabemos que tuvo una línea de cosméticos al estilo de venta casera, por catálogo. También que fue productora de Mujer, casos de la vida real, por 23 años, aparte de muchos otros programas de televisión.


         Creo que es lo más interesante del libro ya que la parte privada es relativa: Enrique Guzmán la golpeó, Gustavo Alatriste fue el amor de su vida y quien la llevó a la fama por producir Viridiana, Rafael Banquells se quedó chiquito frente a ella, Tulio Hernández la colocó como primera dama de Tlaxcala pero un accidente lo transformó. También nos enteramos que se besó con Omar Sharif y que tuvo relaciones con el torero Paco Camino. Todo esto se convierte en parte del chisme popular y es lo que vende, pero menos importa, sobre todo cuando son cosas del pasado.


         El defecto mayor es que no hable más de sus películas. Algún adjetivo o una simple anécdota es lo que conforma a la narración filmográfica (aunque ya se hizo un intento previo con la publicación de El cine de Silvia Pinal por Emilio García Riera en 1996). Rinde tributo a Luis Buñuel y a Tulio Demicheli que vienen a ser sus directores definitivos: las cintas con el argentino Demicheli conforman la mejor parte de sus cintas aparte de las del maestro aragonés.



         Un libro autobiográfico viene a ser una catarsis y en este caso, a la edad que tiene la actriz, fue una buena decisión. Luego de María Félix y Dolores del Río seguía el nombre de la Pinal en el enlistado nacional. Muchas otras personalidades fueron y se quedaron. Permanecen en la conciencia colectiva y hay muchos admiradores particulares, pero no puede negarse la trascendencia de esta mujer. El libro es muy completo y contiene muchas fotografías de gran interés, además que la calidad de papel e impresión es magnífica.

 


El estilo es el de una conversación: Silvia platicó con José Miguel Pérez-Porrúa, editor responsable. De esta manera, parece que la actriz está platicando con su lector. Se forma una relación cercana y uno queda encerrado con sus palabras. La única ironía es que la foto de la portada la muestra muy bella y joven. Al leerse el título que dice Esta soy yo, uno exclama ¡No! Esta eras tú y el libro cumple con creces al hablar del pasado, de un pasado que ya no existe y del cual ella fue una gran exponente.

 

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