ESTA SOY YO
Silvia PinalEd. Porrúa. 2015. $290.
La autobiografía confesional de Silvia
Pinal (1931), actriz, vedette, cantante, productora, sirve para dejar
constancia de su espíritu emprendedor y su alto sentido del trabajo. Al leer el
libro nos vamos dando cuenta de su energía e impulso para estar constantemente
en acción. Una mujer inteligente que supo aprovechar las condiciones de su
vida.
Al ser
famosa y tener las conexiones apropiadas, pudo seguir adelante con sus planes.
Así sabemos que tuvo una línea de cosméticos al estilo de venta casera, por
catálogo. También que fue productora de Mujer,
casos de la vida real, por 23 años, aparte de muchos otros programas de
televisión.
Creo que es lo más interesante del
libro ya que la parte privada es relativa: Enrique Guzmán la golpeó, Gustavo
Alatriste fue el amor de su vida y quien la llevó a la fama por producir Viridiana, Rafael Banquells se quedó
chiquito frente a ella, Tulio Hernández la colocó como primera dama de Tlaxcala
pero un accidente lo transformó. También nos enteramos que se besó con Omar
Sharif y que tuvo relaciones con el torero Paco Camino. Todo esto se convierte
en parte del chisme popular y es lo que vende, pero menos importa, sobre todo
cuando son cosas del pasado.
El defecto mayor es que no hable más de
sus películas. Algún adjetivo o una simple anécdota es lo que conforma a la
narración filmográfica (aunque ya se hizo un intento previo con la publicación
de El cine de Silvia Pinal por Emilio
García Riera en 1996). Rinde tributo a Luis Buñuel y a Tulio Demicheli que
vienen a ser sus directores definitivos: las cintas con el argentino Demicheli
conforman la mejor parte de sus cintas aparte de las del maestro aragonés.
Un libro autobiográfico viene a ser una
catarsis y en este caso, a la edad que tiene la actriz, fue una buena decisión.
Luego de María Félix y Dolores del Río seguía el nombre de la Pinal en el
enlistado nacional. Muchas otras personalidades fueron y se quedaron.
Permanecen en la conciencia colectiva y hay muchos admiradores particulares,
pero no puede negarse la trascendencia de esta mujer. El libro es muy completo
y contiene muchas fotografías de gran interés, además que la calidad de papel e
impresión es magnífica.
El estilo es el de una conversación: Silvia platicó con
José Miguel Pérez-Porrúa, editor responsable. De esta manera, parece que la
actriz está platicando con su lector. Se forma una relación cercana y uno queda
encerrado con sus palabras. La única ironía es que la foto de la portada la
muestra muy bella y joven. Al leerse el título que dice Esta soy yo, uno exclama ¡No!
Esta eras tú y el libro cumple con creces al hablar del pasado, de un
pasado que ya no existe y del cual ella fue una gran exponente.
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