MONEYBOYS
2021. Dir. C.B. Yi.
Fei (Kai Ko) se prostituye como medio de vida para enviar dinero a su familia, que vive en el pueblo del sur de China, de donde salió, buscando mejoría económica. Un prólogo nos muestra su relación con Xiaolai (J.C. Lin), quien al notar que ha sido golpeado por un cliente, va en su busca y lo agrede. El tipo se defiende con sus amigos y destroza las piernas de Xiaolai. Cuando la policía va en busca de Fei, éste decide escapar. Cinco años más tarde, Fei se encuentra en otra ciudad, ha continuado con su oficio y vive con comodidad. Una trampa que le pone la policía al hacer pasar a un agente como cliente, hace que Fei retorne a su pueblo. Se da cuenta de que la familia rechaza su forma de vida, aunque siga aceptando su dinero. Al volver a la ciudad, le sigue su amigo de la infancia, Long (Bai Fu Yan), al cual no desea recibir en su casa, pero finalmente, accede, sobre todo cuando el joven se enamora y decide dedicarse también a la prostitución. Todo va bien hasta que reaparece Xialoai.
Filmada como coproducción entre Francia, Austria, Bélgica y Taiwán, estamos ante la ópera prima del realizador Yi, quien fuera discípulo de Michael Haneke en la Escuela de Cine en Viena. La acción sucede en el sur de China, pero la cinta fue rodada en Taiwán. “Moneyboy” es el término bajo el cual se define a hombres que se venden a otros hombres. La prostitución es ilegal en China, pero las penas van desde multas hasta quince días en la cárcel. La película se dirige, por lo tanto, a mostrar la vida cotidiana de uno de estos trabajadores sexuales, estableciendo un contexto social y personal. En alguna parte de la película, Long le reclama a Fei que tenga que vivirse de manera miserable cuando el anhelo es una vida mejor a la que se tenía. Fei le hace ver que hay que llegar a sacrificios individuales (vender el cuerpo; besar, a pesar de sentir asco) si no se cuentan con otros privilegios. Queda establecido, de antemano, que la vida podría ser normal, natural y simple, si se quedaran en los pueblos de origen: el problema reside en la insatisfacción personal, reprimir orientaciones, quedar sujetos a los requerimientos de los demás, de la familia.
La secuencia donde la policía tiende una emboscada a Fei, muestra la vulnerabilidad y otro de los riesgos que vive. Es lo que produce la necesidad de retornar al pueblo, con la intención de notar si ha habido algún cambio en actitudes o circunstancias. Lo único bueno es el reencuentro con su hermana y con el siempre optimista Long. Ya en la ciudad, cuando Long ha seguido su camino, Fei hace que lo acompañe a su “agencia” (que viene a ser una especie de “padrote” corporativo), donde otros “moneyboys” hacen alarde de sus logros o aclaran los abusos a los cuales se encuentran expuestos (como sucede con Fei en el prólogo con un cliente sádico). Provocan a Long diciéndole que tal vez sea virgen, que no tiene el “equipo” adecuado, ni sabe quitarse la ropa. Fei lo defiende, deseando que no tenga que llegar a esos límites. Lo acepta en su casa, hay enamoramiento, pero, como ha sucedido desde la separación de Xiaolai, prefiere mantener su distancia. Llega al grado de permitir que uno de sus colegas, sea el primero al cual Long entregue su cuerpo. No obstante, este hecho produce que la relación se vuelva más íntima entre ellos.
Y
todo va teniendo cierta acción positiva hasta que hay un reencuentro fortuito
con Xiaolai. Retornan las dudas, el amor que existió, el escape, la nueva situación
como lisiado que vive el viejo amante. Comienza una crisis de relaciones. Fei
ya no sabe cuál ha sido el momento de mayor felicidad en su vida: el cuidado,
la atención, el sacrificio de Xiaolai, o la ternura, entrega, y atención de
Long. La cinta, entonces, toma su verdadera intención: el retrato de un
personaje que vive al extremo, evita la relación amorosa y pierde el rumbo
cuando se encuentra ante una encrucijada. La respuesta deberá ser, aunque Fei
lo niegue, el amor.
El realizador C.B. Yi, en el Festival de Cannes
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