NUEVO CINE
Edición facsimilar
DGE Equilibrista
1ª. Edición, 2015
$350.
Con el apoyo la
Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, además de teveunam, se
editó este libro que recupera los seis ejemplares de la revista Nuevo Cine que aparecieron entre junio
de 1961 y agosto de 1962. Fundada por el grupo que llevaba el mismo número
compuesto por Emilio García Riera, José de la Colina, Carlos Monsiváis,
Salvador Elizondo, entre otros “cineastas, aspirantes a cineastas, críticos y responsables
de Cine-Clubes” que publicaron su manifiesto en el primer número, donde
establecían sus objetivos:
1-La superación del deprimente estado del cine mexicano.
2-Afirmar que el cineasta creador tiene tanto derecho […] a
expresarse con libertad.
3-La producción y libre exhibición de un cine independiente…
4-El desarrollo en México de la cultura cinematográfica…
5-La superación de la torpeza que rige el criterio colectivo de
los exhibidores de películas extranjeras…
6-La defensa de la Reseña de Festivales…
No puedo
reproducir todo el manifiesto pero es interesante conocer las inquietudes de
quienes se preocupaban por el desarrollo cinematográfico en México. Una de las
caras del problema residía en la imposibilidad del cine independiente debido a
los controles sindicales y oficiales. Otra era el problema de la distribución
de un cine extranjero que permitiera estar al tanto de lo que ocurría y se
expresaba en otras cinematografías. No lo mencionan, pero igualmente la censura
era rampante, aunque desigual.
Portada del primer número - abril de 1961
Igualmente ese
desarrollo mencionado en el punto 4 pugnaba por un instituto serio de enseñanza
cinematográfica, estímulos a los cineclubes de la nación, la formación de una
cinemateca, existencia de publicaciones cinematográficas, estudio e investigación
de todos los aspectos del cine mexicano y el apoyo a grupos de cine
experimental. Con el paso del tiempo todos esos puntos se cumplieron: al poco
tiempo surgió el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (aunque hace
apenas pocos días que ya se le reconoció para otorgar licenciaturas); en 1964
se cumpliría parcialmente el apoyo al cine “experimental” con el Primer
Concurso que fue organizado desde la misma industria (aunque con resultados
limitados); los mismos miembros de la revista fundarían otras revistas con los
años y durante el período echeverrista se fundaron la cineteca y se comenzaron
los estudios de investigación.
Hemos madurado
con el tiempo. Por desgracia, el incendio de la cineteca hizo que se perdieran
muchos documentos valiosos (películas, negativos, papeles). El esplendor del
primer concurso experimental se diluyó ante otros dos que no alcanzaron la
brillantez del inicio, pero permitió la entrada a la industria de varios de los
cineastas surgidos del mismo. La apertura sindical comenzó desde ese período
mencionado hasta que la decadencia de la industria y los desarrollos
tecnológicos permitieron que todo cambiara. En estos últimos años han debutado
muchísimos realizadores más que en todos los sesenta años de la industria
nacional desde el cine sonoro. Viene un prólogo
firmado por Eduardo de la Vega Alfaro donde ofrece una relación contextual de
esos tiempos, así como del contenido de la revista y los perfiles y destinos de
sus fundadores. Se publicaron seis números, uno de ellos, el número doble 4-5
fue dedicado a Luis Buñuel, padre moral del grupo, a quien se consideraba como
el único rescatable y completo de todos los realizadores que hasta el momento
habían trabajado para el cine nacional.
Los contenidos
traen artículos ya clásicos como “Moral sexual y moraleja en el cine mexicano”
del escritor Salvador Elizondo, donde cuestiona la hipocresía de las cintas que
tocaban los temas relacionados con la prostitución y la familia. Un homenaje al
crítico Francisco Pina, considerado como el antecesor de quienes en ese momento
se dedicaban al oficio. Reseñas de estrenos y comentarios sobre algunas
estrellas y sus filmografías. Un artículo largo sobre “En el balcón vacío”,
cinta independiente realizada por Jomí García Ascot, que sería la película del
grupo al sintetizar sus objetivos primordiales (experimental, fuera de la
industria, sin actores ni guionistas profesionales).
Integrantes del grupo Nuevo Cine,
con su padrino moral Luis Buñuel
La revista
terminó, como siempre sucede con este tipo de esfuerzos, por causas económicas.
No tuvieron los suscriptores suficientes ni la misma industria fílmica mexicana
les apoyó. Fue un esfuerzo titánico que, no obstante, y por lo antes expuesto,
rindió frutos. Tuve la oportunidad de que un buen amigo, Rolando Garza Hunter,
me mostrara los ejemplares originales ya que tenía entre su acervo una
colección completa de esta revista. Ahora, gracias al progreso tecnológico y a
la fiebre nostálgica por recuperar nuestro pasado cinematográfico llega en
facsimilar para poder disfrutar de uno de los hitos culturales de la
intelectualidad inquisitiva, exigente y comprometida de una década que no puede
calificarse más que de intensa y maravillosa.