miércoles, 22 de abril de 2020

UNA FAMILIA NORMAL


CIRCUS OF BOOKS

2019. Dirs. Rachel Mason y Kathryn Robson.
         Circus of Books es el nombre de la que fuera una legendaria sex shop en West Hollywood, especializada sobre todo en mercancía gay. También es el título de este documental donde la directora Mason ofrece un recuento de la vida de sus padres, dueños y operadores de la tienda durante 37 años. El documental nos lleva hacia los orígenes de la pareja Karen y Barry Mason: ella era periodista en Cincinnatti hasta que se cansó de cubrir tragedias y crímenes, por lo que se mudó a California. Barry había sido técnico de efectos especiales en 2001: Odisea del espacio y en la serie Viaje a las estrellas (Star Trek) bajo las órdenes de Linwood Dunn, personaje esencial del ramo (y quien estuvo en Monterrey en alguno de los coloquios de cine que organizaba la Universidad Regiomontana en los años ochenta). Luego se tornó inventor en el ramo médico, aprovechando sus experiencias dentro de esos efectos, pero luego tuvo que abandonarlo. Sin tener trabajo, ya casados, Karen encontró un anuncio periodístico donde el legendario Larry Flynt, editor de la revista Hustler solicitaba distribuidores. De esa manera nació su tienda.
Karen y Barry Mason:
una familia común
         El documental nos lleva a esos momentos con imágenes y testimonios que se vuelven muy importantes. Se habla de una época cuando estas tiendas, así como los clubes gay eran las formas de convivencia, encuentro y ligues entre hombres que, desgraciadamente, vivían con la amenaza de ataques por parte del gobierno, siempre en nombre de la defensa de la familia bajo cargos de obscenidad. La tienda se tornó en espacio indispensable, pero lo más sorprendente del documental es que uno se entera de una pareja que veía el asunto como negocio: una manera para sobrevivir. “Como vender manzanas”, dice uno de los entrevistados de la cinta. La directora Mason, y sus dos hermanos, atestiguan que nunca se enteraron de la naturaleza del oficio de sus padres, ni siquiera cuando hubo una orden de gobierno contra ellos.
Karen Mason en una muestra comercial
de productos para consumo adulto
         Por otro lado, se muestra el lado humano (e irónico) de la familia: uno de los hijos, Josh, se dio cuenta de que su orientación era homosexual. Al darlo a conocer, luego de años e intentos fallidos, el padre lo tomó de manera natural, pero Karen tuvo sus reservas (sobre todo, debido a los atavismos de su religión judía). Así, se hacen notar tanto la frialdad (era un negocio y se respetaba a los clientes y empleados) como la contradicción personal (siempre ver al género y la sexualidad, como algo que ocurre alejado de la realidad cercana a nosotros). No obstante, el efecto final fue favorable.
La directora Mason con un ícono gay
de los años 80: Jeff Stryker
         Estamos ante un documental que resulta ilustrativo y fundamental acerca de los cambios sociales y la evolución de pensamiento. Para los jóvenes actuales, la facilidad de acercamiento ilimitado y gratuito a la pornografía, o el acceso a conocer y encontrar parejas para intercambios sexuales, será curioso, sorprendente e inexplicable. El hecho de que hayan existido este tipo de factores y circunstancias para las generaciones del pasado viene a ser un recuento histórico, y un triste testimonio de inútiles represiones que provocaron luchas para ser, por fortuna, eliminadas. Más que nada, el hecho de que este caso particular fuera producto de una necesidad económica, dentro de una familia, a la cual se consideraba como principal víctima amenazada por la obscenidad.
Las realizadoras Mason y Robson
en el Festival de Tribeca 2019

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