miércoles, 1 de abril de 2020

CONGRACIARSE CON LA VIDA


EL HÉROE
(The Hero)
2017. Dir. Brett Haley.
         Lee Hayden (Sam Elliott, septuagenario y fantástico) fue una gran estrella del cine del oeste. Ahora se mantiene con su voz en comerciales pero acaba de enterarse que tiene cáncer de páncreas, ya en estado avanzado. Decide no someterse a tratamientos, fumar sus cigarros de marihuana junto con su ex coestrella y ahora surtidor de droga, Jeremy (Nick Offerman), y tampoco informar a su exesposa Valerie (Katharine Ross) y su hija Lucy (Krysten Ritter) de las cuales se ha mantenido alejado. Gracias a Jeremy conoce a Charlotte (Laura Prepon), comediante standopera, con la cual vivirá algunas experiencias que le harán primero sentirse derrotado, pero luego abrirse a cierta esperanza.

Lee grabando un comercial (arriba)
Lee con su proveedor de droga (abajo)

         La cinta es un melodrama con personas terrenales, gente bastante ordinaria en su vida cotidiana, si acaso Lee fue una estrella que tuvo su momento importante, y Charlotte se dedica a una profesión poco ortodoxa pero muy común. Sin embargo, la película habla sobre la vulnerabilidad (de repente el mundo va a terminar sin esperarlo), habla sobre la rutina (vivimos inmersos en despertar cada día sin que nos importen los demás), habla sobre la autoestima (descubrimos que los demás nos miran y valoran sin que nos lo imaginemos), habla sobre las ilusiones (sin querer se recupera la confianza de que tal vez haya más tiempo, otra expectativa, el perdón al pasado) y también nos dice que disfrutemos de aquello que nos vaya sucediendo.
Lee escuchando el diagnóstico de su médico (derecha)
Lee en un sueño recurrente hacia su pasado como estrella del cine del oeste (izquierda)
         Lee recibe la noticia de que una asociación que rinde tributo al viejo oeste y a sus símbolos, desea entregarle un reconocimiento por su carrera, basándose en una película que fue importante. Invita a Charlotte para que lo acompañe y al momento de ofrecer su discurso, él mismo hace un reconocimiento a sus seguidores, a través de una de las personas presentes. Sus palabras y su actitud son grabadas en vídeo y subidas a la red por lo que se torna viral. De alguna manera, se revitaliza el interés por Lee Hayden y hasta surge la propuesta de una película. Por otro lado, el hombre experimenta un renacimiento del amor a través de la sexualidad y su relación con Charlotte. No obstante, habrá algunos obstáculos. 
Lee con 
         En el cine francés habíamos podido notar la pasión literaria, común entre sus creadores, por lo que no era raro tener a Balzac (La piel suave, Truffaut, 1964) o Pascal (Mi noche con Maud, Rohmer, 1969) como vías impensadas hacia la seducción amorosa. En este caso, es la poeta Edna St. Vincent Millay, ya que uno de sus poemas sirve para la expresión de la pasión erótica, del sentimiento que Lee ha despertado en la aparentemente cínica Charlotte. Esto da lugar a un momento muy significativo de la película.
         ¡Y sobre todo, Sam Elliott! Es una película en la que, afortunadamente, aparece casi en todos los fotogramas y secuencias, como tributo y altar a su personalidad. El gran ejemplo del actor talentoso, contenido, con una voz emotiva e identificable, demostrando lo que significa haber sabido envejecer con sabiduría y elegancia. Con 73 años encima en el momento de filmar esta película, no teme mostrar las arrugas en un cuerpo que supo cuidar y mantener en forma. Su propio rostro es atractivo con un mostachón blanco. De hecho, su fuerza expresiva es lo que le destacó en la fallida Nace una estrella (2018, Cooper) como el hermano mayor, agente, del autodestructivo Jack. Gran cualidad de este buen, emotivo melodrama, que nos permite disfrutarlo.
Sam Elliott a través del tiempo:
ejemplo de lo que es saber envejecer
         El héroe nos muestra a un hombre en el final de su jornada que decide reconciliarse consigo mismo. A pesar de las fallas, de que ya no hay más tiempo que “el que quede”, tendrá que aprovecharlo. Es la reflexión que nos llega cuando no hay marcha atrás: aprovechar el pan de la vida hasta las últimas migajas, como tanto me gusta referir a Bertolt Brecht por su cuento La vieja anciana indigna. ¡Ah, e insisto: Sam Elliott!
El realizador Brett Haley
con su actor: esta cinta
es un tributo para Sam Elliott


        

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