martes, 31 de marzo de 2020

LA AVENTURA PERDIDA


VIGILANDO A JEAN SEBERG
(Seberg)
2019. Dir. Benedict Andrews.
         Jean Seberg (Kristen Stewart) regresa a Estados Unidos desde Francia, donde vive al lado de su marido, el novelista Romain Gary (Yvan Attal), porque viene a filmar una gran producción de Hollywood. Durante el vuelo sucede un incidente cuando el activista negro Hakim Jamal (Anthony Mackie) protesta por un privilegio de primera clase al cual Seberg accede fácilmente. Al bajar del avión hay un grupo de Panteras Negras y Jean se une levantando el puño cerrado, que era una señal de protesta y solidaridad. La foto sale en periódicos y pone en alerta al extremista FBI. A partir de este momento, Jean se torna amante de Jamal, efectúa donaciones a la causa de los derechos civiles y organiza reuniones en su casa de Hollywood, pero también es perseguida por el gobierno norteamericano que interviene su teléfono, la vigila desde vehículos estacionados frente a su domicilio, se introduce ilegalmente en su privacidad con la intención de destruirla personal y profesionalmente. El agente Jack Solomon (Jack O’Connell), experto en sonido y novato en su trabajo, será quien se encargue de estos actos junto con su colega Carl (Vince Vaughn) al grado de provocar la paranoia y el posterior colapso nervioso de la actriz.
Anthony Mackie (izq.) y Kristen Stewart
         Jean Seberg fue una bella y buena actriz desde finales de los años cincuenta hasta finales de los años setenta cuando moriría de una aparente sobredosis, aunque su muerte nunca fue aclarada por completo. Debutó en Santa Juana (Otto Preminger, 1957) donde un accidente le dejó marcas de quemaduras en su estómago mientras filmaba la concluyente escena de la hoguera. Continuó con Buenos días, tristeza (Otto Preminger, 1958) y a partir de entonces empezó a alternar sus apariciones en Hollywood con cintas europeas. Su gran papel icónico, que quedó en la mente de espectadores e intelectuales fue como la compañera de Jean Paul Belmondo en la ya inmortal Sin aliento (Jean Luc Godard, 1960). Su posterior casamiento con el escritor lituano-francés, Romain Gary, provocó que la alternancia entre países fuera algo común. Luego de los incidentes mostrados en esta película, Seberg entró en una lista negra no oficial por lo que sus oportunidades en Hollywood disminuyeron. De hecho, la cinta menciona que llega a Hollywood porque va a filmar una cinta musical (La leyenda de la ciudad sin nombre, Joshua Logan, 1969), posteriormente llega una cinta multiestelar que se tornará en gran taquillazo, además de punta de lanza de varias secuelas (Aeropuerto, George Seaton, 1970) y finalmente una producción que se filmaría en México y que sería el final de su carrera en Estados Unidos (Macho Callahan, Bernard L. Kowalski, 1970).
La leyenda de la ciudad sin nombre
con Clint Eastwood, Lee Marvin y Jean Seberg
Aeropuerto
con Jean Seberg y Burt Lancaster
Macho Callahan
con Jean Seberg y David Janssen
         Aparte de los personajes inventados de Jack y Carl (para su dramatismo y representación porque estos agentes federales sí existieron, pero impersonales, sin nombre definido, acechantes), los hechos que se narran fueron ciertos, aunque dulcificados o modificados en su realidad. Jack Solomon se convierte en la conciencia de la película ya que se le presenta como persona que reniega de la falta de ética y solamente quiere resolver su trabajo de manera tradicional, al ver el rumbo destructivo de las acciones cometidas, ordenadas por el alto mando de seguridad. Sus intentos de comunicación con la actriz resultan tardíos e inútiles. Jean Seberg intentó quitarse la vida mientras estaba embarazada y se había propagado el rumor de que el bebé era resultado de su relación con una persona de color, algo impensable para una estrella de Hollywood en esos tiempos (luego se supo que el padre era un estudiante mexicano con el cual tuvo un efímero romance mientras filmaba en nuestro país). 
El agente Solomon (Jack O'Connell)
mira todas sus evidencias
         Entonces ¿cuál es el objetivo de esta película? Recuperar a un personaje que las nuevas generaciones conocerán elementalmente por la cinta de Godard y mostrar otra cara de la constante perversión del sistema gubernamental norteamericano. El principal problema de esta revisión de un tiempo cruel y difícil de rebelión, que dio lugar a crueles represiones, es que se queda en la anécdota. No hay una liga contundente de esos tiempos pasados con el presente que se está viviendo y la denuncia se queda en la historia de un villano gubernamental y su equipo de agentes prepotentes que provocó reprobables incidentes. Tal vez, el hecho de presentar a una mujer libre en su manifestación personal, en un tiempo de estricta autoridad paterna (como se muestra en una escena en casa del agente Carl al reprender en público a esposa e hija) y las consecuencias de su tortura moral. Además, el hecho de que el agente Solomon vaya a contarle que todas sus sospechas eran verdaderas le sirven de expiación ante una destrozada mujer.
Jean Seberg con su personalidad
que se tornará psicótica por el acoso
(Kristen Stewart)
         Kristen Stewart es buena y versátil actriz, además de poseer una belleza no convencional y ahí es donde se impone un obstáculo si se le compara con la hermosa Seberg. En su vida profesional, Stewart ha seguido el camino de quien interpreta porque también se ha decidido por participar en producciones europeas alternando con grandes proyectos de Hollywood, además de no ocultar su ambigua sexualidad. Logra, al menos, interpretar la angustia y desesperación que debió haber vivido la Seberg, y ese es el mayor atractivo de una cinta que pudo haber sido mucho mejor. En su bien documentado libro sobre Seberg, Played Out: The Jean Seberg Story, el biógrafo David Richards la cita en un  epígrafe final: Entre una carrera exitosa y la aventura de la vida, escojo a la aventura de la vida. Jean Seberg fue fiel a su principio pero, por desgracia, tuvo que pagar un triste y alto precio.
Jean Seberg en su primer papel
en el cine: Santa Juana
La bella Jean Seberg
Nota:

Richards, David, Played Out: The Jean Seberg Story,
Random House, 1981.

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