martes, 7 de septiembre de 2021

ALEGORÍA DE LA PANDEMIA

TENEMOS QUE HACER ALGO
(We Need to Do Something)
2021. Dir. Sean King O’Grady.

         Para protegerse de una fuerte tormenta que se avecina, la familia conformada por Robert (Pat Healy) y Diane (Vinessa Shaw), además de la adolescente Melissa (Sierra McCormick) y el niño Bobby (John James Cronin) se encierra en lo que debe ser el baño principal de su casa: amplio, lujoso, con bañera. Una luminosidad intensa, aparte de sonidos extraños, sugieren lo que está sucediendo afuera. De pronto, un golpe, para que se den cuenta de que un árbol ha caído sobre la casa, obstruyendo la salida del baño. Con los celulares inservibles, y nadie en el exterior, la familia no puede abandonar el cuarto. Se convertirá en una pequeña arena donde saldrán a relucir secretos o pensamientos reprimidos, y los horrores internos irán materializándose con otros que vienen de fuera…

         Claustrofóbica en cuanto a que la acción principal ocurre dentro de este cuarto de baño, con ciertos retrocesos en el tiempo para que Melissa recuerde algunos hechos que vivió junto con su amiga y amante Amy (Lisette Alexis), sin embargo, el suspenso mantiene al público en acecho, sin que le afecten esas paredes que parecerán irse cerrando más sobre los personajes, aparte de que el movimiento es constante, lo mismo que las tomas de cámara, con ciertos momentos en que se permite descansar al espectador. Es una cinta ambigua, en cuanto a que suceden cosas que no se explican, sino que se dejan para que el espectador las complemente. Es un microcosmos donde no se sabe qué esté pasando afuera de su círculo. El paso del tiempo se irá sintiendo acorde con los cambios de actitud y reacción de los personajes.

         Sin que fuera el objetivo principal, la cinta se torna en una alegoría de la pandemia: la familia reunida, sin poder salir, sin saber cómo se está comportando la sociedad externa a sus límites, dejando que surjan sus afectos o sus defectos. Nadie sabe en qué devendrá el planeta: una renovación o el final del mundo. Una manera inteligente y cáustica para mostrar el infierno familiar. No puede dejarse de pensar, con toda la distancia necesaria, en Buñuel y su crítica de “ángel exterminador” hacia la sociedad burguesa con toda la suciedad interna saliendo a flote: si en ese caso eran sus propios vicios y defectos emanados de su propia clase los que les mantenían prisioneros, ahora son los demonios internos que se desatan por causa de la familia disfuncional. Brujería y el diablo que anda suelto. No hay marcha atrás. Los propios miedos nos consumen.

El director Sean King O'Grady



No hay comentarios:

Publicar un comentario