CRÍMENES DE FAMILIA
2020. Dir. Sebastián Schindel.
Alicia (una contenida y ya ma
Al realizador argentino Shindel le atrae el tema de la injusticia, sobre todo para el débil e ignorante, como pasaba con El patrón: radiografía de un crimen (2014) donde un joven campesino era explotado hasta la desesperación por un tipo abusivo y corrupto; y su variante, en cuanto al desamor y egoísmo maternal en El hijo (2018) donde un pintor sufría del extrañamiento de su esposa escandinava que llegaba a extremos inconcebibles con tal de apartarlo de su hijo y de su vida. Ambos temas son reciclados en esta cinta que mezcla elementos de melodrama (amor maternal que ciega), intriga (secretos guardados), con gran ironía (el reconocimiento del fracaso trae como consecuencia otro tipo de felicidad).
Hay una secuencia que muestra a la sala
del tribunal de justicia a oscuras, cuyas luces se encienden para mostrarla
vacía. A ella llega una mujer policía que custodia a Gladys y la sienta en su silla
para esperar el momento en que habrá acción. Con esta imagen, el espectador tiene
la idea de lo que es un complejo limbo ordenado y frío donde se juegan los
destinos de los seres. Todos los días, la balanza se va inclinando hacia uno u
otro lado dependiendo de declaraciones, intenciones, miradas, palabras,
calumnias o verdades que siempre quedan en suspenso. Shindel ofrece las dos
caras: el espacio de legalidad que cree en el valor del ser humano en contraste
con la corrupción que puede callar personas o despojar documentos cruciales.
Un elenco impecable en una cinta
compacta que apenas llega a los 95 minutos. Al terminar, nos damos cuenta de
que es historia muchas veces contada. Sin embargo, la forma, el detalle, las
transiciones y la narración no lineal, ofrecen otros matices. El espectador se
crea diversas expectativas y va formando su opinión. Un hombre con bello rostro de
sacrificio y lágrimas, una mujer que habla de golpes y amenazas con cuchillo,
una patrona que reclama escandalizada, un esposo que ya está cansado por tantas
malas experiencias familiares. Y finalmente, como corolario, unas frases de
Bertolt Brecht que solicitan compasión y supresión de juicios contra un alma
inocente.
El realizador Sebastián Schindel
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