viernes, 30 de julio de 2021

FAMILIAR Y FURIOSA

RÁPIDOS Y FURIOSOS 9
(Fast & Furious 9)
2021. Dir. Justin Lin.

         Repito lo que comenté cuando reseñé la edición 7 de esta extraordinaria saga imposible, ilógica, irresponsable: “Lo que comenzó como un renacimiento del cine de carreras de autos, y la lucha entre la ley y el rebelde, para dar lugar al concepto de familia interracial (el policía blanco Brian se enamoraba de Mia, la hermana de Toretto, el multiétnico fortachón que, a su vez, adoraba a Lety, la chicana) se fue tornando en franquicia de aventuras. De delincuentes pasaron a apoyar al Gobierno, subrepticiamente, dando lugar a locaciones internacionales para vivir las aventuras más imposibles y, no obstante, magnéticas. Si se quiere dar un ejemplo de lo que significa diversión para un mundo dominado por la tecnología y salido de la ya transformadísima fábrica de sueños, aquí se tiene la respuesta. Bien valió la espera…”. Y ahora, se subraya con mayor fuerza esa espera debida a la fatal pandemia. Rápidos y furiosos 9 es una delicia que, por fortuna, ha vuelto a las manos del maestro Lin (aunque las anteriores ediciones no han sido menores: ¡para nada!).

         Ahora, la trama se va al pasado, cuando Dom (Vin Diesel) pierde a su padre, piloto, en una carrera de autos. Tal parece que su hermano menor, Jakob, ha sido el culpable. Por tal motivo ocurre un distanciamiento que es reforzado por una apuesta que gana Dom. Ya en el presente, inicia la nueva aventura, debida precisamente a Jakob (John Cena) quien roba la mitad de un dispositivo que, al juntarse con la parte faltante, puede intervenir a todos los satélites y, de esa manera, dominar al mundo. Para localizarlo, Jakob ha encontrado y encerrado a Cipher (Charlize Theron), la culpable de la muerte de Elena, la esposa de Dom. La cinta irá desarrollándose entre la búsqueda, encuentro y posterior derrota de los villanos (algo que no es novedad en este género, por lo que no se está revelando nada). Sin embargo, lo fascinante de esta película es que, de pronto, hay reflexiones acerca de lo que significan estos personajes y sus acciones violentas, pero imposibles y, no obstante, triunfales. En otro aspecto, hay la alternativa de diseccionar los sentimientos familiares y detener la acción para que se lleve a cabo una secuencia de revisión personal en Dom. Todavía más: la reaparición de personajes y las redenciones debidas a traiciones y reveses.

         Alrededor de todo se encuentran efectos especiales de primera categoría: truculentos e improbables, como un gran imán que funciona, finalmente, acorde con las voluntades de los protagonistas, y que resultarían inexplicables si se les busca una explicación lógica. Luego, está el espacio exterior. Uno nunca se imagina cuáles serán los siguientes límites que se romperán según vayan sucediendo las ediciones de las películas. La sociópata y cruel Cipher ocupa un rol secundario que irá tomando mayor fuerza según va progresando la trama, y uno imagina que, ya fue estelar en la edición previa y se le guarda para futuro, como pasará en la siguiente, con otro personaje, acorde con los usuales adelantos que se presentan al fin de las cintas.

         El reparto ha sido una cualidad importante, elemento que, en muchas ocasiones, define éxito o fracaso. Al conjuntar a Vin Diesel, Michelle Rodríguez, Ludacris, Tyrese Gibson, Sung Kang, como una gran familia que debe anteponerse a todo, se transmite ese sentimiento de unión y solidaridad. Justin Lin es un maestro para impartir ritmo a las secuencias de acción, además de saber equilibrar perfectamente las diversas situaciones que están ocurriendo. En esta ocasión, el guion final fue obra de Lin junto con un escritor con menor experiencia, Daniel Casey, que supieron mezclar intimidad con explosión. Ritmo y gracia, elementos que hacen largas y soporíferas a otras películas, aquí dejan a uno con deseos de que no termine estas delicias que nos están narrando (140 minutos que parecen muchos, muchos menos).

 Los guionistas Daniel Casey y Justin Lin: geniales



martes, 27 de julio de 2021

ILUSIONES PERDIDAS

HIJOS DEL SOL
(Khorshid)
2020. Dir. Majid Majidi.

         Alí (Roohollah Zamani, extraordinario) es un niño de doce años quien, junto con tres amigos, se dedica a realizar robos de llantas y otros pequeños latrocinios, para mantenerse. Cierto día es requerido por un hampón, Hashem, quien le encarga una misión: inscribirse en una escuela que está junto al cementerio, encontrar el sótano y empezar a excavar para reclamar un tesoro escondido. A cambio de ello, Hashem le promete dinero y alojamiento para Alí  y su madre, que se encuentra recluida en un sanatorio psiquiátrico luego de haber sufrido un trauma. A partir de este momento, empieza la aventura de Ali con Mamad, Reza y Albofazl, sus amigos. La cinta nos irá narrando los esfuerzos del niño para poder llegar al final de su encomienda. La película nos llevará por dos caminos bien desarrollados: la oportunidad de que estos niños de la calle encuentren, por algunos momentos, lo que es el ambiente escolar, la cercanía con compañeros de su misma edad, la posibilidad de destacar tanto en el estudio como en el deporte. Y en otra fase, la pérdida de las ilusiones: mientras más vaya avanzando Alí en la excavación de su túnel, paulatinamente sus amigos se irán difuminando en el horizonte de sus existencias: Mamad, vendido por su padre a un trailero como aprendiz; Reza, harto de estar siempre recibiendo órdenes de Alí, al cual repudia; y finalmente, el pequeño e inteligente Aboulfazl, refugiado afgano, junto con su hermana Zahra, quien será obligado a abandonar el país por su misma condición inmigrante.

 Aboulfazl, Reza, Mamad y Alí
Alí con la pequeña Zahra

         Sin caer en el sentimentalismo fácil, pero tampoco dejando de lado la parte humana que ofrece hálitos de esperanza a nuestra sociedad, se va construyendo el retrato del violento pero noble Alí. Con la misma rabia que golpea a compañeros que se burlan de su familia, siente admiración por las personas que le apoyan. Consciente de que sus actos no son legales, se entrega con furia a la búsqueda del tesoro porque significa la reunión con su madre, la paz que nunca ha conocido por completo. Al coincidir con Zahra, pequeña vendedora de esponjas en el Metro, le regala sin que ella se dé cuenta, un prendedor para el cabello. Al ocurrir una injusticia hacia el Sr. Safier (Javad Ezati, cálido), subdirector de la escuela, se solidariza de su lado, lo mismo que es el primero al cual acude cuando ocurre un problema.

 El pequeño y tenaz Alí con su excavación
Alí, enseñando al Sr. Safier cómo golpear con la frente

         Los niños asisten a la “Escuela del Sol”, una institución privada que vive de las donaciones de benefactores. Su equilibrio es frágil porque no han pagado un arrendamiento que ha causado la ira de su rentero. Así se muestra parte de lo que es el sistema educativo iraní: también hay esfuerzos particulares para sacar adelante a tantos niños que se vuelven, por falta de otros incentivos, en presa fácil de hampones. De ahí que la cinta parezca repetitiva en cuanto la muestra del trabajo constante de excavación de Alí, pero todas las circunstancias a su alrededor, así como la esperanza de estar con su madre, redime las pocas fallas y exalta las muchas cualidades de esta hermosa producción: sobre todo su talentoso elenco. Al final, la vieja casona de la escuela, permanece en pie, recuerdo de una noble causa, símbolo de esa terrible pérdida de las buenas intenciones, de esperanzas, de ilusiones, sobre todo.

El director Majid Majidi




lunes, 26 de julio de 2021

¡EXPLOSIVA!

IMPACTO
(Jolt)
2021. Dir. Tanya Wexler.

         Lindy (Kate Beckinsale, con notoria cirugía que la hace parecer más a la Nicole Kidman contemporánea que a ella misma: tan bella que era) es una mujer que sufre una afectación neurológica, bautizada como “desorden explosivo intermitente” que la ha marcado desde niña: en cuanto se enoja por alguna acción injusta, ataca salvajemente a la persona que la ha provocado. A pesar de muchos tratamientos, la única solución adecuada ha sido un chaleco con electrodos que le permiten sentir descargas que, al menos, la calman temporalmente. Cuando por fin decide tener una cita a ciegas, el hombre que le toca, Justin (Jai Courtney), le resulta atractivo. Luego de tener relaciones sexuales, Lindy imagina un cambio fundamental en su persona, pero todo se torna inútil cuando Justin es encontrado muerto al día siguiente. Al darse cuenta de que la policía sigue las reglas y tardará mucho tiempo en resolver el caso, decide ir en busca del asesino de su amado.

Lindy descubre el sexo que calma su sentimiento de ira

         La cinta posee humor. Hay secuencias donde Lindy imagina lo que haría a algunas personas si no fuera por el impulso eléctrico. La descripción de su goce, al psiquiatra que la atiende, cuando ha descubierto el acto carnal la muestra entusiasta, luego de atestiguar el crecimiento en tamaño del genital masculino. En otra secuencia, mientras escapa de la persecución policiaca (por motivos que le dejo a Ud. disfrutar), empieza a lanzar bebés recién nacidos a la detective que le apuntaba con una pistola. Y, por supuesto, que habrá mucha acción, golpes, ataques sangrientos, que comprueba aquello de que no importa lo que se cuente, sino cómo se cuente… La película no se diferencia de otras de su género, pero es el tono, el ritmo, el reparto adecuado, lo que la hace vibrar para el espectador.

Lindy llega a excesos con tal de encontrar al asesino de su amado...

         La realizadora Tanya Wexler llamó la atención gracias a su tercer largometraje Histeria (2011), donde narraba la creación del primer vibrador que vino a desplazar los masajes manuales con los cuales se trataba a las mujeres histéricas en el siglo XIX, cuando el problema era la mera insatisfacción sexual. En esa cinta, igualmente se mezclaba cierto tono humorístico ante una situación seria. Acá estamos en lo que se puede considerar una fantasía donde se acepta más el tono ligero, debido a que se está partiendo de la irrealidad. Por otro lado, es una forma elegante y desenfadada para hablar del manejo de la ira, ese sentimiento violento que causa tanto tragedias como situaciones ridículas en seres inseguros e inocuos. Diversión segura.

La realizadora Tanya Wexler



 

 

 

 

viernes, 23 de julio de 2021

LA IGLESIA DOMINADA

 

SIERVOS
(Sluzobníci / Servants)
2020. Dir. Ivan
Ostrochovský.

         Un prólogo muestra a un automóvil que se detiene debajo de un puente ferrocarrilero. Dos hombres bajan, sacan de la cajuela el cuerpo de un individuo y lo depositan sobre el pavimento lodoso. Las siguientes imágenes nos presentan a los jóvenes Juraj y Michal que ingresan en una escuela teologal como seminaristas. La repentina aparición de panfletos, con una posterior huelga de hambre, dan idea de que la aparente sumisión que se ha notado inicialmente entre los alumnos del lugar, está amenazada por la insatisfacción y la rebeldía ante la intromisión del estado comunista en el ámbito eclesiástico. Una advertencia al inicio de la película, indica que en 1971, el gobierno checoslovaco creó la organización Pacem in terris, como una forma de control de un mundo que, en esencia, debería estar libre de estatutos, ordenanzas o mandatos políticos… Esta organización se mantuvo hasta 1989 (pocos años antes de que ocurriera la división del país en dos estados ahora autónomos), y la acción de la película sucede precisamente en esos difíciles y represores años ochenta.

 Juraj y Michal, los jóvenes seminaristas
Juraj, aleccionado por el joven maestro

         Sin narración lineal, la cinta, en un hermoso y contrastante blanco y negro, con pocos diálogos, irá mostrando la tensión generada por las estrategias gubernamentales para influir en el comportamiento y obediencia de los clérigos. Juraj y Michal se encontrarán con tres personajes que impactarán en sus existencias: el rector del lugar, figura importante de Pacem in terris; un joven maestro, perteneciente a lo que se denominó como “iglesia subterránea” que reaccionó contra las imposiciones del estado; y el director espiritual, víctima del chantaje, obligado a colaborar, aun faltando al sigilo sacramental. La cinta viene a ser otra denuncia del pasado histórico, en un contexto que pocas veces se discute. Otros reclamos del autoritarismo y abuso de los regímenes comunistas, siempre paranoides, atacando a cualquier disidencia. Sin embargo, la cinta presenta también a los victimarios, en la persona del Dr. Iván, médico que procede a investigar y presionar a los responsables del seminario para conocer a los perpetradores de los actos rebeldes: en un acto irónico y purificador, se le presenta invadido (castigado) por un eczema que carcome la piel de su cuerpo.

 El director espiritual solicitando que desistan de la huelga

         Una película austera e hipnótica: se muestran los hechos cotidianos entre seminaristas que juegan ping pong alternándose en un círculo alrededor de la mesa para participar. O desde una toma aérea, se les ve jugando con una pelota de soccer en un reducido patio que también sirve como tendedero de ropa. El maestro joven crea equipos de trabajo con la intención de que se conozcan, ya que todos proceden de distintas regiones. Michal y Juraj serán quienes duerman en una litera, practiquen juntos con sus acordeones y paulatinamente, se vayan alejando por los hechos que acontecen: su involucramiento en esa iglesia rebelde, cada uno por su lado, creando expectativa y sorpresa en el espectador. En otro aspecto, está la maquinaria represora; al descubrirse el panfleto que reniega de Pacem in terris, todas las máquinas de escribir son confiscadas para descubrir al autor del mismo. Juraj será llevado a interrogación porque resulta sospechoso, y a los sospechosos se les sacaba de los seminarios para reclutarlos en la milicia y reeducarlos. Como consecuencia final, quedaba el asesinato (la secuencia del prólogo se repite necesariamente más adelante).

 Juraj, interrogado por el Dr. Ivanov

         Una coproducción entre Eslovaquia, Rumania e Irlanda, que participó en la sección Encuentros del riquísimo Festival de Berlín en el infausto 2020. Una cinta que nos devuelve, por medio de la ficción, al análisis del pasado en cuanto a hechos que sucedieron, sin que se preocupe por darnos antecedentes o motivaciones de los personajes. Lo que en tiempos pasados era la recuperación de épocas de Guerra Mundial (La tienda en la calle mayor, Trenes rigurosamente vigilados) o situaciones posteriores (el esplendor de los Estudios Barrandov y su generación de brillantes realizadores) para hablar de sus injusticias, ha devenido en la búsqueda de otras acciones, más adelante en el siglo XX, que marcaron lo que vendría a ser el final de un régimen totalitario, la escisión de estados, la consecución de una libertad que, por esos años, no existía.

El director Ivan Ostrochovský.






 

        

miércoles, 21 de julio de 2021

TRUFAS

 

PIG
2021. Dir. Michael Sarnoski.

         Robin Feld (Nicolas Cage) vive en una choza perdida dentro de una región boscosa, alejada de la ciudad de Portland. Junto con una marrana, busca trufas, una especie de hongo que crece bajo tierra, cerca de los árboles, y que es muy apreciada por los grandes cocineros. Cada semana llega Amir (Alex Wolff, todo un descubrimiento), un joven que le compra las trufas para revenderlas por su lado. Cierta noche, alguien llega para golpear a Robin y secuestrar a la cerda. Entonces, empieza su travesía para recuperarla. Para ello, busca a Amir quien será el que lo lleve a la ciudad y, paulatinamente, el espectador se vaya enterando de la identidad, antecedentes, motivos de este personaje que valora sus pequeños momentos, su vida libre de compromisos, los recuerdos que atesora, y a su única posesión que vale la pena. La marrana tiene olfato preciso para localizar a las trufas. Como si fuera mascota doméstica, acude al silbido de su amo y duerme a su lado. Esta marrana (“pig”, cerda) viene a ser el paliativo a su soledad. Al quitársela, su vida pierde uno de los soportes, cimiento importante.

         Sin embargo, al ser una cinta de Nicolas Cage, uno puede esperar la historia de una venganza. La recuperación a como dé lugar del animalito y el castigo a los perpetradores. Nada de eso sucede: está el impulso por tenerla de vuelta, pero para lograrlo, ocurre otro proceso personal. El retorno a la ciudad hace que Robin se confronte a sí mismo, al pasado que abandonó quince años atrás, cuando ya nada valió la pena para continuar con lo cotidiano. Y es que Robin Feld fue uno de los chefs más importantes de la ciudad. Sus platillos eran memorables y daban lugar a que los comensales se sintieran bien: las parejas se reconciliaran y vivieran nuevamente el amor original de su relación. Robin hará varias escalas para llegar a la pista final. Hay violencia, pero es apagada, sin respuesta. Robin se autoflagela como purificación antes de seguir adelante. Amir, a su lado, no comprende lo que está sucediendo, pero para eso están las palabras, y es su conversación la que también lo centrará en este momento de juventud. La manera de Robin para ir consiguiendo el punto final de su travesía personal es la expresión de la verdad a sus interlocutores. Un antiguo chef, al cual despidió cuando era joven, recibe una lección de su realidad. Otro personaje será desarmado de su prepotencia ante el recuerdo palpable (un platillo) de otros tiempos mejores.

         Y está la recuperación de Nicolas Cage, alejado de tantas películas con altos o bajos presupuestos, centradas en la acción impersonal y constante. Ahora, ya viejo, vuelve a demostrar las cualidades que alguna vez se notaron en Educando a Arizona, El beso del vampiro, Adiós a Las Vegas o Códigos de guerra. Aquí, la dirección se centra en su persona, en su capacidad actoral para transmitirnos toda la guerra interna que está viviendo. Y está contenido: es la comprobación de su calidad que algunos actores deben de sacrificar con tal de permanecer en el candelero de Hollywood. De vez en cuando surge un gran papel: aquí lo tiene. La cinta está dividida en tres capítulos, cada uno con el nombre de algún platillo, porque es el mundo alimenticio, del arte de la cocina, el que viene a servir como metáfora de la búsqueda de una verdad. Y, sin embargo, es también efímero, como la vida misma. Robin Feld supo eliminar todo lo superficial en su existencia para encontrarle sentido y darse cuenta de que solamente algunas cosas o hechos o personas, valen la pena para tomar en cuenta.

El director Michael Sarnoski



 

        

sábado, 17 de julio de 2021

PIONEROS EN MARTE

 

SETTLERS
2021. Dir. Wyatt Rockefeller.

         Su traducción literal sería “Colonizadores”. Reza (Jonny Lee Miller) e Ilsa (Sofia Boutella) viven, junto con su pequeña hija Remmy (Brooklynn Prince, extraordinaria), en lo que sería el equivalente de una granja moderna, en algún lugar de Marte. Tienen un cerdo y un marranito. Además, hay un vivero que les da verduras para comer. Por la noche miran al cielo y Reza le indica a Remmy un punto lejano que es la Tierra, de la cual recuerda que nunca vio animales exóticos, solamente perros. La existencia es tranquila y los días pasan sin novedades. Todo va bien hasta que cierto día aparece la palabra “Leave” (váyanse), con la sangre del cerdo. Reza toma su arma y sale a combatir a los que se han atrevido a atacarles. El resultado es su propia muerte, la de otras dos personas, pero sobrevive uno de ellos, Jerry (Ismael Cruz Cordova), quien somete a Ilsa, a la que le da treinta días para irse del lugar.

         Sin mucho diálogo, ni explicaciones, ni antecedentes, estamos ante lo que pudiera considerarse una cinta del oeste en el salvaje Marte. El paisaje amplísimo, aunque ahora desolado, con sus tonos rosas y ocres; la granja simple, donde hay cerdos en lugar de caballos, y luego, con el tiempo, gallinas, sin que se tenga idea de dónde surgieron. La familia colonizadora amenazada por alguien que reclama el lugar porque le pertenecía a sus padres, a los cuales abandonó hace años, como si fueran nativos americanos ofendidos por la conquista de sus parajes. Los personajes se mueven sin problema por todo el abierto escenario sin tener problemas para respirar, o sufrir las inclemencias del tiempo. Hay pozos desde los cuales sale el agua para la limpieza o el consumo.

Es una cinta seca, en el mejor sentido de la palabra, que acude al cerebro y la imaginación del espectador para establecer un pasado y los hechos que han llevado a este trío de sobrevivientes a alcanzar el actual punto de su existencia. Tenemos los antecedentes de Planeta rojo (Hoffman, 2000), Fantasmas de Marte (Carpenter, 2001), Los últimos días en Marte (Robinson, 2013) o la espectacular, pero fallida, El marciano (Scott, 2015), cuyos enfoques eran de primera investigación, establecimiento de bases para la permanencia, o el terror mezclado con la ciencia ficción de un futuro muy evolucionado. Ahora es la vida cotidiana en Marte, aunque sea primitiva, solitaria, abierta a otras civilizaciones (Ilsa le confiesa a Jerry que ella mató a su padre cuando los atacó porque se enteró que venían de la Tierra: o sea, ¿de dónde más?).

         La cinta se abre a la ley del más fuerte: a la no sociedad que impone sus propias reglas (como ocurría en los tiempos pioneros que se fueron civilizando). Hay muertos sin justicia de por medio. El entierro de cuerpos con las rocas marcianas cubriéndolos. Un robot para mostrar el progreso, pero que no es un personaje dulcificado ni gracioso como los que vemos en las producciones usuales: una simple caja cuadrada, con sensores. Y alguno de los misterios que producen extrañeza en el espectador se irán aclarando, hasta lo necesario. Sin embargo, también está la naturaleza humana. Llegará el momento en que el impulso sexual haga que cambien las condiciones.

         En estos tiempos, cuando Marte se ha vuelto el lugar para pensar en destino futuro de la humanidad, (además de los intentos de vuelos comerciales al espacio, entre otros objetivos), la cinta nos muestra una alternativa: imagina que hubo un esfuerzo inicial que luego se fue desvirtuando. La desolación es mucha y solamente la imposibilidad de continuar viviendo en un planeta que se torna hostil y difícil, como es el nuestro, actual, contaminado, huracanado, en sequía o con los contrastes sociales más extremos que nunca, sería la causa de buscar ese nuevo hogar: semejante a la de los colonizadores o primeros pobladores o conquistadores que la historia nos ha enseñado, donde no había más que esperanza y, encima de todo, una constante y profunda soledad.

Primer largometraje de Wyatt Rockefeller



domingo, 11 de julio de 2021

UNA VIDA DE FICCIÓN

 

TAB HUNTER: CONFIDENCIAL
(Tab Hunter: Confidential)
2015. Dir. Jeffrey Schwartz.

         Tab Hunter fue un ídolo juvenil de los años cincuenta. Eran los tiempos del presidente Eisenhower, durante la Guerra Fría y la cacería de brujas de comunistas donde, además, la homosexualidad estaba catalogada como enfermedad y era ilegal, motivo de chantajes para quienes debían ocultarla y eran descubiertos. Tab Hunter era homosexual, pero nunca lo trató abiertamente; fue discreto y siguió las reglas del Hollywood en esos tiempos: salir con chicas, coquetear con sus admiradoras, sugerir en las entrevistas que andaba en busca de la muchacha adecuada, sin que jamás hubiera resultados visibles. Nacido en 1931, llegó a los 19 años a Hollywood donde realizó todo tipo de trabajos hasta que alguien le aconsejó que buscara entrar al cine. Consciente de sus limitaciones, encontró a un agente que le ayudaría y fue Henry Willson, quien había lanzado a la fama a Rock Hudson y, en menor escala, a Guy Madison y Rory Calhoun. Un papel estelar en la cinta independiente La isla del deseo (Stuart Heisler, 1952) hizo que el público se fijara en el atractivo rubio, ojiazul, que mostraba su esculpido cuerpo en traje de baño. De ahí, un contrato para la Warner Bros. que duraría varios años. Además, la grabación de un disco (“Young Love”) que se tornó inesperado, gigantesco, éxito, al grado de desbancar al mismo Elvis Presley en las listas de ventas y popularidad. Tab Hunter estaba en su gran momento y se convirtió en una de las estrellas favoritas de Jack Warner, el presidente de la compañía que lo arropaba. Cuando Hunter decidió abandonar a su agente, en busca de otros horizontes, Willson se vengó ofreciendo información escandalosa del pasado de Tab a un tabloide de moda (“Confidential”) para dañar su reputación. Warner lo protegió y nada sucedió al final de cuentas.


         Tab Hunter había publicado su autobiografía en 2005, que vino a ser la inspiración para la realización de este documental (Tab Hunter: Confidential. Algonquin Books, 2005). Cándido y discreto, en el libro, Tab no era tan descriptivo ni abierto, como lo podemos ver frente a la cámara, aunque se lee con mucho interés por su calidez. Sus romances con el patinador olímpico Ronald Robertson y con el actor Anthony Perkins se sienten más cercanos en el tratamiento directo. Las fotografías adquieren otro significado, aparte de que se cumple uno de los objetivos más importantes de la obra: comentar acerca de un tiempo ya pasado, bastante frágil, difícil para sus víctimas, pero que fueron asentando las bases para que en estos años recientes haya menos prejuicios, se acepte naturalmente la orientación sexual de quienes deciden abrirse al mundo y evitar toda la teatralidad que era necesaria para montar una ficción personal. Hay testimonios diversos, extraordinarios: Debbie Reynolds o Venetia Stevenson, entonces jóvenes actrices, que eran las acompañantes de Tab a eventos públicos, y quienes aclaran que era todo un caballero. La Madre Superiora Dolores Hart, otra estrella juvenil que decidió dejar el cine por los hábitos de monja, recuerda esos tiempos con ingenuidad. Están las fotos y los vídeos de miles de jovencitas histéricas ante la presencia del actor. Una mujer que entonces ganó el concurso organizado por una revista para pasar un día con Tab, lo recuerda como una de las grandes experiencias de su vida. Y nadie imaginaba la verdad detrás de la apariencia. El documental muestra al Tab Hunter del presente (2015: Tab moriría en julio de 2018), quien termina afirmando que está muy contento porque Hollywood lo olvidó.

         Su paso por el cine fue variado y, en su momento de mayor popularidad: juventud y físico deseable, apareció en cintas que fueron exitosas y que ahora pertenecen a títulos ya considerados clásicos, gracias al paso del tiempo, elencos y varios elementos de sus narrativas. Alternó con Sophia Loren, Natalie Wood, Rossana Podestá, y ya en su etapa de madurez, dentro de lo que se considera un cine kitsch, con Divine, en películas dirigidas por John Waters. La filmación de este documental que les estoy comentando, producido por la pareja final de Hunter, Allan Glaser (con el cual estuvo casado por 35 años hasta su muerte), todavía incrementa su verdad y rinde un homenaje más trascendente.

Tab Hunter, con su amiga y coprotagonista Natalie Wood


Tab Hunter, con el intenso Anthony Perkins





sábado, 3 de julio de 2021

CUIDAR AL FUTURO

 

LA GUERRA DEL MAÑANA
(The Tomorrow War)
2021. Dir. Chris McKay.

         En diciembre 2022, mientras se televisa un juego de futbol americano, ocurre una interrupción: de la nada surgen, en medio del estadio, soldados cuya líder informa que vienen del año 2051 y requieren ayuda. El planeta ha sido invadido por feroces extraterrestres y la raza humana está a punto de ser aniquilada: solamente queda medio millón de seres en toda la Tierra. Se empieza a reclutar a militares, luego a civiles, que deben de servir por siete días: muchos de ellos no regresan. Uno de ellos es el profesor Dan Forester (Chris Pratt), padre de la niña Muri, quien acaba de sufrir una gran frustración al no ser aceptado para un trabajo de investigación. Al llegar a la derruida ciudad de Miami, se encuentra con la Coronela Forester (Yvonne Strahovski), eminente científica además, quien resulta ser su propia hija. La búsqueda de una toxina para retornarla al año 2023 y que se tomen precauciones para que no se llegue a este futuro, es una de las causas por las cuales ella solicitó que se reclutara a su padre.

Los soldados del futuro llegan en 2022, a pedir ayuda (al frente, Jasmine Mathews, a quien podemos disfrutar en la serie de televisión "The Rookie" como la oficial Rachel)

         Una variante sobre los viajes en el tiempo como se ha visto en joyas clásicas (La máquina del tiempo, 1960 o Terminator, 1984) y en otras cintas mayores (Asesino del futuro, 2012 o Al filo del mañana, 2014) como menores (12 monos, 1995 o Ténet, 2020), donde lo que más intriga al espectador son las paradojas teóricas del fenómeno, además de las alternativas para cambiar la historia (El efecto mariposa, 2004). En este caso, las personas que vienen del futuro no han nacido todavía y las que son llevadas al futuro están condenadas a morir antes del 2051, para evitar que se encuentren consigo mismas. En cuanto al cambio de la historia, se intuye y quedará como asignatura pendiente al retornar al presente. Como en toda cinta de ciencia ficción, se sabe que no existe una lógica tal cual la utilizamos en lo cotidiano, pero esa es una de las grandes libertades de esos sueños llamados películas, porque como en las cintas de Christopher Nolan, todo lo que sucede no puede ser comprobado, así que no queda más que aceptar y, sobre todo, disfrutar.

 Los improvisados soldados (Dan tiene experiencia por haber luchado en Irak), cada uno con sus motivaciones especiales.

         La cinta es entretenidísima y se dedica a la acción constantemente. Los pequeños intermedios son reflexivos o de conversaciones que tienen que ver con el consabido e importante discurso de la familia (Muri adulta con Dan, o el mismo Dan con su padre, del cual ha estado alejado por resentimientos del pasado), así como de la historia y los hechos que sucedieron (por eso, uno se entera de que Dan deberá volver al año original). El ritmo se mantiene por medio del suspenso: se describen a los extraterrestres y se informa de su letalidad, pero no se muestran sino hasta que se han establecido todas las variables para comprender la secuencia narrativa. El estilo del realizador (responsable de las cintas “Lego”, que desconozco) es el uso de una cámara en movimiento para ir acercando al espectador hacia el objeto de curiosidad.

 El reencuentro de Dan (Chris Pratt) con su hija Muri (Yvonne Strahovski), ya con 40 años de edad.

         Un gran despliegue de efectos especiales que van dando cuenta de la devastación planetaria, acompaña a un elenco preciso y empático. Tal vez, el juego consciente de este viaje al estilo Terminator hizo que el guionista nos compartiera un guiño de ojo al hacer que el personaje de Pratt le diga a su hija: “I will be back”, ya sin el apóstrofe del personaje de Schwarzenegger. También es importante destacar el sentido metafórico de estos depredadores que han devastado a todo el planeta, cuando pensamos en el Covid y sus consecuencias. Al iniciar en un tranquilo 2022, sin mascarillas, con fiestas familiares y clases en las escuelas, se da por sentado que la pandemia ha sido controlada: no obstante, esa amenaza que llega del futuro da a entender que se debe estar preparado porque seguiremos estando expuestos a un planeta con tantos cambios ambientales y atmósfera contaminada: no se necesita tener a monstruos extraterrestres cuando ya los tenemos microscópicos, depredadores, por todas partes, y hasta mutando.

El realizador Chris McKay en el rodaje de la película



EL CINE NEGRO RESUCITADO

 

NI UN PASO EN FALSO
(No Sudden Move)
2021. Dir. Steven Soderbergh.

         Es la ciudad de Detroit, en 1954. Curt Goynes (Don Cheadle), recién salido de prisión, acude con su amigo Jimmy, quien le ha llamado para un trabajo aparentemente fácil que le traerá el dinero necesario para recuperar un terreno en Oklahoma. El contacto es un hombre autoritario Doug (Brendan Fraser, irreconocible) quien lo relaciona con otros dos tipos: Russo (Benicio del Toro) y Charley (Kieran Culkin). Solamente tendrán que retener como rehenes a la familia del contador Matt (David Harbour), mientras éste recupera un documento esencial para quienes han contratado a los tipos. Las cosas salen mal porque el documento no se encuentra donde se debía, el intento por matar al contador y su familia da como resultado la muerte de uno de los tipos, y de esta manera, inicia otro plan para que Russo y Curt consigan el documento y hagan los tratos correspondientes con las altas esferas involucradas.

         El irregular y prolífico Soderbergh, quien ha pasado de un género a otro, con diversos niveles de calidad (las excelentes Un romance peligroso o Contagio o La suerte de los Logan, contra las pifias engañosas y grandilocuentes como Tráfico o Solaris) entra de lleno a una recreación del mejor Film Noir de los años cincuenta, en cuanto a atmósfera y actitudes (fumar sin remordimiento, la mujer en casa, la ropa particular), además de ir desentrañando una trama oscura donde hay traiciones, secretos, personajes inesperados. La invasión de los delincuentes en la casa de Matt, la realizan solamente con antifaces para proteger su identidad ya que todavía no existían los avances científicos del ADN o las cámaras de vídeo por todas partes. Eran los tiempos de secretos documentos guardados en cajas fuertes.

         Aparte de cuestiones internas que relacionan tanto a Goynes como Russo con cabezas de grupos mafiosos que, en esos años, también intentaban apoderarse de lugares y de productos, hay una subtrama que involucra al espionaje industrial dentro de las compañías automovilísticas. Y de ahí se derivan historias de adulterios y esposas infieles. El guion, muy bien estructurado, permite conocer a los personajes de manera indirecta. Los problemas sentimentales de ambos (una visita que realiza Goynes a una anterior novia; la dama visitante, que debe tomar precauciones para no ser vista en el departamento de su amante Russo). Y luego está, el eterno retrato, ineludible, de la familia. Matt tiene esposa, quien se enterará de un amorío gracias al hecho delictuoso, y dos hijos, una niña y un adolescente (el adorable Noah Jupe, quien de niño nos deleitó con Suburbicón, Contra lo imposible, y recientemente con las dos partes de Un lugar en silencio, entre otras), quien se rebelará contra las debilidades del padre y dejará en claro sus creencias y valores.

Así Soderbergh mezcla delito más verdad. Nos muestra las dos caras de la existencia, a través de una narración que ofrece las reglas por las cuales se mueven los hampones junto con una visión ácida e irónica sobre los poderosos, el gobierno, la policía. Y no deja de lado el microcosmos básico de la familia que permanece contra toda amenaza. Una recuperación de género debida al guionista de La magnífica aventura de Bill y Ted, Hombres de negro o la primera versión fílmica de Los ángeles de Charlie (2000), que dan idea de su manejo de la acción, además del equilibrio entre múltiples situaciones sin que jamás se sienta que una se torne insulsa por exceso de otra. El reparto estelar es icónico para Soderbergh (Cheadle, Del Toro).

El director, también fotógrafo, Steven Soderbergh


Lo que va de ayer a hoy: Brendan Fraser