sábado, 6 de junio de 2020

SE BUSCA JUSTICIA


LA VIDA Y MUERTE DE MARSHA P, JOHNSON
(The Death and Life of Marsha P. Johnson)
2017. Dir. David France.
         A partir de la figura de Marsha P. Johnson, mujer transgénero, quien fuera importante para el movimiento de liberación gay en Nueva York ya que fue la pionera, en su identidad, para alzar la voz y empezar a militar políticamente a partir del incidente de Stonewall, ocurrido en junio de 1969 (que marca una etapa en esa ciudad para que las personas con diferentes orientaciones sexuales comenzaran a manifestarse), este documental abre un panorama acerca de la injusticia, el odio y la discriminación, en particular, hacia los seres trans, y revisa lo que ha sucedido con el paso de los años. A través de la activista, Victoria Cruz, quien trabajaba en una asociación contra la violencia, se da a conocer el caso de Marsha, se revisan los datos, se platica con personas que la conocieron, con la intención de reabrirlo y solicitar una aclaración.
Marsha y Sylvia
en la marcha del orgullo
         Es un punto de partida. Las declaraciones y los fragmentos de vídeos de época, van estableciendo un contexto del entonces, para contrastarlo con el ahora. Aunque se muestra poco de Marsha, su pasado personal, el eje es su muerte nunca aclarada: fue encontrada flotando en el río Hudson. La policía dictaminó suicidio y su cuerpo fue incinerado. No obstante, siempre quedó la duda al aire, ya que Marsha era una persona optimista y generosa, incapaz de quitarse una vida que disfrutaba y de la cual estaba orgullosa. La cinta ofrece varias teorías: pudo haber sido la mafia que regenteaba los bares gay como una forma de presión hacia el compañero de Marsha, o un accidente que la hizo caer al agua y ahogarse, o un asesinato previo que terminó con su cuerpo en el agua. El personaje de Cruz habla con muchos testigos, revisa documentos, ve imágenes.
Sylvia Rivera (1951 - 2002)
         Al hablar con estos testigos, cada uno de ellos platica de sus propias experiencias para dar a conocer el ambiente en el cual se movían. Uno de ellos es Sylvia Rivera, amiga y compañera de Marsha durante Stonewall y muchas marchas posteriores, además de haber abierto, dentro de sus posibilidades y solamente por un par de años, una casa para proteger a otras mujeres trans. Rivera vino a ser el recuerdo vivo de Marsha por su militancia, sufrió agravios y desagravios, vivió en la miseria hasta que su misma comunidad la protegió en los años que le quedaron de su existencia. Paralelamente se habla de un caso reciente sobre otra víctima de un hombre que se encuentra en juicio por el asesinato de una mujer trans: se exige que se le condene como a cualquier criminal pero finalmente se le dan diez años de prisión. Estas son las evidencias y las bases de la protesta que la cinta deja como testimonio en el documental.
Victoria Cruz
         Uno siente que el título de la cinta es correcto al hablar de “la muerte” pero se queda corto en “la vida”, ya que nunca se habla del pasado ni de la carrera de Marsha: se le muestra como activista en las marchas del orgullo gay, pero finalmente este desequilibrio lleva a la reflexión del propósito general: aunque se ha avanzado mucho en los derechos de las personas trans, bien se sabe que continua el desprecio y el rechazo, así como el asesinato. La cinta se inscribe dentro del ámbito de los Estados Unidos, aunque son notorios los retrasos y prejuicios que existen en otros países. La exigencia de tolerancia y aceptación, así como que la justicia sea para todos sin importar raza u orientación sexual es el propósito fundamental.

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