MADAME CURIE
(Radioactive)
2019. Dir. Marjane Satrapi.
En otro acercamiento hacia mujeres notables, la realizadora iraní Satrapi (cuya cinta más popular en México fue Persépolis) se basó en una novela gráfica, también creada por una mujer, para darnos una biografía más terrenal, menos solemne, de una científica que debió saltar los obstáculos impuestos a su condición femenina, para destacar en el ámbito científico. La interpretación de la versátil Rosamund Pike (excelente en la grandiosa Perdida, sobresaliente en la insoportable y cínica Descuida, yo te cuido) todavía eleva al personaje para mostrarla como una mujer sensible y débil (su miedo hacia los hospitales por el recuerdo trágico de su madre) o plena de erotismo (su carnalidad marital o su entrega amorosa al amante) u obsesionada por la ciencia (los descubrimientos que le otorgaron el Nobel en dos ocasiones).
Encontramos a Maria Sklodowska, de origen polaco, pidiendo subvenciones a la academia científica para seguir adelante con sus experimentos sobre los materiales radioactivos. Ante las negativas, recibe el apoyo del colega Pierre Curie (Sam Riley), al cual primero atiende con reservas y cuidado, antes de aceptar su colaboración. Así se irá desarrollando una historia que pulula entre el amor y la ciencia. La devastación emocional al ser considerada primero como “la mujer de Curie”, aunque aceptándolo finalmente como algo inevitable, social, común para los tiempos. Su empeño hará que el reconocimiento llegue.
La estructura narrativa que toma la cinta propone diversificaciones en el camino: según vayan ocurriendo los descubrimientos de sus experimentos y resultados, así como de las potencialidades de los mismos, la cinta cambia de rumbo y se va hacia el futuro: las primeras aplicaciones de radiación como cura del cáncer (sobre todo en niños), la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial, las pruebas nucleares en el desierto de Nevada, la tragedia de Chernóbyl: un equilibrio entre los bienes y los males de estos legados científicos cuando caen en las manos (y mentes) correctas o equivocadas.
Satrapi
lanza una propuesta feminista: el personaje se convierte en punta de lanza
científica, en objeto de escarnio y repudio al revelarse como adúltera, en
sujeto de pasiones sexuales, en innovadora para el cuidado médico durante los
tiempos de guerra, con antecedentes como hija amorosa, luego huérfana; esposa atenta y fiel; madre comprensiva y aleccionadora. Madame Curie deviene otra persona en esta biografía fílmica.
Mujer con temores y deseos, mostrando soberbia y humildad: en una palabra, multidimensional.
Marjane Satrapi dirigiendo su película
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