sábado, 26 de diciembre de 2020

SEGUNDA MARAVILLA

 

MUJER MARAVILLA 1984

(WW84)

2020. Dir. Patty Jenkins.

         Un prólogo nos lleva a la Isla de Temiscira donde la pequeña Diana compite en una ardua carrera para conseguir el premio de Asteria, la gran heroína de las amazonas. Por hacer trampa, la niña no gana pero aprende su lección. En 1984, Diana (Gal Gadot) es antropóloga que trabaja en el Instituto Smithsoniano de Washington y vive añorando a su amado Steve Trevor (Chris Pine). En el día realiza hazañas contra criminales y posibles accidentes. Al detener el robo de unas piezas antiguas que se vendían en el mercado negro, estas van a dar al Instituto para su clasificación. El mismo día en que llega la torpe gemóloga Bárbara (Kristen Wiig) a trabajar al lugar, conoce a Diana y ambas revisan una extraña pieza que no tiene valor aparente. En realidad, es una Piedra del Deseo. Diana pide que retorne su amado Steve, mientras que Bárbara ansia ser igual que Diana. Ambos deseos se conceden: Steve retorna en el cuerpo de otro hombre (pero Diana lo ve físicamente como Steve) mientras que Bárbara adquiere el cuerpo torneado y la fuerza brutal de Diana. Sin embargo, el interés mayor por la piedra es del empresario en quiebra Maxwell Lord (Pedro Pascal) quien desea convertirse en la personificación de la misma. Al poder otorgar y obtener los deseos de otras personas, provoca un caos buscando la supremacía total.

         Secuela de la exitosa cinta de 2017 (con guion de Zack Snyder, quien ahora es solamente productor junto con su esposa Deborah) tenemos de nuevo a una mujer de temple, cuyo uso de sus poderes especiales tiene solamente el objetivo de detener acciones criminales o salvar vidas. Tiene la ventaja de la invulnerabilidad debida a la fuerza que le otorgan esos poderes (sobre todo el lazo que se crea gracias a la verdad). No obstante, Diana vive con el recuerdo obsesivo de su amado Steve. Por la noche va a cenar a un restaurante, un mesero le pregunta si espera a alguien más, y ella responde que no: esa secuencia expresa que es una mujer solitaria que no asiste a fiestas. De ahí que su deseo mayor sea el retorno de Steve y la cinta utiliza el efecto de El difunto protesta (1941, Hall) donde un hombre muerto reaparecía en el cuerpo de otro ser para poder continuar su existencia.

         En el caso de Bárbara, estamos ante la típica científica torpe que no sabe vestir bien ni caminar en tacones siquiera. Su deseo de parecerse a Diana, luego de verla segura de sí misma, fuerte, trae consigo la sorpresa de que también se incluyeron sus poderes y su fuerza. El descubrirse de pronto sensual y popular, la hace aferrarse a su deseo más que nada en el mundo. Y en cuanto a Max, tenemos a un tipo charlatán que utilizaba los medios televisivos para embaucar a ingenuos. Se encuentra en el punto de derrota cuando puede obtener la piedra y qué mejor que desear ser ella. Lo que ninguno de los tres sabe es que los deseos tienen consecuencias y que tienen un costo cuyo precio es alto. Diana empezará a perder su vulnerabilidad, Bárbara su ingenuidad y Lord irá resultando más enfermo según se conceda cada deseo.

La maravillosa Kristen Wiig

         La cinta nos lleva a un año en particular que se distinguió por una segunda guerra fría entre el gobierno reaganiano y el soviético. Estaba de moda el poder del pensamiento positivo y los infomerciales por televisión. Maxwell Lord es el creador de uno de ellos y se siente reconocido por todo público, como referencia irónica hacia Trump y sus desastres empresariales, además de sus apariciones televisivas. En ese sentido, la película justifica el año en que ha sido situada.

         La cinta carece de la atmósfera oscura que se mostraba en la original, durante una Primera Guerra Mundial con gases letales amenazadores. Ahora, estamos en tiempos aparentes de paz sin dejar de lado las tensiones omnipresentes. Por más que Diana se aferre a no desear la pérdida de su amado, sabe que no habrá otro camino. La cinta nos enfatiza el término de la verdad en una era donde ha imperado la mentira y las actitudes convenencieras. Al tener dos villanos que, en realidad no llegan a las armas para alcanzar sus fines, sino que fincan sus ambiciones en alcanzar el dominio de la población, la cinta no muestra un mensaje de venganza. Es maravilloso que su finalidad sea en presentar el triunfo de la redención y de la esperanza, sobre todo en un año que la ha cultivado como nunca.

 La directora Patty Jenkins



 

 

miércoles, 23 de diciembre de 2020

AMOR PROHIBIDO

 

LLEVO TU NOMBRE GRABADO

(Your Name Engraved Herein /

Ke zai wo xin di de ming zi)

2020. Dir. Liu Kuang-hui.

         En el verano de 1987 terminó la ley marcial en Taiwán y como consecuencia empezaron a cambiar las cosas. En su escuela preparatoria A-Han conoce al nuevo estudiante que se hace llamar Birdy (debido a la película de Alan Parker) y que es todo rebeldía y audacia contra su seriedad. A-Han se ha dado cuenta de que no le gustan las muchachas y siente atracción hacia Birdy. Inicia una amistad cercana que se torna obsesión para A-Han hasta que se entera de que Birdy tiene novia. Así inicia una etapa en su relación que se vuelve compleja, porque pasa de tonos de acercamiento hasta el mayor rechazo. Todo esto lo cuenta A-Han, golpeado y sangriento, al padre Olivier, quien es el párroco de la escuela. Luego, los hechos tomarán otro cauce y los años pasarán.

         Alejada de todo estereotipo que pudiera pensarse en una cinta con temática gay, en realidad estamos ante una trama que utiliza a su contexto para hablar de las represiones y las ironías que el tiempo ya ha borrado. Aunque en Taiwán la homosexualidad nunca ha sido penalizada, tampoco era aceptada abiertamente. A-Han descubre su realidad y piensa que Birdy será quien se convierta en cómplice y amante. Inicia, como en muchos casos, una amistad muy cercana que confunde y ofrece sueños y esperanzas que no se cumplirán. Birdy tendrá que buscar un pretexto para alejar a su amigo, y ocultar su propia orientación. No sería aconsejable ni correcto confesar su verdad en una sociedad que reprime y reprueba.

         Así, la cinta pasa de escarceos eróticos, momentos de cercanía, entrega ilimitada de A-Han hacia su amigo, hasta la decepción, la confusión. La cinta lleva como epígrafe unos versos del “Cantar de los cantares” donde se establece que al amor no lo puede apagar el agua ni aunque le inundara, pero que los sacrificios de amor son mal vistos por los demás. En otro momento, se expresa que “si lo que me das es semejante a lo que das a otros, no me interesa”, como una declaración de dádiva absoluta del amor… pero no habrá respuesta concisa. Y esa es la particularidad mejor de la película: el retrato, tan común y reconocible dentro de la ilusión amorosa, del afecto no correspondido que provoca el abismo en el corazón. Aquí, el proceso de A-Han llega a ser conmovedor: desde las cabezas en los hombros para descansar y demostrar, de una manera bastante elemental, el afecto más allá de cualquier otro sentimiento, hasta el sueño húmedo provocado por la imagen de un cuerpo se coloca encima de otro.

         La cinta es muy contenida. No hay desnudos integrales y las demostraciones amorosas se reducen a besos poco apasionados. Luego, cuando el tiempo haya pasado, la cinta nos contará los hechos de los años recientes. El contraste entre la época cuando era impensable que se supiera la orientación de una persona y este siglo XXI cuando es lo más común abrirse de capa por medios sociales sin que avergüence ni amerite rechazos es uno de los puntos importantes del discurso fílmico. Una película que debe verse, además, con la conciencia de que todo sucedía dentro de una sociedad oriental, con otros parámetros y otras creencias.

El director Liu Kuang-hui



¿UN NUEVO COMIENZO?

 

CIELO DE MEDIANOCHE

(The Midnight Sky)

2020. Dir. George Clooney.

         En 2049, tres semanas después del “gran evento”, el científico Augustine decide permanecer en la base que se encuentra en el Ártico. Todas las demás personas han sido evacuadas. Su finalidad es establecer contacto con las naves que se encuentren en misiones espaciales y prevenirles de que no retornen a la Tierra. Entre sus intentos de comunicación y el descubrimiento de una pequeña de siete años que lo acompañará, Augustine recuerda su pasado: el sacrificio de la posible relación con una colega por dedicar todo su tiempo a la ciencia. Una vez que logra comunicarse con la misión Aether donde viajan cinco astronautas que retornan de un posible planeta habitable, cercano a Júpiter, la acción se comparte con lo que sucede en esta nave.

         Séptimo largometraje dirigido por el versátil Clooney quien se ha interesado en explorar diversas facetas de la sociedad desde la ficción (la magistral e incomprendida Suburbicón) o desde la historia del siglo XX (Buenas noches y buena suerte o Confesiones de una mente peligrosa), ahora utiliza al género de la ciencia ficción para ofrecer una alegoría bastante oportuna para estos tiempos en que vivimos una especie de apocalipsis temporal. Aunque nunca se menciona, se sugiere que hubo algún error que desató una radiación general que se diseminó por todo el planeta. En el Ártico apenas está por llegar, pero es un hecho que toda señal de vida desaparecerá. Su intento por evitar que los seres humanos que se encuentran fuera del planeta puedan buscar otros horizontes para un nuevo comienzo será lo que le permita aferrarse a la existencia a pesar de su estado delicado de salud.

         La cinta se divide, entonces, en este contraste: un planeta que agoniza irremediablemente, y una nave espacial que señala la alternativa de una esperanza. Entre la tripulación está una pareja de oficiales que han mantenido relaciones: ella espera un hijo. Todos están deseosos de retornar a casa sin imaginar la terrible realidad. Augustine debe conformarse con mantenerse vivo y aferrarse a los recuerdos, a la materialización de un fracaso personal y al deseo de que sus teorías fueran ciertas (él había planteado la existencia de un planeta habitable). Esto es lo que le da mayor sentido y atractivo a la película: el afán por la salvación de la humanidad a pesar de que ella misma se vuelva su propia enemiga (compare con la gente que se aglomera en estos días a pesar de la amenaza de contagio por el Covid).  

         Sin embargo, la cinta se siente desarticulada: las dos tramas se sienten aisladas entre sí. El espectador ata cabos y disfruta de espléndidos efectos especiales. Los conflictos son semejantes a otras cintas del género (la lluvia de basura espacial, la muerte inesperada de una astronauta, la corporización de una culpa). Y está presente, siempre, la idea de la derrota. Si muere Augustine, la humanidad fenece por completo. Habrá un nuevo Jardín del Edén. Una improbable nueva humanidad. Unos limitados Adán y Eva.

 El director George Clooney



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

lunes, 21 de diciembre de 2020

EXPERIENCIAS DE VIDA

 

DÉJALES HABLAR

(Let Them All Talk)

2020. Dir. Steven Soderbergh.

         La reconocida escritora Alice Hughes (Meryl Streep) ha sido galardonada con un premio que deberá recibir en Inglaterra. Ante su miedo de volar, su nueva editora Karen (Gemma Chang) le propone viajar en el trasatlántico Queen Mary II, a lo que la mujer acepta siempre y cuando le permitan que le acompañe dos viejas amigas de la adolescencia y un sobrino. Así, Susan (Dianne Wiest) y Roberta (Candice Bergen), como Tyler (Lucas Hedges) se embarcan para pasar dos semanas sobre el mar. La intención de la editora es que Alice escriba y termine una prometida secuela a la novela que le ganó el Premio Pulitzer años atrás. Tyler quiere llevar un registro fotográfico del proceso, además de ser apoyo técnico para su tía. Tanto Susan como Roberta vienen con distintas actitudes: La primera hace trabajo social para mujeres encarceladas mientras que Roberta es divorciada y empleada de una tienda de ropa en Texas. Esta última vive obsesionada con el hecho de que Alice utilizó situaciones atrevidas de su vida para inspirarse en la creación de uno de los personajes de la novela premiada. Tal situación hizo que su marido sospechara de ella y prefiriera abandonarla. Karen también viaja de incógnito y se apoya en Tyler para enterarse de los avances de la escritora. A su vez, el joven se enamora.

         La película consiste en escenas cortas que van mostrando la cotidianidad de cada personaje y sus interacciones. Aunque Alice desea platicar con Roberta, ésta la rehúye. Susan es quien tiene mayor relación con Roberta y es a través de sus conversaciones que se aclara su resquemor: piensa que ahora las han invitado para estar con ella y seguir siendo fuentes de inspiración. A través de estos personajes, Soderbergh nos acerca a lo que significa la experiencia de la vida. Cada personaje representará riqueza (Alice), indiferencia (Susan), interés y angustia (Roberta), además de abrir el corazón romántico del joven Tyler hacia la idealizada Karen. Además, vendrá el cuestionamiento sobre sus propias experiencias y las consecuencias de las mismas. ¿Qué les ha traído el éxito, el fracaso o la satisfacción personal, si acaso, a cada una de ellas?

         El acto creativo se lo interroga Alice. La presencia en el barco de un autor famosísimo por una infinidad de novelas comerciales la contrapone con su propio método e intención para escribir. Ambos autores son galardonados por el favor del público con objetivos completamente diferentes: sus teorías principales, su autora favorita, son tópicos de una charla que ofrece a los demás pasajeros donde idealiza y le da sentido a su forma de trabajar. Susan reflexiona, por un comentario acerca de su conducta sexual durante un juego de mesa, sobre la intensidad de los sentimientos. Roberta piensa en el fracaso amoroso y en la falta de una seguridad económica (Candice Bergen ofrece una actuación espléndida) que la lleva a coquetear con pasajeros maduros y a buscar una salida fácil cuando las cosas lleguen a una inesperada conclusión.

         La cinta fue filmada en las dos semanas que duró el viaje en el propio, lujoso y espectacular Queen Mary II, que posee auditorios, salones de baile, biblioteca, tiendas, entre muchas otras variedades. Soderbergh partió de personajes e ideas para que su reparto pudiera improvisar y le fuera dando consistencia a sus roles, aunque, claro, había puntos de partida y normatividades que establecían los límites para darle coherencia y camino a la trama. El director ha sido ecléctico en temas y géneros, por lo cual ha dado lugar a una carrera más bien irregular. Desde su deslumbrante debut con Sexo, mentiras y videotape (1989) ha pasado por inflados éxitos comerciales como Traffic (2000) y verdaderos fracasos como Solaris (2002). Con esta cinta sencilla, donde los personajes son amenos y los cuestionamientos cercanos a los espectadores, además de un reparto excepcional, estamos ante una discreta joya personal.

El director Steven Soderbergh



LA ÉPICA DE LA ESPERANZA

 

MAD MAX: FURIA EN EL CAMINO

(Mad Max: Fury Road)

2015. Dir. George Miller.

         Mad Max o la épica de la esperanza. En un futuro indeterminado, post apocalíptico, donde la vida no tiene sentido y el hombre es esclavo de quienes se han apoderado de la autoridad, un individuo (Tom Hardy, magnético) que pasa los días obsesionado con la culpa de no haber podido defender de la muerte violenta a su familia es hecho prisionero: tiene sangre universal, por lo que es una fuente de energía para los extraños ¿soldados?, entes entre la vida y la muerte, del dictador Immortal Joe. Cierto día es llevado bajo esta condición de proveedor de sangre en persecución de Imperator Furiosa (Charlize Theron, extraordinaria) quien ha plagiado a las mujeres del dictador. Las circunstancias le permiten la liberación y la pronta complicidad con Furiosa: ambos deberán confrontar y enfrentar al malvado personaje.

         Furiosa tiene la esperanza de retornar a su lugar de origen donde vivió feliz hasta que fuera secuestrada. Piensa en el pasado perfecto donde habían los elementos para sobrevivir. Ahí lleva a estas mujeres para que sus hijos, o ellas mismas, se alejen de la perversión y la existencia funesta. Su encuentro fortuito con Max le impulsa a seguir en su afán hasta que la realidad se le impone. Entonces, hay que tomar el camino de vuelta, con otra esperanza: acabar con el sistema imperante. Max, por su lado, encuentra la posibilidad de recuperar algo de su pasado (una chaqueta, su automóvil) e intentar sacudirse de su problema moral. Es la esperanza de obtener algo simbólico, algo que recuerde a las etapas felices como única salida en un mundo sin límites donde no hay otra alternativa: la ley del más fuerte.

Tom Hardy, el nuevo Mad Max

         El realizador George Miller retoma a su personaje favorito para volver al ambiente que le satisface y que permitió su reconocimiento mundial en 1979, dentro de lo que fue el glorioso surgimiento del cine australiano en el mundo. Él mismo insiste que las cosas han cambiado pero que era una idea que tenía siempre latente. Ama al cine de acción y filma esta película como una ópera rock. Las imágenes de un guitarrista que acompaña grandilocuente, con inmensas bocinas y sonidos al villano, que dan pauta a la persecución, se tornan melodía armoniosa. La coreografía de Miller en sus secuencias vertiginosas es perfecta: uno siente que la acción fluye y que no hay error. Uno imagina el estilo y la forma de filmar que debió ser exacta para el momento de la edición.

         Furiosa encuentra a un grupo de mujeres veteranas que son las sobrevivientes de su pueblo. Lo que les resta son un conjunto de semillas para ser sembradas y germinar: esperanza del futuro. Ellas son las que impelen al retorno: la marcha atrás para desmoronar al fatídico régimen. En un mundo donde se ha roto todo sentido de civilización debe explotar la destrucción para intentar un nuevo comienzo.

         Este es un verdadero nuevo comienzo: el maestro Miller no filma otra versión de su Mad Max sino que lo vuelve a lanzar al mundo. Son 35 años desde el original (a su estreno en 2015) y ya han pasado dos generaciones que tienen otras coordenadas en cuanto a cine, en cuanto a su capacidad de asombro y su umbral de atención. El Max de Mel Gibson (el rol que lo definió cuando era un joven bellísimo que se perdió de repente) buscaba la venganza hacia quienes habían destruido a su familia. Ahora el Max de Tom Hardy (impecable, rudo) es más vulnerable y quien desea destruir al emblema de todo un ultraje: la dignidad del hombre, el abuso de autoridad, la asimilación de lo que implica riqueza en ese tipo de sociedad distinta: luego vendrá nuevamente el vagar por esa tierra inhóspita intentando, quizás, solucionar su tragedia personal.

 El original Mad Max

         A mitad de los años setenta e inicios de los ochenta, el cine australiano fue un fenómeno de los festivales internacionales. Aquí en México no tuvimos tanta suerte en poderlo conocer de primera mano, pero llegaron Mad Max (1979) y Gallipoli (Peter Weir, 1981). Pasarían años antes de conocer las cintas de Fred Schepisi, Bruce Beresford o Gillian Armstrong (todos ellos serían absorbidos por Hollywood en mayor o menor manera). La experiencia y el genio cinematográfico de Miller quedan comprobados. Mad Max: Furia en el camino es una cinta muy disfrutable. Es el cine de acción con sentido donde cada escena implica algo y se deja llevar por el espectador que no puede desviar la mirada de la pantalla. Una de las grandes películas de su año y que ahora la rescata Netflix para quienes la aman o no la vieron en su momento.

 El maestro George Miller

sábado, 19 de diciembre de 2020

UN PRIMER AMOR

 

VERANO DEL 85

(Été 85)

2020. Dir. François Ozon.

         La más reciente película del prolífico Ozon viene a ser la realización de un viejo sueño del director: desde que había leído la novela en que se basa, cuando era adolescente, se había prometido que sería el argumento de su primera película. La realidad se impuso y tuvo que esperar más de veinte años para cumplirlo. “Dance on My Grave” de Aidan Chambers es el título de esa novela que fue adaptada libremente por el director que, en realidad, simplemente cambió locaciones y adelantó un poco los años. La cinta narra en retroceso de tiempo, la relación amorosa entre Alex (Félix Lefebvre) de 16 años y David (Benjamin Voisin), de 18. Cuando Alex salió a navegar en la costa normanda, una tempestad inesperada hizo que su velero se volteara. A su rescate llegó David quien, de pronto, sin mayores preámbulos, se tornó en una especie de amigo protector. La cercanía y el afecto llevó a las relaciones sexuales. La cinta inicia con Alexis siendo trasladado a la corte porque David ha muerto y se le va a enjuiciar por un acto que ha cometido.

         La construcción narrativa de la película es magistral. La simple imagen de Alex escoltado por un policía, además de la mención de un acto imperdonable, hace que el espectador incremente su curiosidad para llegar al desenlace. No obstante, la descripción de ese primer accidente además de cómo se va desarrollando la amistad entre los dos jovencitos está plena de gracia, mucha debida al carisma del reparto en general, pero sobre todo la de los actores Lefebvre y Voisin cuya química atrapa la mirada. Aparte, es una especie de suma total de la obra de un gran realizador. En una entrevista, Ozon se dio cuenta de que la película tenía muchas referencias de sus otras obras: el travestismo de Una nueva amiga, la conciencia de la muerte en Frantz, el homosexualismo emergente de Sitcom, las amistades complicadas de Swimming Pool, explicando que eran los recuerdos de la novela admirada a sus quince años.  

         Todavía insistiendo en la narración de la película, tenemos a un Alex que recuerda y no desea hablar. Su maestro, mentor en la escuela, le pide que lo escriba. Lo que desea una trabajadora social es entender los actos del joven luego de la muerte de su amigo. Entonces, la cinta se convierte en la lectura de lo que sería una novela. Tal vez lo que se muestra se encuentra idealizado, endulzado por la memoria, pero todo encubierto por una gran pasión. La amistad que se desarrolla entre los dos jóvenes viene a ser una disección de las relaciones amorosas: el encuentro, los detalles que van creando sentimientos, el descubrimiento del complemento personal, la intensidad, para luego llegar a la complejidad. “Quería estar siempre a su lado” es una frase que expresa Alex cuando la relación se encuentra en un punto alto. Es una historia de dos jóvenes con ritmos diferentes y una misma atmósfera. Aunque hay amores que atan y que no se olvidan, la vida debe continuar. Más aún si en este caso es el primer amor.

         Alex es un joven de clase media baja. Se encuentra de vacaciones, pero su padre quiere que encuentre un empleo. No le gusta que sea holgazán ni que duerma tarde. Acorde con su maestro, tiene aptitudes para la literatura pero, él mismo afirma que no le servirá de nada en el futuro. David, por su parte, tiene un año de haber perdido a su padre y dejó los estudios por atender la tienda de artículos deportivos que les dejó de herencia a él y a su madre. A lo largo de la película se va estableciendo el carácter más ingenuo y sumiso de Alex contra el cinismo y desparpajo de David (que pudiera ser una coraza contra el sufrimiento: es un seductor nato). Algo que llama la atención en el cine francés es el gran tino en la selección de actores. Y lo mejor de todo: la cinta no juzga la relación. Ozon establece su historia de amor pero, como es usual en sus cintas, queda cierta ambigüedad, cierto misterio para que el espectador imagine lo que fue y lo que pasará.

 Félix Lefebvre, François Ozon y Benjamin Voisin

        

viernes, 18 de diciembre de 2020

LA APROPIACIÓN CULTURAL

 

LA MADRE DEL BLUES

(Ma Rainey’s Black Bottom)

2020. Dir. George C. Wolfe.

         Ma Rainey (Viola Davis) es una cantante afamada en el sur de Estados Unidos. Levee (Chadwick Boseman) es un músico de su banda que tiene sueños de grandeza, destacar con sus canciones y su propio grupo. La acción sucede en el Chicago de 1927 cuando una campaña social ha invitado a que haya migración al norte del país. Sin embargo, el racismo está presente, pero los productores de discos saben que hay un buen mercado para la música “negra”. La cinta sucede, como en la obra de teatro de la cual procede, en el estudio de grabación donde la banda espera a la cantante. Ella llega con su novia Dussie Mae y su sobrino tartamudo Sylvester. Empieza un juego de poder donde Ma Rainey insiste en que se haga su voluntad. Levee, por su lado, habla, discute, pelea con sus compañeros de banda que le llevará a dramáticas, luego trágicas consecuencias.

         El dramaturgo August Wilson escribió un ciclo de diez obras sobre la condición de la población afroamericana en el siglo XX, de la cual forma parte esta adaptación. Su tratamiento del manejo de poder, la realidad racial, además de la apropiación cultural es lo que hace que esta cinta posea una fuerza que atrapa la atención y provoca la reflexión en sus escasos 90 minutos que se deslizan suavemente: de manera compacta y con su narración efectiva alcanza su propósito. Todo el reparto es perfecto. La banda musical está compuesta por un creyente Cutler, un letrado Toledo (el legendario Glynn Turman), un burlón Slow Drag, además del explosivo e idealista Levee, al cual Boseman eleva a las alturas y hace que el espectador se sienta triste al saber que fue su última película y ya no se encuentra para saborear el éxito. Viola Davis es la perfección total: una equivalente a Meryl Streep en cuanto a su versatilidad y a su entrega a los papeles (engordó hasta 200 libras y el vestuario incrementó la ilusión de que tuviera las 300 que pesaba la verdadera Ma Rainey.

         Y estamos en una ficción. Wilson utiliza al personaje para mostrar un ejemplo de persona de raza negra que por esos años podía ejercer su poder gracias a su talento y su potencial comercial, por lo que los productores blancos se sometían a sus caprichos. Ciertas actitudes y canciones de Ma Rainey indicaron que tenía tendencias lésbicas por lo que aquí aparece una interesada joven amante a la cual muestra la ternura que no es natural, lo mismo que a un sobrino al cual protege contra todo obstáculo. Así como Ma Rainey ha alcanzado su nicho, Levee sueña con lograr el suyo. Por eso es impulsivo y hace que sus anhelos dirijan a su vanidad juvenil (unos zapatos caros para sobresalir; la seducción de la amante de Ma). No obstante, detrás de sí trae la carga de un pasado brutal que ha moldeado su carácter y su manera de pensar.

         Levee será el factor para que tanto Cutler como Toledo den rienda suelta a sus formas de pensar, expresen sus reservas contra lo que narra el joven, aparte de retarlo a que defienda sus maneras de ser y actuar. Habrá agresiones, discusiones extremas. El resultado es una serie de discursos que ofrecen testimonio de la experiencia “negra”. La cinta rescata esta obra en un momento adecuado cuando las luchas raciales y el movimiento de “Black Lives Matter” han surgido como consecuencia de la deleznable administración de Trump que incrementó el odio y las diferencias interpersonales. (De todas maneras, forma parte de un plan de producir las ocho cintas restantes porque ya se produjo además Fences en 2016 dirigida por Denzel Washington, actuada por Davis quien ganó el Óscar como actriz secundaria. Washington también produce esta película).

         La cinta ofrece un interesante ejemplo de lo que fue la apropiación cultural debida a la segregación racial. Por un lado, el productor blanco que “utiliza” al cantante negro para sacar un gran beneficio económico, comercializando su música y talento para un público afroamericano que lo seguía en sus presentaciones personales. Luego, viene el uso de este material para arreglarlo musicalmente a la creatividad y gusto de la población blanca. Estos son los antecedentes de algo que se haría muy evidente en los tiempos del surgimiento del rocanrol, con las versiones por cantantes blancos de éxitos de otros afroamericanos. Levee, quien siente que puede controlar al blanco, viene a ser una víctima, tanto de la sociedad como de sí mismo. Es la mirada imparcial de Wilson – tanto una que otra raza tenían sus defectos y cualidades- lo que hizo trascendente a su obra dramatúrgica. Esta película logra trasladarla a la pantalla.

El director George C. Wolfe


Nota: el título de "La madre del blues" se debe a que Ma Rainey fue mentora de Bessie Smith, una de las grandes exponentes de este género musical...


miércoles, 16 de diciembre de 2020

UNIÓN DE FUERZAS

 LA LIGA DE LA JUSTICIA

(Justice League)

2017. Dir. Zack Snyder.


         Llega el universo de DC Comics a Netflix, con una inteligente cinta de hace tres años,que tuvo al director adecuado, Zack Snyder, con sus imágenes que evitan los colores chillantes para darnos una idea de los mundos amenazados que habitan sus tramas. Batman (Ben Affleck, envejecido) junto con Mujer Maravilla (Gal Gadot) conforma un equipo de superhéroes (Aquaman o Jason Momoa, Flash o Ezra Miller, Cyborg o Ray Fisher) porque se ha soltado Steppenwolf (figura virtual con voz de Ciarán Hinds) que desea unir tres cajas de energía para desatar el final apocalíptico. Hay que destruirlo, pero los cinco no son suficientes, se requiere resucitar a Supermán (Henry Cavill. magnético en el personaje) para evitarlo.


         Snyder utiliza a sus personajes como metáforas de las debilidades humanas (todos son conscientes de sus limitaciones) en un entorno sujeto a destrucción: no obstante, siempre debe haber esperanza. La película no ofrece novedad conceptual: siempre será el mal acechante contra los paladines del bien y la libertad. Ya conocemos los efectos especiales espléndidos. Importa la cámara con sus ángulos exactos que utilizan los ritmos adecuados: cámara lenta para devolver una espada o establecer la relatividad del tiempo. Secuencias bien estructuradas para conocer la recuperación de esas cajas de energía que fueron separadas para evitar su unión con efectos terminales. La cinta no decepciona. Nos devuelve el sentido de la historieta en su narrativa.

Steppenwolf, el mal multiplicado
como los héroes que le combaten

         Estamos ante el universo expandido de un mundo poblado por seres extraordinarios que ahora se suman en finalidades y se multiplican para el beneplácito del aficionado al género. Todos los personajes terminarán dentro de sus propias vidas cotidianas, con sus problemas y alegrías. Esta es una de las cualidades de la película, que, dentro de su ingenio, no es tan perfecta porque tampoco lo son esos héroes que le dan soporte, y lo expresa, deja claro, ironiza, cierra brillantemente.

lunes, 14 de diciembre de 2020

DE OBJETO A PERSONA

 

SOY TU MUJER

(I’m Your Woman)

2020. Dir. Julia Hart.

         Jean (Rachel Brosnahan, impecable en un papel que la aleja por completo de su personaje en la serie “La maravillosa Sra. Maisel” que también se exhibe por Amazon) está casada con Eddie (Bill Heck) pero vive una existencia vacía e inerte ya que no puede tener hijos (ha sufrido varios abortos). Cierto día aparece su marido con un bebé en brazos. Se lo entrega a Jean y le dice que es su hijo. La mujer empieza a acomodarse a la obligación maternal cuando, de repente, llega un amigo de su marido quien le exige que se vaya de su casa, le entrega varios miles de dólares en una maleta y la encarga a un hombre de color, Cal (Arinzé Kene) para que se la lleve lejos de lo que era su hogar. El hombre la lleva primero a un motel, luego a otra casa en un pueblo alejado y finalmente a una cabaña en el bosque, luego de que, en cada lugar, ha ocurrido algún altercado. A Jean la andan buscando por algo que Eddie cometió.

 De una existencia vacía...

al sentido maternal...

         La película está situada en los años setenta, antes de los celulares y las pantallas de televisión. El personaje femenino es tan sumiso como inútil. Sabe que su esposo es ladrón: lo sabemos desde la primera secuencia cuando Jean encuentra etiquetas de precios en su colorida bata. Luego, la entrega del bebé hace pensar que fue producto de algún secuestro, aunque más tarde se sepa que Eddie pagó a una joven soltera por el fruto de su embarazo. Y esa será la situación de Jean: ir descubriendo poco a poco la verdad acerca de su esposo. Más trascendente será la experiencia que irá adquiriendo y el cambio en su manera de ser y actuar. El título mismo de la película habla de una posesión, de la mujer como objeto de compañía y disfrute, sin mayores alternativas.

 Eddie, quien la tiene sometida...

Cal, quien será su apoyo...

         Las imágenes de mujeres sometidas se han dado sobre todo en el género de hampones cuyas mujeres son víctimas de sus circunstancias. Uno puede recordar a las mujeres de Viudas (Steve McQueen, 2018) que tenían que recurrir al crimen para pagar las deudas de sus fallecidos y deudores maridos. Más alejadas en el tiempo están la hermana sobreprotegida de Caracortada (Hawks, 1932) hasta llegar a la esposa de Michael Corleone en El padrino (Coppola, 1972) con muchos otros ejemplos entre estos títulos. De ahí que la cinta, dirigida por una mujer, nos comente sobre la emancipación del personaje. Todo sea por sobrevivir y cuidar al hijo que le ha dado sentido a lo que era una vida inútil.

 Rachel Brosnahan muestra su versatilidad...

         Los elementos para alcanzar este crecimiento se centrarán en el buen Cal, quien será el protector lejano como reflejo responsable del indolente Eddie, de quien fuera compañero. Más tarde, se reunirán con Jean tanto el padre, como la esposa e hijo de Cal que irán abriéndole los ojos respecto a las verdades detrás de los hechos que la han tenido escapando sin que ella comprendiera nada, pero que al mismo tiempo alimentarán su seguridad y propia confianza. La cinta se torna en una cinta de revelaciones y autodescubrimiento. La mujer dejará de ser posesión para ser libremente ella misma.

La directora Julia Hart