MUJER MARAVILLA 1984
(WW84)
2020. Dir. Patty Jenkins.
Un prólogo nos lleva a la Isla de Temiscira donde la pequeña Diana compite en una ardua carrera para conseguir el premio de Asteria, la gran heroína de las amazonas. Por hacer trampa, la niña no gana pero aprende su lección. En 1984, Diana (Gal Gadot) es antropóloga que trabaja en el Instituto Smithsoniano de Washington y vive añorando a su amado Steve Trevor (Chris Pine). En el día realiza hazañas contra criminales y posibles accidentes. Al detener el robo de unas piezas antiguas que se vendían en el mercado negro, estas van a dar al Instituto para su clasificación. El mismo día en que llega la torpe gemóloga Bárbara (Kristen Wiig) a trabajar al lugar, conoce a Diana y ambas revisan una extraña pieza que no tiene valor aparente. En realidad, es una Piedra del Deseo. Diana pide que retorne su amado Steve, mientras que Bárbara ansia ser igual que Diana. Ambos deseos se conceden: Steve retorna en el cuerpo de otro hombre (pero Diana lo ve físicamente como Steve) mientras que Bárbara adquiere el cuerpo torneado y la fuerza brutal de Diana. Sin embargo, el interés mayor por la piedra es del empresario en quiebra Maxwell Lord (Pedro Pascal) quien desea convertirse en la personificación de la misma. Al poder otorgar y obtener los deseos de otras personas, provoca un caos buscando la supremacía total.
Secuela de la exitosa cinta de 2017 (con guion de Zack Snyder, quien ahora es solamente productor junto con su esposa Deborah) tenemos de nuevo a una mujer de temple, cuyo uso de sus poderes especiales tiene solamente el objetivo de detener acciones criminales o salvar vidas. Tiene la ventaja de la invulnerabilidad debida a la fuerza que le otorgan esos poderes (sobre todo el lazo que se crea gracias a la verdad). No obstante, Diana vive con el recuerdo obsesivo de su amado Steve. Por la noche va a cenar a un restaurante, un mesero le pregunta si espera a alguien más, y ella responde que no: esa secuencia expresa que es una mujer solitaria que no asiste a fiestas. De ahí que su deseo mayor sea el retorno de Steve y la cinta utiliza el efecto de El difunto protesta (1941, Hall) donde un hombre muerto reaparecía en el cuerpo de otro ser para poder continuar su existencia.
En el caso de Bárbara, estamos ante la típica científica torpe que no sabe vestir bien ni caminar en tacones siquiera. Su deseo de parecerse a Diana, luego de verla segura de sí misma, fuerte, trae consigo la sorpresa de que también se incluyeron sus poderes y su fuerza. El descubrirse de pronto sensual y popular, la hace aferrarse a su deseo más que nada en el mundo. Y en cuanto a Max, tenemos a un tipo charlatán que utilizaba los medios televisivos para embaucar a ingenuos. Se encuentra en el punto de derrota cuando puede obtener la piedra y qué mejor que desear ser ella. Lo que ninguno de los tres sabe es que los deseos tienen consecuencias y que tienen un costo cuyo precio es alto. Diana empezará a perder su vulnerabilidad, Bárbara su ingenuidad y Lord irá resultando más enfermo según se conceda cada deseo.
La maravillosa Kristen Wiig
La cinta nos lleva a un año en particular que se distinguió por una segunda guerra fría entre el gobierno reaganiano y el soviético. Estaba de moda el poder del pensamiento positivo y los infomerciales por televisión. Maxwell Lord es el creador de uno de ellos y se siente reconocido por todo público, como referencia irónica hacia Trump y sus desastres empresariales, además de sus apariciones televisivas. En ese sentido, la película justifica el año en que ha sido situada.
La
cinta carece de la atmósfera oscura que se mostraba en la original, durante una
Primera Guerra Mundial con gases letales amenazadores. Ahora, estamos en tiempos
aparentes de paz sin dejar de lado las tensiones omnipresentes. Por más que
Diana se aferre a no desear la pérdida de su amado, sabe que no habrá otro
camino. La cinta nos enfatiza el término de la verdad en una era donde ha
imperado la mentira y las actitudes convenencieras. Al tener dos villanos que,
en realidad no llegan a las armas para alcanzar sus fines, sino que fincan sus
ambiciones en alcanzar el dominio de la población, la cinta no muestra un
mensaje de venganza. Es maravilloso que su finalidad sea en presentar el
triunfo de la redención y de la esperanza, sobre todo en un año que la ha
cultivado como nunca.
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