miércoles, 10 de marzo de 2021

CORAZÓN ROTO

 

EL EMPLEADO NOCTURNO

(The Night Clerk)

2020. Dir. Michael Cristofer.

         Bart (Tye Sheridan) es un joven de 23 años que padece Asperger y trabaja el turno nocturno en un hotel de los suburbios en una ciudad del medio oeste. La ventaja de estar en un hotel sin mucha ocupación, tranquilo y en momentos cuando la actividad es mínima, ha permitido que el joven coloque cámaras en algunas habitaciones. Ya en su casa, puede observar a los huéspedes y sus actividades. Cierta noche, una mujer recibe la visita de un hombre y lo que inicia como un pleito de pareja pasa a ser una acción violenta. Aunque Bart trata de salvarla, el hombre mata a la mujer. Bart quita la cámara de su lugar, pero ha grabado todo. Cuando llega el detective Espada (John Leguizamo), comienzan las sospechas a pesar de que Bart ofrece una explicación lógica. Como resultado, el hotel decide cambiarlo a otro más pequeño en el mismo turno. Ahí llega Andrea (Ana de Armas), quien empieza a tratar con amabilidad a Bart quien se ilusiona ya que nunca ha tenido relaciones con mujeres. Sin embargo, Andrea tendrá otras intenciones.

         Reciente película del actor, director y dramaturgo de éxito, Michael Cristofer quien se ganó el premio Pulitzer en 1977 por su obra “The Shadow Box” (que en Monterrey se presentó bajo el erróneo título de “Boxeo de sombras”) y quien tenía casi veinte años alejado de la dirección cinematográfica (en 2001 dirigió a Angelina Jolie y Antonio Banderas en su versión de “La sirena del Mississippi” que Truffaut dirigiera en 1969). La cinta deja sentimientos encontrados en función de las preferencias del espectador. Si se busca una cinta policiaca, dentro del neo noir film, se tendrá una gran decepción: no es la película de minuciosas investigaciones por parte de un detective dentro de abigarrada trama. Si se disfruta como otra clase de película donde se retrata a una persona con ciertas limitaciones, cuya carga dramática se debe a sus problemas personales, tendrá mayor razón para ser satisfactoria.

         Bart tiene el Síndrome de Asperger. Su necesidad de colocar las cámaras en las habitaciones tiene como finalidad la observación de comportamientos para que, de esa manera, pueda conocer otros elementos para la difícil interactuación con los demás. Nunca se nota, ni se espera, que sus motivos sean voyeurísticos, ni de índole perversa. Bart vive con su madre Ethel (una madura y bella Helen Hunt: otra de las víctimas del Óscar) quien es amorosa y respeta sus límites (se comunican por una cámara de vídeo; Bart vive en el sótano de casa; la madre le prepara la comida y se la deja en las escaleras). La llegada de la nueva huésped Andrea, despertará cierta emoción a Bart. Por accidente, la ve desnuda. Y por otra rara casualidad, se la encuentra en una tienda. Bart se encuentra ante su primer sentimiento amoroso (fuera del que aprecia en su madre).

         La cinta está muy bien filmada en escenarios naturales de Utah y los personajes de Bart y Andrea se vuelven entrañables. Es notoria la intención de Cristofer al no poner mucha atención en la parte detectivesca. Lo que viene a ser más importante es el cambio en Bart. Su relación con Andrea le lleva a realizar otro tipo de acciones que nunca habría pensado en otros momentos previos de su vida. Es razonable: Cristofer se ha interesado en las circunstancias alrededor de limitaciones o enfermedades en varios de sus trabajos previos. En este caso, un joven con Asperger, del cual nunca se librará, tiene un avance, un desarrollo personal, un corazón roto. Todo lo demás será relativo.

El director Michael Cristofer



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