viernes, 19 de marzo de 2021

MUJER SÍMBOLO

 

¿QUO VADIS, AIDA?
(Kuda ideš, Aida?)
2020. Dir. Jasmila Zbanic.

         Al inicio de la película, el alcalde de Srebrenica, en Bosnia, le pregunta al Coronel Karremans, cuáles son las posibilidades de los ataques aéreos que se han prometido desde las Naciones Unidas contra los serbios que han entrado a sus pueblos, arrasando y matando, sobre todo, a hombres musulmanes bosnios. El coronel, con una seguridad que no logra convencer, confirma que se llevará a cabo. Quien traduce esta conversación, es la maestra Aída (Jasna Duricic, extraordinaria), quien trabaja como intérprete en la base que las Naciones Unidas tenían en Srebrenica. Cuando llegan las fuerzas serbias, bajo el mando del General Mladic, la población se dirige hacia dicho lugar, pero solamente puede acceder un par de miles de personas. Fuera de la base permanece una gran cantidad de civiles. Aída logra, después de varios esfuerzos, reunir a su esposo y dos hijos. Se nombra una comisión representativa para hablar con Mladic, donde promete que todos serán trasladados a lugar seguro.

         La directora Sbanic utiliza al personaje ficticio de Aída para recuperar un momento negro en la historia de su país. En julio de 1995, más de 8000 hombres musulmanes fueron exterminados en el peor genocidio perpetrado luego de la Segunda Guerra Mundial. Mladic fue un criminal de guerra que, posteriormente, sería juzgado y condenado a cadena perpetua por sus crímenes. La antigua Yugoslavia vino a ser el escenario de otra de las guerras absurdas e inútiles que han cobrado más vidas que logros. Karremans existió, lo mismo que el destacamento holandés al cual dirigía y cuya finalidad era la protección civil, además de favorecer las pláticas de paz. Y en este caso, se encuentra otra crítica de la cinta: la falta de interés por los organismos internacionales para brindar seguridad al mundo. Las Naciones Unidas expresaron que tardaron en dar respuesta a las peticiones de apoyo para atacar al ejército serbio.

         Aída está siempre en movimiento. Es una mujer de temple que lucha por su familia y busca todas las maneras posibles para salvarla. Cuando surge el comité representativo, hace que su marido sea uno de los integrantes, porque tal vez pueda ser una salida de la situación. Aída viene a ser un símbolo de la mujer tenaz que, finalmente, es vencida por la agobiante realidad. Así como ella, estaban otras mujeres luchando por la supervivencia de sus seres queridos. Igual que su experiencia, Aída será la que cargue con los recuerdos y el dolor. En una secuencia, la mujer recordará una noche de fiesta, donde hubo felicidad y canto: no puede explicarse el motivo de que todo aquello hubiera terminado.

         Angustiante, porque ya sabemos cómo fue el episodio cruel, la cinta nos va preparando para el fatal resultado. Estrujante, porque se va notando la crueldad y sangre fría de los vencedores, prepotentes y humillantes. Conmovedora, ya que el amor de esposa y madre se antepone a toda negativa aunque, finalmente, no quede más remedio que aceptarla. La realizadora Zbanic ganó el Oso de Oro en Berlín 2006 por La revelación de Sara, cinta que pudimos ver en salas, donde también se trataba el asunto de la guerra contra Serbia, además de que sus personajes eran mujeres: la joven Sara y su madre, víctimas directas e indirectas. Esa ha sido la temática porque ha dejado huellas imborrables que no pueden dejar de recordarse. De ahí que se haya decidido por recuperar este trozo de historia vergonzante.

La directora Jasmila Zbanic



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