martes, 31 de agosto de 2021

EL MAL EN PERSONA

HALLOWEEN
1978. Dir. John Carpenter.

         Quince años después de haber asesinado a su hermana y estar recluido en un sanatorio para enfermos mentales, Michael Myers regresa a su pueblo, la misma noche de Halloween, para reiniciar su saga criminal. La joven Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) será uno de sus principales objetivos. Michael Myers, personaje que en esta primera película no tendrá una identidad definida, vendrá a ser el símbolo de la maldad corporizada, pero también imagen de represión sexual, verdugo de jovencitos recién despiertos a la carnalidad, aparte de ser ubicuo e impenetrable, omnipresente e indestructible. Será cuchillo flamígero y sociópata implacable: sin palabras, con una máscara que oculta el verdadero rostro pero que deja entrever una mirada terrorífica, tanto como la extraordinaria atmósfera lograda con esta película que vino a impulsar una nueva cara del género, acorde con la época que se estaba viviendo: abrió camino a Jason Vorhees en su saga de Viernes 13 y más adelante al vengativo y desfigurado Freddy Krueger en la serie de Pesadillas en la calle del infierno, para que se tornaran en íconos de los años ochenta. Halloween, obra maestra del terror fílmico, fue la precursora.

         John Carpenter, el director, entonces con 30 años, ya había filmado dos películas previamente, sin éxito espectacular. Se reunió con dos productores (uno norteamericano, otro sirio) que le dieron libertad creativa, pero exigían una cinta sobre niñeras aterrorizadas (que de hecho es lo que hace Laurie en esa noche). Carpenter, junto con su productora Debra Hill, escribió el guion, además de la música que se tornó emblemática de la serie, y decidió que el personaje del asesino fuera una fuerza sobrenatural, cuya máscara serviría para evitar que se le reconociera como ser humano. La cinta costó en ese tiempo 300,000 dólares y recaudó más de 70 millones en el mundo entero. Con los años, esa ganancia se ha magnificado en demasía. Por supuesto que este éxito fue lo que propició las tantas secuelas y otros relanzamientos. John Carpenter no volvió a dirigir ninguna de ellas, pero produjo la que se llamó Halloween III, que no tiene nada que ver con Michael Myers y fracasó en taquilla. Por fortuna, Carpenter continuó con una carrera esplendorosa donde pueden destacarse Escape de Nueva York (1981), La cosa del otro mundo (1982) o Están vivos (1987), por mencionar unos cuantos títulos.

         Halloween marcó el debut estelar (en cine, ya había aparecido en unitarios de televisión) de Jamie Lee Curtis, quien aparecería en la primera secuela, y retornaría hasta 20 años más tarde, para irse reincorporando paulatinamente a lo que ahora es franquicia. No obstante, la lanzó a la fama, e inició una carrera muy distinguida y selectiva (Los enredos de Wanda o Mentiras verdaderas). El británico Donald Pleasance, interpreta al Dr. Loomis, quien es el que mejor conoce la naturaleza maligna de Michael. Todavía apareció en las secuelas 5 y 6, antes de morir en 1995. Se le recuerda por muchos papeles importantes en cintas de Polanski (Punto muerto) o Litvak (La noche de los generales), entre una vastísima filmografía, aparte de haber sido Blofeld en la cinta de James Bond Sólo se vive dos veces.

         Halloween viene a ser uno de los títulos claves del género de terror. La atmósfera está tan bien cuidada y editada que el espectador se encuentra todo el tiempo con el alma en vilo. Al hablarse de niñeras, debe de haber niños, que hace que todavía la angustia se incremente ante pequeños seres indefensos e inocentes, susceptibles a ser masacrados. Lo que fue más terrorífico para quienes la vimos en su momento, en sala de cine, en pantalla grande, era esa amenaza constante, que aparecía de repente, mortífera, sin piedad. Una curiosidad es que, al ser noche de Halloween, los niños miran películas de terror en la televisión y nos damos cuenta de que es El enigma de otro mundo (1951, Dir. Christian Nyby/Howard Hawks) que resulta profética: Carpenter filmaría una nueva relectura, brillante, escalofriante, bajo el título La cosa del otro mundo, que lo colocaría como uno de los más ingeniosos, inteligentes y creativos realizadores del cine norteamericano de su tiempo. Halloween vino a ser su carta de presentación.

El director John Carpenter con la icónica Jamie Lee Curtis, durante la filmación de la cinta.





lunes, 30 de agosto de 2021

EXORCISMO SIGLO XXI

DEMONIC
2021. Dir. Neill Blomkamp.

         Carly (Carly Pope) regresa a su pueblo luego de muchos años para enterarse de que su madre Ángela, quien estaba en la cárcel cumpliendo una condena por asesinato múltiple, se encuentra en un hospital en estado comatoso. Aunque no desea verla, atiende al llamado que le hace un par de médicos del lugar: han encontrado la manera, por medio de la tecnología, de que se pueda “visitar” al subconsciente de los pacientes en dicho estado. Le solicitan que vaya con su madre para que le pregunte los motivos de su proceder. La primera visita resulta en un enfrentamiento donde Carly insulta a la madre, quien le pide que por favor se vaya y no vuelva. Ante la insistencia médica, Carly repite la visita, pero entonces aparece ante ella un monstruo, en forma de gran cuervo, que empieza a atacarla, resintiendo ella los efectos en su cuerpo. A partir de este momento, Carly se da cuenta de que se ha desatado un demonio interno quese había posesionado de su madre y que había sido la causa de su comportamiento criminal.

         Otra cinta de exorcismo, puesta al día, gracias a los avances científicos, y eso es la que le permite sobresalir del montón. El hospital donde está recluida la madre de Carly es uno de tantos que el Vaticano ha creado para tratar a estos pacientes poseídos. La tecnología permite adentrarse dentro del cerebro humano para vivir su memoria como espacio virtual, tan libre como un sueño y tan poco manipulable que el visitante no puede tener contacto con el exterior. La presencia de Carly en la mente materna servirá como medio de redención, al darse cuenta de que ella fue manejada por un demonio para cometer sus tropelías, pero también para liberar a la bestia.

         Dentro de este universo fantástico, todo se maneja con coherencia y la filmación es elegante, sobria, precisa. Se maneja a la realidad y la virtualidad sin límites, provocando el miedo del espectador. No obstante, la buena mano de su realizador se pierde por el contenido final donde la confrontación ocurre en el exterior, en las posesiones sucesivas mientras el demonio busca ocupar ahora a la hija para tener una continuidad. Si tan sólo, todo se hubiera manejado desde la memoria y la moral personal, en lugar de caer con cuchillos milenarios y sangre y auto sacrificios que terminarán siendo inverosímiles.

 El director Neill Blomkamp

         Neill Blomkamp, el realizador sudafricano que mostró gran imaginación, ganó premios y fue muy alabado por su ópera prima Sector 9 (2009) sobre extraterrestres varados en la Tierra, hacinados como cualquier minoría despreciable en una Sudáfrica ya liberada del Apartheid, para luego entrar de lleno a la gran producción de Hollywood (Elysium, 2013) y la fábula de un robot que toma conciencia (Chappie, 2015), ahora decidió entrar en el género del horror, pero lo ha hecho con timidez, cayendo en el lugar común, en vez de buscar otras salidas más adecuadas al avance tecnológico. Al involucrar a la iglesia católica, la crítica estaba bien asentada, además de los peligros de una pérdida de la racionalidad. Un realizador correcto que ha caído en un bache.

domingo, 29 de agosto de 2021

LA REINA DEL SOUL

RESPECT: LA HISTORIA DE ARETHA FRANKLIN
(Respect)
2021. Dir. Liesl Tommy.

         Aretha Franklin nace dentro de una familia acomodada en Detroit en 1942. Hija de un popular e influyente predicador bautista (Forest Whitaker), separado de su esposa (Audra McDonald), la pequeña Aretha era alentada por ambos para su canto. El padre, en la iglesia. La madre, en su casa, practicando con ella. La cinta nos llevará, como toda biografía fílmica, por sus triunfos, sus caídas, sus problemas maritales, pero, sobre todo, hacia la lucha con sus demonios personales. La cinta inicia con Aretha cantando en una fiesta de su padre y, luego, en la iglesia. Una toma circular hará que pasen los años para presentarla ya como una joven de 17 años (Jennifer Hudson), sometida a la voluntad de su padre quien la promueve con la marca de discos Columbia para que inicie su carrera. Luego de nueve álbumes, donde Aretha grababa solamente versiones ya hechas populares por otros cantantes, pudo liberarse de la influencia paterna para caer en brazos de quien sería su primer marido, Ted (Marlon Wayans, magnético), quien sería su representante y crítico, además de golpeador. Aretha no encontraba su voz, hasta que pudo grabar en la marca Atlantic, donde un productor le permitió hallar un estilo y, así iniciar su carrera exitosa. Luego, vendrían otros problemas.

         Gracias a la interpretación de la excelente Hudson, la cinta adquiere cierta verosimilitud. El guion se divide, como es usual en este tipo de película en tres partes: primero es el inicio y descubrimiento personal; en segundo acto está la caída o el conflicto humano; al finalizar, viene la redención y la información, antes de los créditos, sobre las glorias, reconocimientos y detalles de su vida posterior (o fallecimiento, como es en este caso), para el espectador desinformado. Y como ocurre con este tipo de películas, lo que uno recibe, es un resumen simple y fácil de la vida de los personajes. A pesar de durar casi dos horas y media, uno no puede evitar comparar ciertos momentos con el documental (o la película biográfica) de Tina Turner (hombres manipuladores que explotan y luego son desechados ante la humillación constante). En otros momentos, está la soberbia de la cantante que, dominada por su “demonio personal”, que en este caso es el pasado de falta de amor maternal y una violación (que la hizo tener un hijo a los doce años, aunque en la realidad se habla de que fue un novio de su secundaria con el cual tuvo otro hijo), hace que sienta remordimientos por el alejamiento de la fe, de la iglesia.

         Otras secuencias sirven para enmarcar la historia gracias a los hechos que sucedieron a su alrededor: la cinta nos muestra a Aretha desde 1952 hasta 1972. Por supuesto que se hablará de Martin Luther King y el activismo por los derechos civiles. Aretha participa en conciertos para recaudar fondos y se lanza en pro de la liberación de Ángela Davis. Las canciones populares de Aretha hablan de respeto y del amor entre parejas, que reflejan sus relaciones maritales. La cinta se dedica a mostrar la tormentosa unión con Ted, y luego la dificultad de convivir con el segundo marido, Ken (Albert Jones). No obstante, todo se torna simple, sin posibilidades de comprender las realidades internas de la cantante. La cinta adquiere mucha vida cuando se muestra su proceso creativo, tanto en su departamento con sus hermanas, en los estudios de grabación y luego, en uno de sus grandes momentos de fama al grabar su disco de música cristiana como una forma de hallar respuesta a su vida: es donde vemos lo que era el manjar espiritual, fruto de su talento, para la cantante. La cinta termina, en los créditos, con las imágenes de la verdadera Aretha Franklin cantando “Natural Woman” y es donde vibra el ambiente, la atmósfera que, por desgracia, no se siente en la cinta que se acaba de ver.

Jennifer Hudson con la directora Liesl Tommy



domingo, 22 de agosto de 2021

BUSCAR LA VERDAD

STILLWATER
2021. Dir. Tom McCarthy.

         El título se refiere al pueblo en Oklahoma del cual Bill (Matt Damon, excelente) es originario. Ya rehabilitado del alcohol y las drogas (en las cuales cayó luego de morir su esposa), se encuentra sin el trabajo que realizaba en plataformas petroleras. Ahora se dedica a la construcción y se le encuentra al inicio de la cinta recogiendo los escombros después de un tornado. Bill trabaja para reunir dinero e ir a visitar a su hija Allison (Abigail Breslin) que se encuentra prisionera en Marsella, luego de ser acusada por el asesinato de quien era su novia, cinco años atrás. En su primer reencuentro, Allison le da una carta para que la entregue a la abogada que llevó su caso. Bill no habla francés, por lo que pide a una vecina del cuarto en el hotel donde se hospeda, Virginie (Camille Cottin), que le traduzca. Así se entera de que hay una pista: una joven ha comentado que conoció a un tipo que confesó haber asesinado a una mujer, sin ser atrapado, por lo que pide que se le busque, y que no puede confiar en su padre porque nunca termina lo que emprende. Aunque la abogada le responde que sería muy difícil la reapertura del caso, Bill decide encargarse de esa búsqueda. En el camino, iniciará una amistad con Virginie, quien le arrendará una habitación, además de que Bill le ayudará con su hija, la pequeña Maya (Lilou Siauvaud), con la cual intentará resarcir el descuido hacia Allison mientras iba creciendo.

         La cinta, con duración de 140 minutos, podría parecer demasiado larga, pero tiene la ventaja de que no es otra cinta de intriga y crimen en el estilo que nos tiene acostumbrado Hollywood, con la acción intermitente del padre justiciero de, por ejemplo, Búsqueda implacable. Por un lado, la relación entre una hija que desprecia internamente a su padre por no haberle ofrecido una niñez y juventud normal. Por otro, el encuentro de una mujer, con su pequeña hija, que le darán, al menos por un tiempo, el sentido de pertenencia familiar. La intriga se desarrollará en cuanto a la búsqueda del posible criminal que ha mantenido a una persona inocente por cinco años en prisión. Más importante, y es lo que le da mayor sustancia a la película, es el personaje de Bill Baker.

Bill Baker es un hombre rudo, natural de un pueblo pequeño que limita sus oportunidades. En Marsella compra sus sándwiches Subway, porque así se ha acostumbrado con su tradición norteamericana de comida rápida. Confiesa que posee una escopeta y una pistola. Ahora, es un hombre que acostumbra orar antes de sus comidas y siempre que visita a su hija. El encuentro con Virginie, quien es actriz y su mundo se enmarca en la cultura y la mente liberal, le permitirá conocer otro aspecto en la relación con una pareja. Cierta noche en que un amigo visita a Virginie, le pregunta si acaso votó por Trump. Su respuesta es que no pudo votar porque estuvo en prisión y, sin embargo, los espectadores nos damos cuenta de que pertenecía a los norteamericanos conservadores y enojados, por lo cual nos enteramos de cuál hubiera sido su decisión. Más adelante, vivirá un dilema moral entre su calidad de padre que ama a su hija o darle camino al sentido de justicia. Su frase la vida es brutal se menciona al inicio y al final. Al espectador le queda el juicio final.

Estrenada recientemente, con gran éxito de público, en el Festival de Cannes, viene a ser la siguiente cinta importante del director McCarthy, del cual, En primera plana (Spotlight, 2015) le otorgó el Óscar por mejor guion, además de ser la mejor película. Stillwater (aún sin título oficial en español) sigue adelante con el tema de la búsqueda de la verdad. McCarthy se apoyó con otros tres escritores para lograr una cinta que vuelve con el tema de familia, aunque con variaciones y disonancias, basándose en un hecho de la vida real que sucedió en Italia. Matt Damon, con sus cincuenta años encima, confirma su talento al ofrecer un personaje redondo que jamás se traiciona y representa sin tapujos al norteamericano clasemediero y vulgar, además de mostrar que la edad le ha sido benéfica físicamente.

Matt Damon y su director Tom McCarthy



sábado, 21 de agosto de 2021

HONOR DE CABALLERO

EL CABALLERO VERDE
(The Green Knight)
2021. Dir. David Lowery.

         En los créditos de esta cinta excepcional, se anuncia como “adaptación fílmica de un cuento de caballería por anónimo”, y así inicia esta versión del poema Sir Gawain y el caballero verde, escrito a finales del siglo XIV, donde se narran las aventuras del sobrino del rey Arturo. Luego de pasar una noche de juerga, Gawain (Dev Patel, extraordinario) asiste a la reunión de Navidad de su tío, quien le pide que le cuente alguna historia. Gawain piensa un momento y le responde que no tiene ninguna. En ese instante, hace su aparición el Caballero Verde, mitad hombre y mitad árbol, quien reta a los integrantes de la mesa redonda a que le desafíen, bajo la condición de que, al paso de un año, irán a buscarle a la capilla verde para recibir lo mismo que realicen en su persona. Gawain es quien acepta y en un golpe certero, le corta la cabeza. El caballero la recoge y se va riendo, recordando el compromiso. Pasa un año y Gawain debe ir a cumplirlo.

         Con un manejo magistral del tiempo y los espacios, el autor completo (guionista y director) Lowery, ofrece su propia idea del sentido del honor, a través de un personaje que irá creciendo física y emocionalmente. Gawain emprende el viaje para irse encontrando en el camino a personajes diversos que le harán reflexionar sobre lo efímero de la vida, la necesidad del amor, el sentido de la justicia, la pequeñez del hombre ante la grandeza de la naturaleza, en un ambiente que se debate entre lo mágico y lo surrealista. Así sea un ladrón que le despoja de sus bienes, dando la idea de que no se alcanzará su meta. O una santa que ha perdido la cabeza por defender su virginidad ante el acecho de un maleante. O el poderoso señor que desea seducirlo ante la riqueza, la sabiduría y hasta la lujuria.

         La cinta explora y resume todo aquello que movía a los caballeros en pos de virtud, justicia y honor. Esas narraciones que enloquecieron al Quijote (…y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio…) hasta llevarlo a perseguir sus ideales. Gawain tendrá que ir atravesando obstáculos y eliminando tentaciones hasta tener que escoger el camino del bien. Lowery muestra ese sentido del tiempo y sus posibilidades: una toma ingeniosa y circular, ofrece por un sentido, la imagen de Gawain convertido en esqueleto tras haber sido amordazado por el ladrón y sus secuaces (ahí hubiera terminado todo), pero la toma vuelve en dirección contraria para que el joven aventurero busque la manera de salir de esa situación y proceder con su destino. El enfrentamiento con el Caballero Verde también dará pie a que ponga en tela de juicio su honor ante el miedo de perder la vida, y el tiempo fluirá en una dirección antes de que quede establecida la verdadera razón para la existencia.

El director David Lowery dirige a Dev Patel y Joel Edgerton



jueves, 19 de agosto de 2021

SER HOMBRE

 

MARICÓN
(Moffie)
2019. Dir. Oliver Hermanus.

Es 1981 y Sudáfrica está en guerra con Angola y (ahora) Namibia. El Apartheid permanece con su racismo feroz y los jóvenes, desde los 16 años, son reclutados para su entrenamiento militar, posteriormente su participación bélica, antes de volver a la vida civil. Nicholas (Kai Luke Brummer) empieza a vivir el cruel proceso donde la disciplina es excesiva y el objetivo bastante claro: fomentar el odio hacia la raza negra. El título original se refiere a una forma peyorativa con la cual se nombraba a los homosexuales en Sudáfrica, por esos tiempos, y cuyo equivalente en español ya es considerado políticamente incorrecto (y así viene el título en la cinta). Durante el entrenamiento se descubre a una pareja que es golpeada y enviada a un centro de “readaptación”, que en realidad es el lugar al cual se enviaba a psicópatas y drogadictos. Nicholas conoce a Stassen (Ryan de Villiers) quien se le insinúa durante una noche en que deben de dormir en trincheras. Más tarde, solos, le da un ligero beso en la boca…

         Sin embargo, el tema principal es la violencia, la rudeza de la preparación militar: el reflejo de lo que fue el alimento del odio durante largos años desde las colonizaciones holandesas y británicas, hasta el surgimiento de la feroz segregación racial: una secuencia muestra a los soldados burlándose, desde la ventana del tren que los transporta, de un hombre negro que esperaba en una estación. Así como se despreciaba a los verdaderos habitantes del país, toda diversidad era castigada. La homosexualidad toma un rol consecuente: Nicholas recuerda su propia inclinación desde que era un adolescente y deberá reprimirla luego de un inesperado incidente que ocurre en una alberca pública, que ilustra esa supremacía irracional de los sudafricanos conservadores.

         La cinta muestra a un grupo de adolescentes, reclutas que resguardan y cultivan su imagen viril, que soporta todas las pruebas excesivas de un sistema brutal (de hecho, su diversión consiste en el juego de la botella, donde los seleccionados, deben de enfrentarse a golpes hasta que brote sangre). Habrá gente más débil. Es imposible no recordar a Kubrick con la primera parte de Cara de guerra (1987) y la presión que sufre el soldado Pyle ante el detestable sargento que lo presiona. Nicholas tendrá que ocultar su verdadera naturaleza y, de esta manera, se ofrece un panorama de las limitaciones vividas. Es notorio el impacto que Stassen, primer amor, produce en su persona y eso será lo que le haga vivir con una esperanza que, al final de cuentas, será también una frustración: todo producto de una realidad opresiva en exceso. Llegar al paraíso, al mar, juntos, pero siempre con una sombre que se interpone entre ellos.


El director Oliver Hermanus dirigiendo a Kai Luke Brummer



 

        

sábado, 14 de agosto de 2021

EL HIJO PERDIDO

 

JOE BELL
2020. Dir. Reinaldo Marcus Green.

         Basada en los hechos de un personaje de la vida real, tenemos la historia de Joe Bell (Mark Wahlberg), quien luego de perder a su hijo trágicamente, decide iniciar un recorrido desde su estado original, Portland, hasta la ciudad de Nueva York, lugar donde su hijo anhelaba vivir. Jadin Bell (Reid Miller) no soportó el acoso, por su orientación abiertamente gay, al cual era sometido por los “machos” de su secundaria, y decidió quitarse la vida, al no encontrar respuesta a sus peticiones de ayuda. Su padre lo apoyaba, pero en el fondo tenía cierto resquemor. Cuando Jadin entró al grupo de porristas para los juegos de futbol americano, varias personas del público expresaban su rechazo. Joe prefería marcharse en lugar de quejarse. Entonces, al perder a Jadin, decide llevar su discurso de tolerancia basado en su propia pérdida y enojo.

         A lo largo de la cinta vemos a Joe debatirse entre su conciencia, el recuerdo, el diálogo en la carretera con sus fantasmas personales. Al inicio, no tenía en realidad confianza en sí mismo, ni idea de cómo dirigir su mensaje. Luego llegó la crisis del reconocimiento: Joe se hizo famoso a través de redes sociales y de estaciones locales de televisión donde hablaba de su caso. En algún momento, su esposa Lola (Connie Britton) le pide que no se pierda en la notoriedad ni en el resplandor mediático. En otro tiempo, quiere abandonar su causa, pero siempre, de alguna manera, estaba el recuerdo y el compromiso moral con su hijo.

         El excelente y equilibrado guion de Diana Ossana y Larry McMurtry (mismos autores del guion de Secreto en la montaña, 2005;McMurtry, por desgracia, falleció en marzo pasado) evitan el sentimentalismo, permiten el tremendismo en ocasiones y de manera racionada (y racional), además de integrar algunas muestras de atención de Joe hacia su hijo menor, Joseph (Maxwell Jenkins, excelente), donde se entremezcla la rabia, el autoritarismo y luego el arrepentimiento. Hay otro encuentro que será crucial para el entendimiento personal de Joe, al conocer al Sheriff Westin (Gary Sinise, en rol corto pero significativo), cuya propia vida se asemeja con el personaje, bajo otras circunstancias (un hijo gay, todavía vivo, pero rechazado).

         La cinta, producida por sus participantes (Ossana, McMurtry, el propio Wahlberg), también incluye a celebridades como Cary Joji Fukunaga y Jake Gyllenhaal. Mark Wahlberg trasciende a los personajes que usualmente interpreta en el género de acción, ciencia ficción o intriga, al ofrecer el rol de un ser de la vida real, con emociones y defectos. Si uno recuerda su comportamiento personal en los años ochenta y noventa, cuando era adolescente, y que estuvo en prisión, hizo comentarios homofóbicos, fue modelo de ropa interior, publicó un libro dedicado a su pene, entre tantas otras situaciones, puede uno pensar que está expiando, o exorcizando, esos pecados del pasado. Su transformación fue ejemplar, lo mismo que su evolución como actor, y aquí lo demuestra ampliamente.

Mark Wahlberg y el director Reinaldo Marcus Green



PERSECUCIÓN

BECKETT
2021. Dir. Ferdinando Cito Filomarino.

         Beckett (John David Washington) vacaciona en Grecia con su novia April (Alicia Vikander). Son los años de turbulencia política, por lo que prefieren viajar al norte de Atenas mientras ocurra y termine una manifestación frente al hotel donde se hospedan. Al ir por carretera, Beckett dormita y el coche sale volando hacia el campo, llegando a una vieja casa donde traspasa uno de los muros. En un momento de lucidez, logra zafarse de su cinturón de seguridad, alcanza a ver a una mujer y a un niño, pero lo que le interesa es April, cuyo cadáver se encuentra tirado. Al día siguiente despierta en un hospital donde cuenta lo sucedido a la policía. Al ir a pie hacia la casa donde ocurrió el accidente, cae al suelo sobre la mancha de sangre donde estuvo el cuerpo de April: ahí decide tomarse todas las pastillas de un medicamente, como alternativa suicida cuando, de pronto, llegan una mujer y el agente que le había entrevistado previamente, quienes empiezan a dispararle, por lo que el hombre debe  de escapar: así inicia toda una odisea donde es preponderante el instinto de supervivencia. Su afán será llegar a Atenas, a la embajada norteamericana.

Alicia Vikander, en un rol de corta duración, aunque su recuerdo sea el motor de supervivencia.

         Segundo largometraje del anterior asistente de director Cito Filomarino, que ha sido producido por Luca Guadagnino, con el cual había colaborado en Llámame por tu nombre y otros de sus títulos, viene a ser una cinta de intriga y persecución que va desde la campiña, el poblado, hasta llegar a la gran capital. Beckett será acosado, y en ocasiones atrapado, por la policía, sin tener la menor idea del motivo, pero siempre atacando para liberarse. La incógnita se irá despejando paulatinamente, aunque, en realidad, no quede muy clara: Beckett se enterará de que el niño que había visto momentáneamente, era una víctima de secuestro. Su encuentro con una pareja de activistas será la primera clave para comprender que es persona non grata para quienes están involucrados en ese secuestro con tintes laterales políticos. No obstante, las cosas no serán como aparentan ser. La cinta está claramente dividida en un preámbulo intimista, idílico, que luego deriva en la acción constante, y un cierre con la visión del rostro que ya se permite el dolor total.

         Estrenada en el Festival de Locarno, en Suiza, como cinta de apertura, ya que, al menos, como entretenimiento es bastante funcional, y debido a que el realizador había sido elogiado con un cortometraje presentado en la edición de 2010. El mismo realizador comentó que “el cine de género puede, en ocasiones, utilizar diseños formales para evocar la intensidad de la experiencia humana y me preguntaba: ¿qué sucede a un sujeto con una crisis personal cuando se ve envuelto en una intriga de alta tensión?”. Uno se pregunta cuál sería el motivo para llamar “Beckett” al personaje. Si acaso, por el absurdo cotidiano, además de la ignorancia de lo que está sucediendo, como homenaje indirecto al afamado escritor irlandés. El personaje es lanzado al incierto destino, y en cada etapa donde va conformando su conocimiento de los hechos y el desenmascaramiento de sus perseguidores, aumenta más el deseo de vivir y el recuerdo del amor de la mujer que murió por un inesperado accidente, del cual se culpa.

Boyd Holbrook y Washington

         El realizador ofrece una imagen del entonces presidente Obama, para situar al espectador en esos tiempos prepandémicos que ahora añoramos a diario. Son los años de la fiera crisis económica que sacudió a Grecia, por lo que se infieren los motivos políticos que, al ser confusos, en realidad no llegan a importar tanto. Y ahí es donde se considera una vuelta de tuerca para que exista un cierre total. Alicia Vikander aparece solamente en los primeros quince minutos, pero demuestra aquello de que “no hay papeles pequeños”. Washington cumple, es buen actor, pero siempre queda cierta desconfianza: ¿hubiera tenido las mismas ventajas estelares (Tenet, Malcolm y Marie, El infiltrado del KKKlan) si no fuera hijo de Denzel (al cual no le llega ni en su equilibrio actoral ni en su belleza natural)?. ¡Ah, y Boyd Holbrook!, quien surge como ambiguo personaje institucional, enfatizando su versatilidad.

El director Ferdinando Cito Filomarino con Washington



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Genre cinema can sometimes use strict formal designs to evoke the intensity of human experience. I wondered: what happens to a man in a personal crisis when thrown into a high tension thriller?

– Ferdinando Cito Filomarino

 

martes, 10 de agosto de 2021

ÍDOLO DEL PASADO

 

VAL
2020. Dirs. Ting Poo y Leo Scott.

         Val Kilmer, actor icónico desde los años ochenta, tuvo la suerte de nacer dentro de una familia acomodada que pudo ofrecer tanto a él como a sus hermanos, los medios para filmar desde pequeños tanto sus cintas familiares como los juegos de actuación que surgían, primero desde la creatividad del hermano mayor, Wesley, hasta sus primeros intentos dentro de las artes. Val cuenta que desde que pisó un escenario y escuchó las risas y los aplausos, quedó enganchado y supo que esa debería de ser su vida que, este documental narra. Kilmer tuvo la precaución y la afición de grabar todo lo que podía desde que era estudiante, luego actor de teatro, y posteriormente en las filmaciones de películas. Uno debe de resaltar el hecho de que, entre cientos de cajas con películas de todo formato, lo mismo que cintas de video, se pudieron seleccionar los fragmentos que permitieron construir el contenido que se ofrece al espectador. Labor titánica y que hubiera sido magnífica para otras historias de vida. Solamente por eso, el documento se convierte en autobiografía en imágenes.

         Kilmer nació el último día de 1959. Tuvo otros dos hermanos: el mayor fue el que incitó a la creación, pero, por desgracia falleció a los quince años por un accidente. A pesar de la separación de sus padres, todo fue armonioso. El joven Kilmer fue aceptado (siendo el estudiante más joven aceptado hasta entonces) en la prestigiosa escuela Juilliard, en Nueva York, y pronto, entró al escenario teatral profesional. De ahí, surgió la primera oferta de Hollywood ( la deliciosa parodia del género de espionaje, ¡Super Secreto!, Zucker, Abrahams y Zucker, 1984) y el contrato con la Paramount que lo llevó a participar en Top Gun (Tony Scott, 1986), con la cual ya se fue posicionando entre el público. Más adelante vendría The Doors (Stone, 1991) donde pudo demostrar su valía como actor.

         El documental se narra desde el presente: en 2014, Kilmer perdió la voz. Se le diagnosticó cáncer, pero pudo vencerlo. No obstante, tiene que hablar a través de un dispositivo que deforma su voz. Hay secuencias conmovedoras: Kilmer en una de las “Comic-Con”, donde asiste para firmar fotos y objetos, por medio de un pago, a los fanáticos que asisten y que lo recuerdan por sus roles en las cintas que le hicieron popular (la mencionada Top Gun o su participación en Batman eternamente) y hay un momento en que pide descansar, luego tiene que vomitar en un tambo de basura, antes de ser trasladado en una silla de rueda cubierto por una manta. En otra de ellas, asiste a un pueblo de Arizona donde se filmó Los justicieros (Tombstone, 1993) para fotografiarse con los asistentes a una proyección de la cinta al aire libre. Kilmer comenta que nunca imaginó que llegaría a eso, pero deben de pagarse deudas y sobrevivir.

         En el documental, Jack Kilmer, su hijo, es quien toma la voz narrativa en los momentos del pasado. Solamente en el tiempo presente, el mismo Val se esfuerza para comentar sobre su realidad. La película ofrece otros aspectos que rompen o subrayan mitos. Por ejemplo, hay grabaciones de la filmación de La isla del Dr. Moreau (1996), donde Kilmer comenta que el primer director, Richard Stanley, no pudo manejar una gran producción, por lo que se le sustituyó con John Frankenheimer, prestigioso creador de diversas joyas (El embajador del miedo o El hombre de Kiev, entre muchas otras), quien tuvo muchos problemas con el carácter del entonces inmenso Marlon Brando, ídolo de Kilmer (aunque ya una piltrafa obesa), quien en ocasiones no asistía a la filmación y se le sustituía con dobles gracias al maquillaje y a prótesis. Hubo muchas tensiones, al grado de que Frankenheimer juró no volver a trabajar con él.

         Val Kilmer pertenece a la camada de Hollywood que habitó películas ya entrañables desde los ochentas hasta entrado el siglo (la muy subestimada Entre besos y tiros, 2005, por ejemplo). Al estar en una etapa de consolidación madura, presentando un monólogo sobre Mark Twain, llegó esta terrible prueba para un actor: la pérdida de la voz. Val es un retrato fascinante donde un actor decide autoconfesarse y pedir perdón a quienes debe algo o establecer su propia calidad, mostrando aquello que fue bueno y que le dejó satisfacciones. Un retrato admirable y conmovedor con imágenes que dan testimonio de etapas y tiempos, de felicidad y tristeza, de rueda de la fortuna que a veces está arriba y luego baja…

 

        

miércoles, 4 de agosto de 2021

CONTRASTE

 

EL HOMBRE CON LAS RESPUESTAS
(The Man with the Answers)
2020. Dir. Stelios Kammitsis.

         Víktoras (Vasilis Magouliotis), joven artesano griego, ex clavadista ganador de medallas, pierde a su abuela y decide emprender un viaje para visitar a su madre, Angeliki, en el sur de Alemania, a la cual no ha visto por mucho tiempo. Vende sus medallas de oro, desempolva el viejo Audi familiar y toma el ferry que lo dejará en Bari, Italia, para atravesarla por carretera y llegar a su destino. En el bote, conoce al extrovertido Mathias (Anton Weil), joven mochilero que anda de vacaciones, al cual primero repudia cuando nota que se roba un sándwich del restaurante, pero luego, al llegar a puerto, le ofrece llevarlo consigo, para que le apoye con idioma y direcciones. Las personalidades chocan: ante el desparpajo de Mathias está el callado Víktoras, quien trae sus propios problemas e inseguridades. Paulatinamente se irá conformando más que una amistad entre ellos. El título se refiere a las constantes preguntas que Mathias hace al desconfiado Víktoras. Las respuestas, tal vez, están en el personaje libre que disfruta de la vida, contra las decepciones y soledad en que ha estado sumergido el joven griego.

 

         Una primera parte de la cinta nos muestran a Víktoras trabajando en una restauradora de muebles, aparte de que va a visitar a su abuela al hospital, practica en la cama elástica, se ejercita caminando sobre sus brazos, recibe un telefonema de su madre, hasta que, al morir la anciana, decide partir hacia Alemania. Ya en el ferry que lo traslada hacia Italia, conoce a Mathias, al cual primero rechaza, pero luego acepta por comodidad, aunque siempre con la desconfianza de que es un extraño. Ya, en esta segunda etapa de la narración, inicia lo que es un viaje por carretera, con experiencias diversas, pláticas, preguntas, enojos y diversiones que irán proporcionando mayores datos sobre esta pareja de jóvenes, cuyos viajes existenciales son igualmente indefinidos, sin rumbo preciso. Mathias es instructor de snowboarding en Baviera, quien tiene todavía un mes de vacaciones antes de retornar al trabajo. Víktoras fue dejado por su madre, a la abuela, años atrás, al conocer a un alemán e irse a vivir con él, precisamente a la región bávara, donde ahora tiene otro hijo pequeño: sigue indeciso ante ir a verla, aunque, al menos ya ha iniciado su ruta.

         El contraste entre las personalidades de Mathias, que disfruta de la vida engulléndola a pedazos, y Víktoras, cuya problemática personal (carrera profesional no terminada, acto deportivo abandonado, además del fracaso familiar), le ha sumido en la tristeza, es el atractivo principal de la película que nos habla del complemento personal, del descubrimiento de uno mismo a través del otro, de la apertura hacia los momentos que pueden ofrecer satisfacciones, del rechazo hacia aquello que se torna obstáculo para el goce. Mathias le pide a su compañero que tome carreteras vecinales para disfrutar de paisajes y parajes. En algún momento, lo lleva a la celebración de la boda de unos amigos. Víktoras comienza a vivir otros hechos, para él desconocidos hasta el momento. Como consecuencia, surge el afecto entre ellos: la cinta no establece, ni distingue las orientaciones sexuales, dentro de ese sentido libre que, para estos tiempos, ya no puede escandalizar a nadie.  

El director Stelios Kammitsis