SOMBRA EN LA NUBE
(Shadow in the Cloud)
2020. Dir. Roseanne Liang.
Hiperfeminista mezcla de fantasía, terror y cine bélico en la historia de Maude (Chloë Grace Moretz) quien se introduce en un bombardero de las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, en Nueva Zelandia, custodiando un paquete confidencial, de alta seguridad, que deberá entregarse en Samoa, para encontrar el rechazo general de toda la tripulación masculina que, de todas maneras, deberá aceptarla por órdenes superiores. Colocada en la torreta inferior de seguridad del avión, mientras que su paquete queda a cargo de uno de los soldados, se da cuenta de algo extraño: una sombra sobre el ala izquierda viene a ser un extraño roedor alado, de tamaño mediano, con terribles colmillos. La tripulación no le hará caso mientras siguen expresando comentarios ofensivos y burlones hacia su condición de mujer, que ella escucha a través del sistema de comunicación. Entre ataques de aviones japoneses, que ella logra enfrentar con brío, y el descubrimiento de lo que encierra el paquete encomendado, inicia una lucha de sobrevivencia.
Dirigida
por una exitosa realizadora chino-neozelandesa y escrita por el hijo del
director John Landis (icónico realizador a quien le debemos el prólogo de Al filo de la
realidad o la icónica Un hombre lobo americano en Londres, entre
otras joyitas de los años ochenta), estamos ante una recreación del episodio de
la serie Dimensión desconocida donde el pasajero de un vuelo comercial
veía a un monstruo sobre una de las alas (“Pesadilla a 20,000 pies de altura”
con William Shatner, sin que nadie hiciera caso a su alarma), enmarcada bajo un
panorama bélico, que permita mostrar la imagen de una mujer audaz que rompe sus
propios límites con tal de sobrevivir y llevar hasta sus últimas consecuencias
la “entrega” de dicho paquete. No obstante, este símbolo de fuerza y poder sirve
para dejar claro un discurso de rechazo a la disminución gratuita de la mujer, a
la masculinidad tóxica, a la negación de sus posibilidades. En los créditos finales
aparecerán imágenes originales de mujeres durante el período de la Segunda
Guerra Mundial donde se les ve piloteando aviones o disparando armas.
El personaje de Maude llega al avión que se ha bautizado como “The Errand’s Fool” (que en inglés es una frase que define a las tareas que se llevarán a cabo, y de antemano, se sabe que no tendrán éxito) y tiene la imagen pintada de una voluptuosa morena en traje de baño. Esta imagen, que para estos tiempos es denigrante, tendrá su negación posteriormente, lo mismo que ese título será irónicamente enfrentado ante la voluntad y fuerza de la mujer. Durante casi una hora de duración de la película, la acción se centrará en lo que acaece con Maude en su claustrofóbico espacio escuchando las voces de la tripulación. Chloë Grace Moretz ser torna entrañable mientras más realiza acciones que parecen imposibles y que mantienen al espectador con el alma en un hilo desde el momento en que se ha vuelto cómplice al conocer el contenido del paquete.
Una película
conscientemente ridícula que termina siendo efectiva e inolvidable. La mezcla
de fantasía con realidad se va transformando en imagen homogénea y se acepta la
existencia de esos seres en un mundo caótico, donde todo pudiera ser realidad. La
cinta inicia con un prólogo en forma de caricatura educativa donde se habla de “gremlins”
que acechan a los pilotos y se ejerce un regaño en su discurso porque deben
estar alertas, pulcros y atentos. Entonces, la película se dedica a demostrar
que esos seres existen y no tienen ni idea de quién los va a combatir. ¿Será ese monstruo la metáfora perfecta del hombre machista y vapuleador? Compacta,
con apenas 80 minutos de duración, la película debe disfrutarse con ojos
abiertos a la fantasía o mejor ni pierda su tiempo.
La directora Roseanne Liang
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