sábado, 21 de noviembre de 2015

LAS CONSECUENCIAS DE UN SECUESTRO


LOS PERROS DESCALZOS
Antonio Ruiz-Camacho
Penguin Random House, octubre 2015.
1ª. edición – 167 páginas.

 


         Este libro fue el resultado de una situación peculiar: su autor, mexicano, graduado en la Universidad Iberoamericana, aunque con maestría en creación literaria por la Universidad de Texas-Austin (ciudad donde vive), la escribió en inglés. Scribner la publicó en marzo del 2015 como Barefoot Dogs y el propio autor la “tradujo” al español para ser editada en México. Al estarla leyendo, uno se da cuenta de una redacción natural en nuestro idioma por lo que he puesto entre comillas, con cierto sarcasmo, que se haya vertido al español: quisiera leerla en inglés para ver la forma en que ciertas palabras y frases fueron construidas en dicho idioma.

 


         De todas maneras no estoy ironizando porque sea una mala novela: al contrario, presenta una forma distinta de cómo narrar un secuestro. Dividida en ocho capítulos, cada uno de ellos muestra a alguien de la familia con las consecuencias del hecho. Han secuestrado al patriarca José Victoriano Arteaga, un hombre de fortuna en el Distrito Federal. Por tal motivo, varios miembros de la familia optan por salir del país. Cada capítulo hablará de alguno de ellos: los hijos, la amante, los nietos o las sirvientas para mostrar las transformaciones en sus vidas. El autor coloca un árbol genealógico al final del libro para que identifiquemos relaciones familiares y laborales.



Antonio Ruiz-Camacho (Toluca, 1973)
 
         No se sigue la narración tradicional y podría tomarse como una colección de cuentos a no ser que el hecho base o el personaje del patriarca Arteaga siempre se menciona como referencia. Ruiz-Camacho se sumerge en la realidad actual de México donde los ricos y poderosos (sobre todo, porque no son los únicos) están a merced de la delincuencia (producto de la pobreza, falta de valores, injusticia social o lo que Ud. reflexione) y al tener los recursos económicos, deciden proteger a la familia sacándola del país. Esto da lugar a violentar el arraigo y las raíces. Los personajes recuerdan con nostalgia su estatus nacional y se sienten diferentes en una cultura distinta.

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         El autor menciona a las fieles sirvientas que son llevadas con la familia al exilio: son las nanas de mucho tiempo de los niños o jóvenes. O personas de confianza para las señoras. Ellas lo ven como una forma de progresar y enviar dinero a sus familias que permanecen en México. Deben acostumbrarse a (y aprender) un nuevo idioma y la forma de hacer, ser, convivir, con gente que ya conoce las costumbres y procesos del American Way of Life.

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         O se mira la consecuencia desde el otro polo: un capítulo se dedica a la amante del secuestrado, madre de su hijo bastardo, quien vive alejada de su familia porque la consideran una perdida, aunque trabaja por su cuenta, aparte de vivir (hasta antes de la desaparición del hombre) con el apoyo económico y de vivienda. Ella queda como imagen de otro tipo de consecuencia de los actos de este hombre poderoso: la casa chica que queda desprotegida y fuera de todo derecho o ventaja (como bien lo narraron Roberto Gavaldón y José Revueltas en La casa chica, 1949) porque la propia familia legítima la desconoce.

 

Joan Didion
 
         Volviendo al tema del inicio de este comentario, Antonio Ruiz-Camacho explica que su maestría fue en inglés. La decisión de escribirla en inglés se basó en una frase de Joan Didion en su novela The Year of Magical Thinking, donde expresa que ella nunca aprendió la perfecta gramática, sino que se dejó llevar por lo que “sonaba correcto”. Tal vez esa sea la diferencia fundamental entre el original en inglés y esta perfecta “traducción” (sobre todo si es el propio autor, como alguna vez lo hicieron Nabokov, Tagore, Borges o Dinesen, por ejemplo). Muy recomendable.



Vladimir Nabokov