domingo, 28 de marzo de 2021

LA SEPARACIÓN DEL GRUPO

 

SHOPLIFTERS OF THE WORLD
2021. Dir. Stephen Kijak.

         En 1987, en la fecha que se anunció la separación del grupo musical The Smiths, sus fanáticos quedaron devastados. Dean (Ellar Coltrane), empleado de una tienda de discos, toma su colección de álbumes del grupo y, a mano armada, obliga al locutor Mickey (Joe Manganiello), de una estación de radio dedicada a la música metalera, que solamente reproduzca canciones de The Smiths, por unas horas, como tributo. Paralelamente, un cuarteto de amigos, igualmente adoradores del grupo, salen de fiesta: al día siguiente, Billy, uno de ellos, partirá hacia una base militar. Además, Sheila y Patrick partirán lejos hacia la universidad. La que permanecerá, y quien no tiene ni idea del rumbo que tomará su vida, es Cleo (Helena Howard).

         Con una banda sonora compuesta exclusivamente por canciones de The Smiths, la cinta utiliza al icónico grupo ochentero como metáfora de una etapa de vida, así como del conjunto de amigos que también se desintegrará por esa noche. La cinta va haciendo referencia constante hacia las letras de las canciones que fueron significativas para una multitud de seguidores que aceptaron esas expresiones y filosofías de vida. The Smiths tuvieron un estilo melancólico, y cierta monotonía en la voz de Morrissey, su cantante, pero sus elaborados textos eran discursos políticos (la protesta por el crimen de niños, por ejemplo) y declaraciones específicas (la carne equivale a asesinato).

         La cinta muestra, a través de los personajes, la influencia específica del grupo en esta quinteta de jóvenes que los adoran, pero que también están pasando por los momentos confusos de la juventud. La falta de rumbo de Cleo equivale a la confusión sexual de Patrick. Los deseos frustrados de Sheila se ven reflejados en las inquietudes de Billy quien no sabe si va al ejército por su padre o porque se desconoce a sí mismo. Y, más que nada, la acción audaz de Dean tiene como motivación ulterior su existencia gris, donde se siente invisible, falto de importancia y carente de amor: de hecho, su conversación forzada con el locutor va cambiando de tono ya que con las horas que pasan, su conversación con Mickey va permitiendo que ambos se conozcan mejor: tanto interiormente como en el diálogo. Las separaciones resultan retos para la vida, pero en su mayoría, son más benéficas que destructoras.

El director Stephen Kijak con Helena Howard.



sábado, 27 de marzo de 2021

LA MUERTE EN VIDA

 

EL PADRE
(The Father)
2020. Dir. Florian Zeller.

         La percepción del tiempo y la confusión de la memoria. La repetición de los hechos y el miedo que invade. Las mismas preguntas hechas una y otra vez. Los signos inevitables de la demencia son mostrados visualmente en esta ópera prima, donde Anthony (Anthony Hopkins) vive varias situaciones semejantes, pero con variantes. La llegada de Anne (Olivia Colman), a su departamento, donde escucha música y tiene el cuadro que fuera pintado alguna vez por otra hija, Lucy, quien le reclama que haya maltratado a la persona que lo cuidaba, cambia de apariencia física, acompañada de un hombre que puede, o no, ser su marido, y la cena de pollo al horno que se va multiplicando. Anne le avisa que se va a vivir a París con una nueva pareja. Le comenta que no quiere dejarlo solo. Luego viene la conversación subrepticia donde se insinúa la reclusión en un asilo para ancianos con demencia. Lo que va siendo inicialmente confuso para el espectador deviene en magistral representación de la terrible enfermedad.

         El deliberado tono de cinta de intriga (uno piensa que todo es un complot para aprovecharse del anciano, lo que hubiera dado lugar a una vulgar trama) se disuelve. Va adquiriendo el ambiente sombrío de lo que ha de significar estar viviendo entre sombras e inexactitudes. La repentina lucidez que se entremezcla con la duda. El sueño que une realidad con ficción transformada. Los rostros y cuerpos de las personas que se ven durante el día o la semana o el mes, se van intercambiando. Si algo debe de aplaudirse a esta cinta inclasificable es el haber atrapado en imágenes lo que debe ser el infierno de Alzheimer, la pérdida de la memoria, el retorno a la infancia donde había protección que ahora no se siente: la comparación con un árbol que va perdiendo sus hojas por el viento de la vida y el otoño que deviene invierno constante.

 Una actuación extraordinaria de Anthony Hopkins

         Anthony Hopkins ofrece una actuación magistral. En este rol de madurez total, el tono nunca se pierde, el matiz se adecúa con la circunstancia, el temor y el miedo exudan de sus poros y llega a conmover por la fragilidad que ya es irreversible. Sin mencionar más que su carrera de ingeniero, mostrar sus libros, escuchar las arias de ópera que disfruta, dan a entender que fue un profesionista importante, culto, con una mente a la cual le llegó el proceso de vaciarse para quedar en la nada. Olivia Colman y Olivia Williams, como Anne y como la enfermera que finalmente cuida de Anthony, reflejan el dolor o la comprensión de quienes han tenido la amarga experiencia de perder, en vida, a sus seres queridos.

 Anthony Hopkins y el director Florian Zeller



 

 

 

 

sábado, 20 de marzo de 2021

TEMA UNIVERSAL

 

BETTER DAYS
(Shao nian de ni)
2019. Dir. Derek Kwok-cheung Tsang.

         Nian (Zhou Dongyu) quiere entrar a la Universidad de Beijing. Por eso se dedica a prepararse con mucho empeño. Un día, una compañera se suicida tirándose desde un piso alto de la escuela. Nian se compadece y va a colocar su chamarra sobre el cuerpo inerte. A partir de ese momento, empieza a ser víctima del acoso de Lai Wei (Zhou Ye) y otras compañeras que la golpean y vejan. Una noche, mientras se dirige a su casa, se da cuenta de que unos pandilleros arremeten contra un muchacho. Ella intenta dar aviso a la policía, pero es detenida por los mismos jóvenes quienes la obligan a darle un beso a su víctima si quiere que ya lo dejen en paz. Ella le ayuda y él, Bei (Jackson Yee) le ofrece protegerla, ante lo que Nian se burla (“si no puedes cuidarte a ti mismo”). Cuando las cosas llegan a límites insoportables, la chica busca a Bei para solicitarle su apoyo. De esta manera inicia una relación amorosa, pero con la debida distancia y respeto. No obstante, los hechos toman otra dirección inesperada.

         Cada año, cerca de diez millones de jóvenes chinos toman los exámenes nacionales que decidirán su ingreso a las universidades. Arriba de cierto puntaje, tienen libertad de elección y acceso a las de mayor prestigio. El sueño de la joven Nian es entrar a la Universidad de Beijing: su situación es precaria y su madre se dedica a la venta ilegal de productos de belleza. Es callada y débil de carácter, por lo que resulta la víctima perfecta de los usuales acosadores escolares. Un tema que se ha visto en múltiples ocasiones, tratado de manera brillante como la alemana Nido de escorpiones (Schlöndorff, 1966) o la norteamericana Carrie (De Palma, 1976) o la mexicana Después de Lucía (Franco, 2012) encuentra otra extraña cara en esta producción china al tratar un tema que no se había considerado previamente y que deja claro el hecho de que la violencia escolar es universal. Siempre existen los prepotentes o impotentes que resuelven sus inseguridades atacando a quienes saben que no responderán.

         Nian recuerda a la chica que se ha suicidado como alguien que buscaba ayuda nunca recibida, por lo que su salida fue quitarse la vida. Ella tiene sueños y un propósito en la vida por lo que debe quitarse los obstáculos de alguna u otra manera: de ahí que recurra a la misma violencia. Por su lado, Bei es la cara opuesta de su circunstancia. Un joven ladrón que sabe que no alcanzará otros horizontes: se sabe sin cabeza para el estudio, rechazado por su madre desde pequeño, con la única mirada en el presente. El encuentro fortuito donde ambos viven, a su manera, el acoso y los golpes de la vida, hará que unan sus soledades y complementen sus propósitos: ella alcanzará su objetivo académico, él cuidará que se haga realidad al encontrar a quien le muestre preocupación por su bienestar ya que Nian lo ama (“nadie me había preguntado si sentía dolor”). Su relación tendrá un giro inesperado ante circunstancias que estarán fuera de sus voluntades. Y la pareja estelar de actores posee una química extraordinaria.

         La cinta tuvo algunos problemas iniciales con la censura china porque, en realidad, es una sutil crítica al sistema educativo del país. El acoso tecnológico, las burlas por las diferencias sociales, la abierta representación de una chica soberbia apoyada por padres con mayores comodidades, resultaba la aceptación de una realidad que se desea ocultar. La cinta parte de hechos que son naturales: su director comenta que es imposible explicar al “bullying” porque siempre ha estado ahí debido a la naturaleza humana. Así que entonces, se muestra el ambiente donde se produce (en este caso China, pero pasa en todas partes). Ese es uno de los grandes logros de esta película que se va tornando más oscura según se va desarrollando, destacando su importancia, jamás dejando indiferente al espectador.

El director Derek Tsang



viernes, 19 de marzo de 2021

MUJER SÍMBOLO

 

¿QUO VADIS, AIDA?
(Kuda ideš, Aida?)
2020. Dir. Jasmila Zbanic.

         Al inicio de la película, el alcalde de Srebrenica, en Bosnia, le pregunta al Coronel Karremans, cuáles son las posibilidades de los ataques aéreos que se han prometido desde las Naciones Unidas contra los serbios que han entrado a sus pueblos, arrasando y matando, sobre todo, a hombres musulmanes bosnios. El coronel, con una seguridad que no logra convencer, confirma que se llevará a cabo. Quien traduce esta conversación, es la maestra Aída (Jasna Duricic, extraordinaria), quien trabaja como intérprete en la base que las Naciones Unidas tenían en Srebrenica. Cuando llegan las fuerzas serbias, bajo el mando del General Mladic, la población se dirige hacia dicho lugar, pero solamente puede acceder un par de miles de personas. Fuera de la base permanece una gran cantidad de civiles. Aída logra, después de varios esfuerzos, reunir a su esposo y dos hijos. Se nombra una comisión representativa para hablar con Mladic, donde promete que todos serán trasladados a lugar seguro.

         La directora Sbanic utiliza al personaje ficticio de Aída para recuperar un momento negro en la historia de su país. En julio de 1995, más de 8000 hombres musulmanes fueron exterminados en el peor genocidio perpetrado luego de la Segunda Guerra Mundial. Mladic fue un criminal de guerra que, posteriormente, sería juzgado y condenado a cadena perpetua por sus crímenes. La antigua Yugoslavia vino a ser el escenario de otra de las guerras absurdas e inútiles que han cobrado más vidas que logros. Karremans existió, lo mismo que el destacamento holandés al cual dirigía y cuya finalidad era la protección civil, además de favorecer las pláticas de paz. Y en este caso, se encuentra otra crítica de la cinta: la falta de interés por los organismos internacionales para brindar seguridad al mundo. Las Naciones Unidas expresaron que tardaron en dar respuesta a las peticiones de apoyo para atacar al ejército serbio.

         Aída está siempre en movimiento. Es una mujer de temple que lucha por su familia y busca todas las maneras posibles para salvarla. Cuando surge el comité representativo, hace que su marido sea uno de los integrantes, porque tal vez pueda ser una salida de la situación. Aída viene a ser un símbolo de la mujer tenaz que, finalmente, es vencida por la agobiante realidad. Así como ella, estaban otras mujeres luchando por la supervivencia de sus seres queridos. Igual que su experiencia, Aída será la que cargue con los recuerdos y el dolor. En una secuencia, la mujer recordará una noche de fiesta, donde hubo felicidad y canto: no puede explicarse el motivo de que todo aquello hubiera terminado.

         Angustiante, porque ya sabemos cómo fue el episodio cruel, la cinta nos va preparando para el fatal resultado. Estrujante, porque se va notando la crueldad y sangre fría de los vencedores, prepotentes y humillantes. Conmovedora, ya que el amor de esposa y madre se antepone a toda negativa aunque, finalmente, no quede más remedio que aceptarla. La realizadora Zbanic ganó el Oso de Oro en Berlín 2006 por La revelación de Sara, cinta que pudimos ver en salas, donde también se trataba el asunto de la guerra contra Serbia, además de que sus personajes eran mujeres: la joven Sara y su madre, víctimas directas e indirectas. Esa ha sido la temática porque ha dejado huellas imborrables que no pueden dejar de recordarse. De ahí que se haya decidido por recuperar este trozo de historia vergonzante.

La directora Jasmila Zbanic



lunes, 15 de marzo de 2021

GENOCIDIOS CONTEMPORÁNEOS

 

BIENVENIDOS A CHECHENIA
(Welcome to Chechnya)
2020. Dir. David France.

         Este documental inicia con la llamada telefónica que una mujer llamada Anya hace a uno de los integrantes de la Red LGBT+ de Moscú, pidiendo ayuda: su tío ha descubierto su lesbianismo y la ha chantajeado exigiéndole relaciones sexuales a cambio de su silencio. Si el padre de Anya se entera, quizás llegue hasta a matarla para lavar su “deshonra familiar”. Luego de escuchar esta conversación, el espectador se pregunta si estamos en el siglo XXI, en un planeta hiperdesarrollado tecnológicamente, donde este tipo de brutalidad genocida ya debería haber sido exterminada. Chechenia es una de las tantas repúblicas que integran a la Federación Rusa. Su líder es Ramzán Kadyrov, un tipo apoyado por Putin, quien en una entrevista expresa que en Chechenia no hay “ese tipo de personas” y niega las persecuciones.

 Dos dictadores del siglo XXI (Kadyrov y Putin)

         La cinta nos lleva a las actividades internas de la Red que se ha vuelto uno de los medios para alcanzar el exilio del país, tras la búsqueda de recursos, así como de la tramitación de visas. Por otro lado, ocultan en casas de seguridad a quienes pueden ser víctimas de la barbarie general. Utilizando algunos vídeos clandestinos que muestran los horrores de las torturas a las que son sometidas las personas por sus preferencias sexuales, se vuelve uno testigo de agresiones masivas en las calles o la violación anal a una de las víctimas y hasta el momento previo a que un fanático va a tirar una gran piedra sobre el cráneo de un joven ya golpeado y abandonado en una carretera.

 Grisha (derecha) y su pareja al reencontrarse

         El punto central del documental es mostrar cómo una de las víctimas decide hacer una declaración pública de los crímenes y de su propia, terrible, experiencia, como una manera de crear conciencia entre el público que desconozca sobre las prácticas genocidas. Hasta el momento en que va a declarar se le ha conocido como “Grisha”, quien vive en el refugio de Moscú, recibe a su pareja de muchos años, lo mismo que a su familia. Todos irán a Canadá como asilados políticos. En cuanto va a ocurrir la conferencia de prensa, se borra el “disfraz digital” que ocultaba el rostro de Grisha y se muestra al verdadero ser humano Maxim Lapunov. Exige un juicio por las atrocidades recibidas.

 Las escapadas nocturnas para evitar la persecucíón

         La cinta tiene como narradores principales a los activistas Olga Baranova y David Isteev quienes son los líderes de la red de apoyo. Ellos irán contando los antecedentes, presentando a algunos de los casos, denunciando las agresiones bárbaras. El director France fue quien nos entregó previamente Cómo sobrevivir a una plaga (2012) y La muerte y la vida de Marsha P. Johnson (2017), todavía visible en Netflix y que le comenté hace unos meses. Su interés principal radica en la comunidad de la diversidad sexual. No es posible que en estos tiempos de supuesta tolerancia (donde, de todas maneras, se han creado otros tipos de cacerías de brujas), existan todavía mentes obtusas y genocidas. Su obra busca crear conciencia para borrar la homofobia debida a ignorancia o inseguridades o fanatismos.

Olga Baranova, David Isteev, el director France 
y el verdadero Grisha (Maxim Lapunov)



 

        

domingo, 14 de marzo de 2021

LAS MALAS DECISIONES

 

CHERRY

2021. Dirs. Joe and Anthony Russo.

         Dividida en prólogo, cinco capítulos y epílogo que ocurren en un lapso de dos décadas, Cherry narra un viaje hacia el infierno personal debido a las malas decisiones de la vida. Decisiones que se deben a la inexperiencia, a la ilusión del amor, al descontrol que causa la incertidumbre del porvenir. En el prólogo, que sucede en 2007, Cherry (Tom Holland) sale de casa y se dirige a un banco para asaltarlo violentamente; sin embargo, la acción se detiene para que la trama se vaya hacia 2002 y sepamos que era estudiante universitario. En una clase conoció a Emily (Ciara Bravo) de la cual se enamoró perdidamente. Luego de un pleito donde ella le mencionó que se iría a estudiar a Montreal, el joven, decepcionado, fue a enlistarse al ejército, para después enterarse de que ella había cambiado de parecer. Ya no había vuelta atrás y Cherry partió hacia el entrenamiento, luego a la guerra en Iraq donde vivió experiencias terribles que le llevaron, al retornar a su patria, a la ansiedad y a la drogadicción. Emily, como pareja fiel, también cayó en el vicio.

         Basada en una exitosa novela semiautobiográfica, los hermanos Russo han dejado atrás al Universo Marvel, donde fueron responsables de las taquillerísimas cintas de Vengadores, para mostrar realidades humanas. Simbólico retrato de parte de la sociedad norteamericana de siglo XXI, Cherry nos muestra las consecuencias del horror y su influencia en la sociedad. La película dedica la mayor parte de su narración en el proceso de entrenamiento (con toda su crueldad e ironía) y ya en la batalla directa (Cherry ha escogido la especialidad de paramédico en acción). El par de años de servicio obligatorio que conlleva el reclutamiento voluntario, permite la reflexión del personaje sobre su decisión. No quedaba más que aguantar, porque la otra salida era el suicidio. Las experiencias son angustiantes, plenas de dolor.  


         El retorno da lugar a la inquietud, al sobresalto, a la necesidad de encontrar una salida para evitar el recuerdo de los sucesos vividos. Los mismos médicos recetan pastillas que se tornan adictivas y son el paso preliminar a la búsqueda de otras sustancias que sean más efectivas. Igualmente se da el reencuentro con el amor de su vida, y el reflejo indirecto de esa angustia tendrá como resultado que Emily se torne adicta. Y luego hay que mantener dicha adicción. No es justo seguir comentando los hechos posteriores, pero es una cinta que, partiendo de lo negativo llega a un momento de redención y esperanza. Las malas decisiones también permiten no caer en otras semejantes: hay que encontrar un camino.

Los hermanos Russo muestran su dominio narrativo. El ritmo nunca se detiene y, a pesar de sus 140 minutos de duración, la película jamás cansa. Un elemento importante es la presencia de Tom Holland quien demuestra su personalidad magnética. Desde que se reveló como el niño que busca la reunión de su familia en Lo imposible (Bayona, 2012) para luego sobresalir en las nuevas lecturas de Spiderman (2017, 2019 y 2021) y tornarse en hombre joven, pleno de pasiones y anhelos en El diablo a todas horas (Campos, 2020), también ha permanecido el carisma, esa cualidad que no cualquiera posee y que hace brillar en la pantalla.

Los hermanos Anthony y Joe Russo



miércoles, 10 de marzo de 2021

CORAZÓN ROTO

 

EL EMPLEADO NOCTURNO

(The Night Clerk)

2020. Dir. Michael Cristofer.

         Bart (Tye Sheridan) es un joven de 23 años que padece Asperger y trabaja el turno nocturno en un hotel de los suburbios en una ciudad del medio oeste. La ventaja de estar en un hotel sin mucha ocupación, tranquilo y en momentos cuando la actividad es mínima, ha permitido que el joven coloque cámaras en algunas habitaciones. Ya en su casa, puede observar a los huéspedes y sus actividades. Cierta noche, una mujer recibe la visita de un hombre y lo que inicia como un pleito de pareja pasa a ser una acción violenta. Aunque Bart trata de salvarla, el hombre mata a la mujer. Bart quita la cámara de su lugar, pero ha grabado todo. Cuando llega el detective Espada (John Leguizamo), comienzan las sospechas a pesar de que Bart ofrece una explicación lógica. Como resultado, el hotel decide cambiarlo a otro más pequeño en el mismo turno. Ahí llega Andrea (Ana de Armas), quien empieza a tratar con amabilidad a Bart quien se ilusiona ya que nunca ha tenido relaciones con mujeres. Sin embargo, Andrea tendrá otras intenciones.

         Reciente película del actor, director y dramaturgo de éxito, Michael Cristofer quien se ganó el premio Pulitzer en 1977 por su obra “The Shadow Box” (que en Monterrey se presentó bajo el erróneo título de “Boxeo de sombras”) y quien tenía casi veinte años alejado de la dirección cinematográfica (en 2001 dirigió a Angelina Jolie y Antonio Banderas en su versión de “La sirena del Mississippi” que Truffaut dirigiera en 1969). La cinta deja sentimientos encontrados en función de las preferencias del espectador. Si se busca una cinta policiaca, dentro del neo noir film, se tendrá una gran decepción: no es la película de minuciosas investigaciones por parte de un detective dentro de abigarrada trama. Si se disfruta como otra clase de película donde se retrata a una persona con ciertas limitaciones, cuya carga dramática se debe a sus problemas personales, tendrá mayor razón para ser satisfactoria.

         Bart tiene el Síndrome de Asperger. Su necesidad de colocar las cámaras en las habitaciones tiene como finalidad la observación de comportamientos para que, de esa manera, pueda conocer otros elementos para la difícil interactuación con los demás. Nunca se nota, ni se espera, que sus motivos sean voyeurísticos, ni de índole perversa. Bart vive con su madre Ethel (una madura y bella Helen Hunt: otra de las víctimas del Óscar) quien es amorosa y respeta sus límites (se comunican por una cámara de vídeo; Bart vive en el sótano de casa; la madre le prepara la comida y se la deja en las escaleras). La llegada de la nueva huésped Andrea, despertará cierta emoción a Bart. Por accidente, la ve desnuda. Y por otra rara casualidad, se la encuentra en una tienda. Bart se encuentra ante su primer sentimiento amoroso (fuera del que aprecia en su madre).

         La cinta está muy bien filmada en escenarios naturales de Utah y los personajes de Bart y Andrea se vuelven entrañables. Es notoria la intención de Cristofer al no poner mucha atención en la parte detectivesca. Lo que viene a ser más importante es el cambio en Bart. Su relación con Andrea le lleva a realizar otro tipo de acciones que nunca habría pensado en otros momentos previos de su vida. Es razonable: Cristofer se ha interesado en las circunstancias alrededor de limitaciones o enfermedades en varios de sus trabajos previos. En este caso, un joven con Asperger, del cual nunca se librará, tiene un avance, un desarrollo personal, un corazón roto. Todo lo demás será relativo.

El director Michael Cristofer



lunes, 8 de marzo de 2021

EL PLACER DE LA VENGANZA

 HERMOSA VENGANZA

(Promising Young Woman)

2020. Dir. Emerald Fennell

         Las primeras imágenes nos muestran a una joven mujer abiertamente alcoholizada en un bar donde la contemplan tres hombres. Entre ellos se retan para ver quién irá a seducirla. El mensaje está claro, según ellos. La chica no tiene ni idea de dónde está y abre las piernas dejando ver su ropa interior. Uno de ellos se decide y se le acerca. Aparentemente va a ayudarla. La lleva en un taxi y le sugiere que lleguen a su departamento para una última copa. La dama acepta. Le pide un lugar para recostarse. El hombre empieza a quitarle su ropa interior y para su sorpresa, ella se levanta sobria y lo enfrenta. Ella es Cassie (Carey Mulligan, fenomenal) quien tiene 30 años, abandonó sus estudios de medicina, vive con sus padres, trabaja en una cafetería y una vez a la semana realiza su actuación de equívoca borrachera para darle una lección a los machos soberbios y abusivos.

 Una Cassie aparentemente alcoholizada...

         Cassie tiene un trauma personal: abandonó sus estudios, luego de que Nina, su mejor amiga, fuera violada en el campus universitario, sin tener jamás la compasión ni el oído de la justicia. De ahí su rutina semanal como indirecta venganza en la especie masculina para lavar el honor de Nina. Cierto día llega a la cafetería Ryan (Bo Burnham, simpatiquísimo), un excompañero de medicina quien la reconoce y se asombra porque Cassie está ahora atendiendo una cafetería. Inician una relación por la cual Cassie se entera de que Al (Chris Lowell), el violador de Nina, ha vuelto luego de pasar tres años en Londres y está a punto de casarse. De esta manera, el asunto detona el rencor en Cassie quien procederá a realizar una sutil venganza.

 El encuentro con Ryan cambia todo... al principio...

         Estamos ante otra cinta del siglo XXI que se dedica a la reivindicación de los abusos cometidos contra las mujeres, sin caer en los lugares comunes. La trama, interesante y sorprendente según se va desarrollando, parte de una violación, de una situación que es considerada natural entre los universitarios (“la mujer se emborracha y anda buscando sexo”) y que, con el tiempo, se considera poco importante (“éramos unos chiquillos, no hicimos nada malo”). Así como se trata la perspectiva masculina, no se deja de lado a las cómplices femeninas que eran amigas y compañeras de los violadores (“nos mandaron a todos un vídeo, era un juego”).  Así, la cinta no se trata de una muchacha violada que busca cobrar venganza en su atacante. Se convierte en un manifiesto general contra la falta de respeto, contra el abuso al cual se somete a ciertos seres humanos porque, de antemano, se piensa que eso es lo que andan buscando. Nina era la mejor amiga de Cassie: Cassie se torna en Nina para redimirla.

 Vestida para la venganza...

         El tono de la película es variable: primero tiene un tinte de delirio y obscuridad que luego, se va aclarando, para sufrir una recaída posterior. Cassie tiene una sola amiga que es su jefa en la cafetería. Vive con unos padres preocupados de que a los 30 años siga sola y en casa, con un trabajo sin mayores horizontes. De regalo de cumpleaños recibe una maleta, algo que Cassie toma como colmo y extrema sugerencia para pedirle que se vaya y rehaga su vida. La llegada de Ryan a su vida será como un remanso de aparente paz que luego se perderá para entrar al desgarre emocional. Una vuelta de tuerca inesperada en los sucesos hace que el espectador se sorprenda y no sepa cuál camino tomará esta mágica película. No obstante, Cassie tendrá la última palabra (o mensaje).

La directora Emerald Fennell con sus actores...


jueves, 4 de marzo de 2021

BRUTALIDAD

 

EL MAURITANO

(The Mauritanian)

2021. Dir. Kevin McDonald.

         Este año se conmemorará el vigésimo aniversario del ataque a las Torres Gemelas. Esta cinta llega en el momento oportuno para recordarnos la angustia, pero también, y sobre todo, los delirios de persecución que se generaron entre la población norteamericana. No podía creerse que se hubiera tenido un desastre de dicha magnitud perpetrada por los enemigos del Medio Oriente. Tampoco podía compararse, injustamente, con los bombardeos y luchas armadas de los Estados Unidos hacia los países donde intervenía en su guerra. De pronto, todos los habitantes orientales se tornaron sospechosos (como sucedió con los japoneses o alemanes que vivían en la idealizada “América”) y empezó el odio entre la población general. Ese impulso afectó mucho a seres inocentes, mientras que los culpables jamás fueron definidos en toda su verdad.

 

         Basada en las memorias de Mohamedu Ould Slahi (interpretado con resignación por Tahar Rahim) acerca de su estadía en la base naval de Guantánamo, en Cuba, adonde llegaría sin ser acusado de nada, más que por sospechas y asociaciones vagas, desde dos meses después del incidente en Nueva York hasta casi 14 años después. La cinta narra cómo la abogada Nancy Hollander (Jodie Foster) se ocupó de su caso, no tanto pensando en que fuera inocente o culpable, sino basándose en el derecho que todo ser humano tiene para defenderse y ser juzgado en una corte. La cinta inicia en 2001, cuando el ingeniero Slahi, residente en Alemania, pasaba unos días en su natal Mauritania debido a una boda, de la cual fue arrestado sin explicaciones. La trama irá revelando la verdad de su estadía en Guantánamo, el recuerdo de sus experiencias de tortura y abuso, hasta el apoyo final de la abogada Hollander.

         La cinta muestra al fiscal militar Couch (Benedict Cumberbatch), católico, con cercanía a víctimas de la tragedia de septiembre del 2001, quien vivirá, acorde con la lectura de evidencias de tortura, un conflicto interior. En contraste, la abogada Hollander inicia con un caso pro bono sabiendo que cualquier persona puede mentir y clamar inocencia a pesar de ser un terrible criminal, pero tiene derechos. Por su lado, Slahi insiste en que su relación con Al Qaeda fue en tiempos pasados, cuando no era extremo, y apoyaba a Estados Unidos, además de que había dado alojamiento una noche en su casa, a un amigo de su familia quien era cercano a Bin Laden. El deseo de encontrar chivos expiatorios para lavar la ofensa pública del ultraje oriental hacia la “pureza” de una nación, hacia que los militares encontraran en Slahi al ejemplo perfecto de los perversos terroristas. De manera importante, aparece la verdadera naturaleza de Guantánamo: una región más allá de las cortes de justicia; espacio de violencia y abuso, aparte de símbolo de la negación de todo derecho humano.

         Durante los créditos finales aparece el verdadero Slahi cuyo parecido físico con el actor Rahim es extraordinario. Se muestran a los demás seres que dieron lugar a los personajes de la trama para describir su realidad actual. El contraste es eficaz: luego de haber sido testigos de brutalidad y exceso, al menos queda la comodidad de que se haya impartido justicia, aunque nada compensa los años de encierro, dolor e intranquilidad. Se piensa en el destino que le toca a cada ser humano y cómo, cualquier mínima circunstancia puede llegar a destruir vidas: en otro aspecto, la ventaja de que existan seres privilegiados que apoyan a los menos afortunados. Y la ola sigue hasta nuestros días alimentando el odio irracional o violando y sobrepasando las leyes que deberían regirnos.

El director escocés Kevin MacDonald



martes, 2 de marzo de 2021

OTRA ETAPA EN LA VIDA

 

EL EDÉN

(Eden)

2020. Dir. Ulla Heikillä.

         Un campamento cristiano, en el verano tranquilo de una isla en el archipiélago de Helsinki, es el lugar al cual llegan varios jóvenes para pasar una semana de preparación para su confirmación. Entre ellos, se destacan sobre todo tres personajes: Allisa, quien tiene problemas de fe y no cree que esta sea la mejor solución; Panu, su primo, joven retraído cuya afición es el dibujo, además de tener como mascota a una oruga; y Jenna, la más rebelde, quien ya ha tenido sexo con su novio y tiene una visión frívola de la vida. Es otro retrato de la adolescencia en su crecimiento personal, su rito de iniciación hacia la madurez, su necesidad de encontrar su verdadera identidad y su lugar en el mundo. La semana servirá para que se vivan experiencias importantes y se revelen naturalezas ocultas que, aparte, ya estaban a punto de estallar.

         Finlandia tiene una población mayoritaria que pertenece a la Iglesia Evangélica Luterana y la confirmación equivaldría al Bar o Bat Mitvah de los judíos (y para ser más humildes, a la fiesta de quince años mexicana) para establecer otra etapa en la vida del joven. En este caso, la cinta nos muestra tres ejemplos claros que resumen la generalidad de las dudas existenciales de los adolescentes. Mientras Allisa cuestiona e ironiza al pasaje de la Biblia (“Adán y Eva comieron del fruto prohibido en el árbol del conocimiento, porque era natural su hambre de sabiduría”), Jenna es materialista y no cree en milagros ni en la espiritualidad absoluta (“Una vez que conoces el sexo, ya no puedes dejarlo”) y Panu se deja seducir por el desparpajo y la calidez de Sampo, otro de los muchachos del campamento, quien despierta emociones que se encontraban indefinidas dentro de sí mismo (al final del campamento le da un beso en la boca y es correspondido).

         Como contraparte está el personaje de Tiina, la joven sacerdotisa (en esta religión se permite que las mujeres alcancen el nivel pastoral), cuya pasión y entrega la lleva a extremos de disciplina y arrebato (aparte de contradicciones en su decir y actuar): fuma en secreto, siente ira que contiene, pero construye una pequeña capilla en un establo abandonado. Cada uno expresa sus sentimientos para recibir, como consecuencia luego de la reflexión, una lección personal, tanto por amor como por fe y arrepentimiento. Lo más interesante de esta película es que no suceden grandes cosas, aparentemente, pero en realidad hay toda una acción interna que nunca descansa en estos personajes. Uno va siendo testigo de ese rito iniciático, de esa imperiosa necesidad por descubrirse a uno mismo…

Ópera prima de la directora Ulla Heikillä



lunes, 1 de marzo de 2021

CALLAR SU VOZ

LOS ESTADOS UNIDOS VS. BILLIE HOLIDAY

(The United States Vs, Billie Holiday)

2021. Dir. Lee Daniels.

 

Southern trees bear a strange fruit
Blood on the leaves and blood at the root
Black bodies swingin' in the Southern breeze
Strange fruit hangin' from the poplar tres

Strange Fruit (fragmento)

         En 1957, la cantante Billie Holiday (Andra Day) asiste a una entrevista con un extravagante periodista (Leslie Jordan) y este es el pretexto para que recuerde hechos de su vida ocurridos diez años atrás. Basada en un libro que trataba sobre la lucha contra las drogas en los Estados Unidos, la cinta se centró en las adicciones de la Holiday que sirvieron como pretexto para el intento de callar su voz que era rebelde y nada sumisa. Una canción llamada “Strange Fruit” que era bastante popular entre sus admiradores, era considerada un insulto para el racismo rampante del sur, sin dejar de lado a quienes ya de por sí era discriminatorio: el agente del FBI, Henry Aislinger (Garrett Hedlund), quien nunca cesó en su afán por destruirla. En dicho escenario entra Jimmy Fletcher (Trevante Rhodes), uno de los pocos federales negros que Aislinger utilizó para infiltrarlo en el mundo de la cantante para atraparla por su consumo de drogas.

         La cinta intercala otros elementos biográficos mientras se van desarrollando estos diez años de persecución, cárcel, viajes por la Unión Norteamericana o por el extranjero, hasta su decadencia física, por cirrosis, y posterior muerte. Se sugiere una violación sufrida a los diez años, una madre prostituta, además de haber atestiguado el linchamiento común en tierras sureñas, de personas de color, que la impulsaban a cantar su canción sobre la extraña fruta que crece en árboles ensangrentados. También se trata el tema de la sexualidad de Billie Holiday, de la cual se rumoraba su orientación lésbica, sin dejar de gozar del sexo con hombres. Y otra triste tendencia: su caída en brazos de seres violentos que la golpeaban, maltrataban o explotaban, para que ella continuara a su lado, soportándolo todo.

         La cinta tiene el defecto de quedarse en el melodrama, en el sufrimiento personal, sin que se llegue a un punto estable. Holiday se debate entre su masoquismo o su adicción, su búsqueda del amor y su reticencia a aceptarlo. El retrato del monstruo que la persigue es consistente con la realidad: hasta el último momento de su vida estuvo bajo arresto, en otro de tantos intentos de privarla de su libertad. Son tantas las caras del prisma, que la película se desequilibra con sus tantísimos datos. Y sin embargo, es la presencia de la magnética Andra Day la que justifica y valora su disfrute. Con una voz muy cercana en tono y timbre a la de Holiday, se escuchan sus versiones magníficas de “All of Me”, “Them There Eyes”, y la propia “Strange Fruit”, entre otras. No puede negarse su calidad como actriz y que se gane premios para ir forjando una carrera que deberá ser interesante si consigue otros roles de misma fuerza.

         Si consideramos la época en que estamos sumergidos, con la diversidad racial, las quejas y la redención de la raza negra por su historia de injusticia, muerte, esclavitud, desprecio, sufridos a lo largo del tiempo, se justifica esta revalorización de la cantante, como otro escalón que, de alguna manera, detonó en la exigencia del respeto por los derechos civiles. Tal vez, por este motivo, es que la película se siente tan dispersa por querer comentar muchos hechos y darle significado a cada situación vivida por Billie Holiday. En 1972, Diana Ross, quien fuera la cantante del trío de The Supremes, debutó como actriz, y hasta se ganó una nominación para el Óscar por su interpretación de Billie Holiday en El ocaso de una estrella (Lady Sings the Blues, dirigida por Sidney J. Furie) que estaba basada en la autobiografía de la Holiday. Esta película se centraba en el melodrama de una pareja (la cantante y su segundo, violento marido) así como en sus conflictos. Una biografía sin implicaciones políticas y un exceso de exhibicionismo actoral: no era el momento para hablar de asuntos relevantes.

El director Lee Daniels con su estrella Andra Day