martes, 12 de abril de 2022

EDUCACIÓN SENTIMENTAL

AZUL COBALTO
(Cobalt Blue)
2021. Dir. Sachin Kundalkar.

         Tanay es un joven estudiante de literatura, aspirante a escritor, miembro de una familia marathi que emigró a Kerala, al sur de la India, por los negocios paternos. Son los años noventa. Sus abuelos mueren casi enseguida uno del otro, por lo que se decide rentar los aposentos que dejaron libres. Llega un artista, que se encargará de la restauración de unas bodegas como galerías, y del cual nunca se menciona su nombre, que provoca la atracción de Tanay. El joven empezará a visitarlo en su cuarto, hasta que el artista lo seduce y lo introduce en su sexualidad. Cierto tiempo más tarde, la hermana de Tanay, Anuja, quien quiere ser entrenadora de hockey, además de rebelarse contra las tradiciones familiares donde deberá desposar a alguien, escapa con el artista, dejando a Tanay en la completa desolación, pero también en el entendimiento del significado y la inestabilidad del amor.

         Basada en una novela escrita por el propio director de la película, quien también la ha adaptado, donde se dejaba constancia de la soledad relacionada con la homosexualidad, considerada crimen en la India (hasta 2018 cuando se aceptó legalmente), en realidad es una exploración del amor. Tanay vive inquieto ante su situación personal: uno de sus maestros lo entiende, ya que también es homosexual, y se vive insinuando sin llegar a nada definitivo. La aparición del joven artista, con un físico atrayente y el magnetismo de una sensibilidad cercana a los intereses de Tanay provoca una inmediata reacción. El inquilino gusta de la fotografía, los libros, la pintura. Las conversaciones se tornan en intercambios intelectuales, primero sencillos, luego apasionados, y más adelante, más allá de la decepción, en pretextos para la reflexión (El amor es un hábito. Cuando el hábito termina, uno muere).

         La cinta explora, como en otras cintas indias, desde las ya clásicas de Ray o Mehta, sin dejar de lado a la infinita producción bollywoodense, las tradiciones nacionales. La familia marathi, en una tierra que no es la suya, deberá buscar la forma de pertenecer socialmente, sobre todo si su casta es superior. Por otro lado, es una época que aboga por el comunismo, sobre todo al ocurrir el derrumbe de la URSS, y de ahí que se insista en la hegemonía de las clases y la importancia de las riquezas familiares. Por fortuna, la trama no se ocupa de prejuicios ni de tragedias debidas a la homosexualidad, sino en el caso indirecto: hay un hermano mayor, a punto de casarse con una rica heredera; para seguir la tradición, la hermana deberá desposarse antes del hombre. El personaje de la hija se mostrará como una chica agreste, natural, con cabello corto y vestuario informal, inclinada al deporte, que despertará sospechas de orientación lésbica: la sorpresa vendrá con su escapatoria al lado del joven artista, del cual también se había enamorado. El retorno al hogar solamente llevará a castigo y penitencia u otras acciones.

         Tanay tiene la costumbre de ir a un estanque donde platica con una tortuga a la cual ha bautizado como “Pablo Neruda”, sin que jamás la veamos, pero que viene a ser su propio reflejo, su inmanente intimidad. En sus clases, sugiere su inquietud al dar como referencia de novela llevada al cine a “Maurice” de E.M. Forster (obra cumbre sobre la homosexualidad masculina) o un diálogo con su maestro, al preguntarle los motivos de que viva solo, tiene como respuesta, “cuando eres joven y te vas de tu casa, dependes de la bondad de los extraños”. Es una de las cualidades de la cinta, que va construyendo la personalidad del joven gracias a pequeños y sutiles toques (el uso de una crema humectante, por ejemplo, algo que le reclama su madre; la mirada furtiva hacia el cuerpo de su hermano cuando se quita la ropa). Lo primero que nota, cierto día, es una flamante bicicleta azul cobalto, color que se repetirá en muchos objetos y vestuarios, perteneciente al nuevo inquilino, a quien encuentra preparando un té en la cocina. Al informar que procede de Landour, brillan los ojos de Tanay: es el lugar donde vive un importante escritor, ganador de premios, a lo que el muchacho aspira.

         El artista siempre estará desdibujado: es un hombre que se convierte en objeto del deseo. Tanay encuentra, corporizado, a quien podría ser símbolo de amor, pareja perfecta, con aficiones semejantes, intereses dentro del arte, y ante su corta edad (no debe de tener más de 17 o 18 años), la primera experiencia erótica, la atracción que no puede explicarse, el sueño que jamás se pensó posible realidad. Y todavía, ante la apertura inesperada de un jardín de las delicias, surge la seducción, el goce de los cuerpos. Y todo será perecedero. “En esta triste vida todo se acaba, se acaba todo…” expresa una perspicaz canción de Amparo Ochoa. Así como llega la pasión a una vida, de pronto se esfuma… Habrá una secuencia donde Tanay repasará un largo poema en su mente, y de entre sus versos se escucha: encuéntrate en los suspiros de tu amante, caminen de la mano como lo han hecho siempre, pero nunca hagas planes con tu amante. Un bello acercamiento a la obligatoria educación sentimental que todos experimentamos en nuestras vidas (sea cual sea nuestra preferencia)…

El novelista y director Sachin Kundalkar







martes, 5 de abril de 2022

ENFOQUES FRESCOS

NATE: MEJOR TARDE QUE NUNCA
(Better Nate Than Ever)
2022. Dir. Tim Federle.
 
TRES MESES
(Three Months)
2022. Dir. Jared Frieder.

 


         Nate (Rueby Wood) es un niño de trece años que vive en Pittsburgh, pero sueña con triunfar en Broadway. Cuando es rechazado para participar en la comedia musical de la escuela, su mejor amiga Libby (Aria Brooks, excelente) le informa que habrá audiciones para la producción en Broadway de Lilo y Stitch. Como sus padres estarán fuera por el fin de semana, se escapa con ella con el deseo de hacer realidad el sueño.

Por otro lado, Caleb (Troye Sivan) es un jovencito con 17 años, recién egresado de la secundaria, que debe asistir a hacerse una prueba del VIH. En una relación casual, su condón se rompió y teme por su vida. Es 2011, por lo que los resultados de los análisis tardan tres meses para comprobarse. Mientras asiste a una terapia de grupo, conoce al joven indio Estha (Viveik Kalra) y se enamora.

Lo que más llama la atención de estas dos producciones es su acercamiento fresco y natural hacia la condición homosexual, en personajes jóvenes, conscientes de su identidad y de sus diferencias. El niño Nate sufre acoso en su escuela, porque es el único que conoce todas las letras del musical “Pippin”, pero no le importa ya que está convencido de que alguna vez su sensibilidad le guiará hacia el triunfo que busca. Por su lado, Caleb no está avergonzado de su orientación sexual, aunque debe de seguir las reglas familiares y solamente confía en su mejor amiga Dara (Brianne Tju): el contraste reside en Estha, presionado por sus padres y por su raza que corresponde al amor de Caleb, aunque siempre consciente de que es una relación efímera.



En ambos casos, está presente la mejor amiga, sexo femenino, estereotipo usual que viene a ser un reflejo o una quimera: Libby está enamorada de Nate, pero al hacérselo saber, éste le responde que nunca podrá haber nada más entre ellos. Dara, por su lado, es lesbiana, pero siente ser el único soporte emocional para Caleb. Niño y jovencito buscan alcanzar sus sueños, independientemente de lo que la vida les traiga sentimentalmente. En el caso de Nate: mejor tarde que nunca (juego de palabras con la frase norteamericana: “better late tan never”, que en realidad se debería traducir como “más vale Nate que nunca”), llama la atención el enfoque que Disney, casa productora, brinda al personaje. Dentro de las aperturas y las correcciones políticas, ya se ha aceptado que hay una gran comunidad preadolescente que no duda en encontrar su identidad. Es irónico, aunque señal de cada época, que sesenta años después de haber despedido al actor juvenil Tommy Kirk al descubrirse su homosexualidad, ahora Disney la proclama sin reservas ni escándalos.


Por su parte, Tres meses es producción de MTV, firma que se ha dedicado a impulsar la música y los vídeos de ídolos musicales. Troye Sivan, joven de ascendencia sudafricana, asentado en Australia, influencer profesional, además de compositor y cantante, nunca ha ocultado su orientación sexual. La cinta viene a reafirmarla y aprovechar a los miles de fanáticos que le siguen. El personaje de Caleb es cínico en su actitud cotidiana, aunque en el fondo vive la incomprensión de su madre que lo ha rechazado desde siempre. No obstante, la situación no se convierte en pretexto para que el personaje se odie a sí mismo. Es 2011, cuando ya se iban dejando atrás los prejuicios, pero el temor por el VIH y el SIDA era mayor. Lo que enfatiza esta película es el deseo por vivir. Ambas películas ofrecen, a su manera, la búsqueda de la felicidad y el sentido de la familia como pilar de apoyo.