lunes, 13 de julio de 2020

VUELVE EL MISMO DÍA


PALM SPRINGS
2020. Dir. Max Barbakow.
Aunque se parte de una premisa ya muy explotada en diversas ocasiones, tanto en películas como en algunas series de televisión (el personaje atrapado en cierto día del año que vuelve a repetirse cada día), esta cinta viene a demostrar que no es tan importante lo que digas (ya todo se ha contado) sino la manera como lo hagas. De ahí se deriva la efectividad de una narración que vuelve a deslumbrar y a atrapar a quien la recibe, aunque ya no sea novedad. Desde aquella fantástica y sarcástica crítica de la vida rutinaria Hechizo del tiempo (1993, Ramis) o la trágica realidad de Ocho minutos antes de morir (2011, Jones) o la ciencia ficción de Al filo del mañana (2014, Liman) o el juego macabro de Feliz día de tu muerte (2017, Landon) o el pretexto para la corrección personal del novio indolente en Desnudo (2017, Tiddes) hasta llegar a esta comedia romántica.
Nyles (Andy Samberg, carismático) es el novio desparpajado de Misty, a la cual acompaña ya que en ese día se casará su hermana menor. Lo veremos en la piscina del hotel en el cual se hospedan y más tarde, en la boda, donde Nyles rescata a la hermana mayor, Sarah (Cristin Milioti) de dar un discurso que no traía preparado. Esto lleva a que más tarde ambos se encuentren en el desierto donde Nyles será repentinamente atacado por Roy (J.K. Simmons) quien le atraviesa con unas flechas. Sarah se asusta, ambos hombres pelean y se meten a una caverna. Nyles le grita a Sarah que no entre en ese lugar pero ella lo hace de todas maneras. A la mañana siguiente, Nyles despierta para encontrarse en la misma situación del día previo. Sarah despierta para darse cuenta que la boda aún no se ha realizado. Busca a Nyles para que le explique lo que ha sucedido.
Así inicia una serie de repeticiones del mismo día que hacen que ambos personajes inicien una relación que hará que cometan diversas variaciones a las cuales no dan importancia ya que, de cualquier manera, el día volverá a repetirse: borrón y cuenta nueva. Aunque Nyles insiste en que el dolor no logra evitarse, ambos morirán de diversas formas (estrellándose en un aeroplano, chocando contra un tráiler). Cada día cambiarán los hechos de la boda, aunque en el caso de Sarah es para encontrar motivo o momento para volver a su estado normal, algo que Nyles piensa imposible. No obstante, encontrarán el amor.
Es obvio que una trama de esta naturaleza presenta discrepancias lógicas porque se supone que cada persona fuera de este universo repetitivo sigue adelante con su vida. Igualmente, el paso de vida a muerte debería significar el final de algo que nunca se da. No obstante, el espectador debe sumergirse en el aspecto fantástico y aceptar los absurdos o las incongruencias del asunto. La misma solución resulta difícil de creer pero el hecho de pensar en la libertad de mover las piezas de la realidad como a uno se le antoje (cambiar de parejas, explorar la sexualidad, jugar con la muerte, aprovechar la experiencia para explotar a los demás) es lo que vuelve atractiva a la película: sobre todo si se le añade la gracia y falta de seriedad de sus personajes que se logran gracias a un reparto atractivo.
El guionista Andy Siara
y el director Max Barbakow (d.)


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