RETABLO
2017.
Dir. Álvaro Delgado-Aparicio.
Segundo (Junior Béjar Roca) es el hijo
adolescente de Noé (Amiel Cayo) quien es maestro retablista en un pueblo
peruano. Está aprendiendo el oficio y convive mucho con su padre en ese verano,
mientras está de vacaciones escolares. Noé tiene su espacio artesanal, cercano
a su casa. Ambos deben transportarse, gracias al aventón que les brindan los
que pasan por la carretera hasta la ciudad cercana para colocar sus retablos en
los mercados y comprar materia prima. Noé, en ocasiones, deja solo a Segundo
para ir a arreglar diversos asuntos. Ambos viven con Anatolia quien es la
esposa y madre que cumple con sus labores del hogar. Todo marcha bien. A
Segundo, su amigo Mardonio le insiste en que se marchen hacia los algodonales
en otro pueblo para ganar dinero, pero el muchacho prefiere continuar con su
padre. Sin embargo, cierto día, mientras se dirigen a la ciudad en una
camioneta, Segundo, quien va en la caja trasera, atisba por un hueco en la
ventanilla cubierta con cartones y se da cuenta de que Noé está masturbando al
chofer del vehículo. El golpe es brutal y, por lo tanto, las cosas cambian.
Noé y Segundo
Un retablo en su caja
Un inicio festivo donde una familia
celebra un aniversario y se coloca para una foto grupal, sirve para que Noé
verifique la retención en la memoria de Segundo. Le cubre los ojos y le pide
que describa, en orden definido, a cada persona con sus características
físicas, colores y tipos de ropa: alternan el quechúa con el idioma castellano.
Este ejercicio (que sirve de prólogo a la película), desconcierta, pero luego
tiene razón de ser al mostrarse cómo servirán los detalles para crear el
retablo de la familia donde cada integrante será representado por una figura
creada manualmente con masa de papa, solidificada y posteriormente pintada.
Serán colocados en una vistosa caja de madera con puertas en el mismo orden de
la foto que se ha visto previamente. Ese es el trabajo artesanal: la
representación de las personas con figurines, aparte de imágenes religiosas
para dejar constancia, como si fueran fotografías, pero dentro de una tradición
legendaria. En algún momento, Noé explica que los retablos se venden mucho
entre los turistas. Su significado es, entonces, simbólico.
El retablo familiar:
figurines e imágenes religiosas
Los diarios transportes
La película muestra un contraste brutal
entre la idílica tradición y la realidad que no puede negarse. Ante la estricta
homofobia y los cánones que debe seguir la masculinidad, Noé tendrá que
satisfacer sus deseos y Segundo aprenderá que el mundo se rige por otras leyes
a las que se ha acostumbrado: escucha por la noche a su madre que le pide a Noé
que la posea, algo que sucede sin mayor problema, y luego le toca descubrir
otro aspecto de la sexualidad en su padre. La cinta muestra los efectos de este
choque emocional y cómo Segundo deberá afrontar este proceso de crecimiento
personal aunque sea a través del dolor. La cinta insiste en que los cambios tienen
altos costos, sobre todo cuando son radicales, pero finalmente van moldeando la
experiencia personal, como las figurillas endebles que van tomando forma
gracias a las manos del artesano.
El realizador Álvaro Delgado
con sus actores
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